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The Guardian en español

Tim Kaine, el candidato a vicepresidente de Clinton capaz de entenderse con los republicanos

Tim Kaine y Hillary Clinton, candidatos demócratas a vicepresidente y presidenta de EEUU.

Sabrina Siddiqui

Miami —

En junio de 2013, el Senado estudiaba impulsar una reforma migratoria. Tim Kaine entró en la cámara para pronunciar uno de sus discursos. El senador por Virginia, que desde el jueves es el candidato a vicepresidente de Hillary Clinton, hizo algo inaudito: pronunció su discurso en español.

El político recordó que el español se ha hablado en Estados Unidos desde 1565, cuando los misioneros fundaron Saint Augustine, en Florida. También señaló que es un idioma que hablan 40 millones de personas que viven en Estados Unidos “y cuya opinión tiene un gran peso en este debate”.

A partir de ahora, Kaine desempeñará un papel importante en unas elecciones que en parte giran en torno a las políticas migratorias. Su dominio del español probablemente servirá para marcar distancias con la estrategia de “mano dura” del candidato republicano a la presidencia, Donald Trump, ya que los demócratas quieren asegurarse el voto de los hispanos que los han apoyado en los últimos años.

Kaine aprendió español mientras trabajaba con los misioneros jesuitas en Honduras en la década de los ochenta, durante un año sabático que se tomó cuando estudiaba en la Facultad de Derecho de Harvard. Más tarde se estableció en Richmond, Virginia, donde durante dos décadas trabajó como abogado experto en derechos civiles y representó a personas con dificultades para acceder a la vivienda.

Kaine empezó su carrera política en el ayuntamiento y llegó a ser el alcalde de Richmond. Ganó tres elecciones en Virginia; un estado indeciso que suele escorarse hacia el Partido Republicano. De 2002 a 2006, ocupó el cargo de vicegobernador y de 2006 a 2010, el de gobernador. En 2012, fue elegido senador por Virginia, tras haber sido el presidente del Comité Nacional Demócrata.

El político siempre ha preferido mantener un perfil bajo. Hace ocho años, ocupó el último puesto en la lista de candidatos a vicepresidente de Barack Obama. En 2008, decidió apoyar a Obama y no a Clinton, y sigue manteniendo una relación estrecha con el presidente. Su capacidad para permanecer al margen de la polémica es tal que algunos comentaristas han señalado que se trata de una apuesta segura pero sosa. De hecho, el mes pasado el político, que toca la harmónica en una banda llamada “Jugbusters” en su tiempo libre, concedió una entrevista al programa de la NBC Meet the Press y confesó que es “aburrido”.

Desde el viernes, los republicanos, que repiten una y otra vez que Clinton no es digna de confianza, se han esforzado por encontrar algún defecto a un hombre que se ha labrado una buena reputación en Washington.

“Intentando encontrar algún motivo para odiar a @timkaine. Me he quedado en blanco”, tuiteó Jeff Flake, senador republicano por Arizona, “mis felicitaciones a un hombre bueno y gran amigo”.

En vez de criticarlo, el Comité Nacional Republicano optó por destacar las tendencias claramente centristas de Kaine y acusó a Clinton de haber dado la espalda al sector más progresista de su partido. Si bien los ataques irán subiendo de tono a medida que se acerque noviembre, fue una reacción bastante comedida a un anuncio que desde las últimas semanas parecía prácticamente inevitable.

Un hombre que tiende puentes

Rory Cooper, miembro del Partido Republicano que trabajó como ayudante de Eric Cantor, el exlíder de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes, subrayó que Kaine siempre ha intentado tender puentes entre los partidos y que trabajó codo a codo con Cantor para impulsar leyes para la investigación del cáncer infantil.

“Al igual que Joe Biden (el actual vicepresidente de Estados Unidos), Kaine transmite que es capaz de entenderse con los republicanos en aquellas cuestiones que interesan a ambos partidos”, indica Cooper. “Ha sido una apuesta inteligente ya que será un excelente recaudador de fondos para la campaña y hará todo lo que esté en sus manos para volver a unir a un Comité Nacional Demócrata profundamente fragmentado”.

La capacidad para entenderse con ambos partidos se extiende a su vida privada. Se casó con la hija de Linwood Holton Jr, un exgobernador de Virginia. Su imparcialidad podría provocar el rencor del sector más progresista del partido, que esperaba que Hillary Clinton eligiese a un número dos que reforzara el programa electoral más progresista de los últimos años.

El Comité de Campaña para un Cambio Progresista, un movimiento de base con más de un millón de miembros, recordó que en su momento Kaine votó a favor de dar un impulso al Acuerdo de Asociación Transpacífica (TPP): un acuerdo comercial suscrito entre doce países que negoció la administración Obama y que cuenta con la oposición de las asociaciones sindicales.

“Es más importante que nunca que Hillary Clinton luche enérgicamente para defender algunas medidas económicas clave como ampliar la seguridad social, terminar con las deudas por el pago de los estudios universitarios, reformar Wall Street y también frenar el TPP” indica Stephanie Taylor, cofundadora del grupo.

“Es la mejor forma de unir al Partido Demócrata e impedir que los Republicanos puedan convencer a los votantes indecisos preocupados por asuntos cotidianos”.

Católico, favorable al aborto y defensor de la igualdad

Kaine es católico practicante y sus ideas en torno al aborto han estado en el punto de mira. Si bien se ha declarado pro-vida, ha votado a favor del derecho al aborto. Varios grupos que defienden el derecho a decidir lo han elogiado en los últimos días.

“El senador Kaine es un gran defensor de la necesidad de brindar más oportunidades económicas a las mujeres. Ha defendido a las mujeres en el Senado y se ha mostrado a favor de la igualdad salarial, el incremento de ingresos de los trabajadores estadounidenses y el acceso a la atención sanitaria a través de la Ley de Protección de la Salud de la Mujer”, indica Stephanie Schriock, la presidenta de Emily’s List, un grupo que promueve la elección de mujeres políticas que estén a favor del derecho a decidir.

La presidenta del Fondo de Acción de Planned Parenthood, Cecile Richards, indica que durante su etapa como senador Kaine ha demostrado que “no permitirá que el gobierno se entrometa en el derecho de las mujeres a un aborto seguro y legal” y señaló que toda la organización valora positivamente al político.

“Nunca antes una campaña política o un programa electoral habían apoyado la salud reproductiva de una forma tan contundente”, afirmó.

La percepción general es que Kaine siempre ha estado dispuesto a llegar a pactos con el Partido Republicano, en un contexto de estancamiento y de política partidista.

Sus rivales en el Partido Republicano ya han avanzado que lo presentarán como un miembro de la casta que tanto frustra a los votantes. La campaña de Trump no ha tardado en llamarlo “el corrupto Kaine” y lo ha acusado de haber aceptado regalos durante su etapa como gobernador.

Kaine ya ha demostrado que puede defenderse. Cuando la semana pasada se unió a la gira política de Clinton en Virginia, alertó de las consecuencias de votar a Trump.

“¿Queréis a un presidente que os diga que estáis despedidos?”, preguntó en referencia a la participación de Trump en el reality The apprentice. “¿Queréis a un presidente que falte al respeto a los demás o una que esté dispuesta a dialogar con todos?”, insistió. “¿Queréis a un presidente que anteponga sus intereses a los del país o una que ponga por delante a los niños y a las familias?”.

Traducción de Emma Reverter

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