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The Guardian en español

'2019-nCov': qué sabemos del misterioso virus mortal que amenaza con cruzar las fronteras de China

Cartel en un aeropuerto chino que advierte del brote de neumonía vírica en Wuhan

Lily Kuo

Pekín —

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Un virus misterioso, parecido al SARS, se ha extendido por China, incluyendo la capital, Pekín. La mayor preocupación es que haya un estallido en el país durante las inminentes vacaciones por el Año Nuevo chino, un momento en el que millones de personas deciden viajar. Las autoridades han registrado cientos de casos de esta nueva cepa de coronavirus, varios de ellos en estado crítico. La cifra crece exponencialmente desde que se detectó el virus por primera vez el mes pasado en la ciudad de Wuhan, en el centro del país.

Hasta este martes habían fallecido seis personas en China, según su Comisión Nacional de Salud, y se han registrado al menos dos casos en Tailandia, otro en Japón, otro más en Corea del Sur y otro más en Taiwán.

El aumento de casos ha hecho saltar las alarmas porque existe una cierta conexión entre el virus detectado y lo sucedido con el SARS (Síndrome respiratorio agudo), que terminó con la vida de unas 650 personas en China y Hong Kong entre 2002 y 2003.

La Comisión Nacional de Salud de China dice que ha enviado grupos de trabajo con expertos a las provincias señaladas para supervisar las medidas de prevención de una posible epidemia. Ha descrito la situación como “controlable”. En Shenzen, se toma la temperatura de las personas que pasan por aeropuertos, puertos y estaciones de tren.

Este lunes, en el Hospital Xiehe de Wuhan había más de 100 personas que esperaban para ver a un médico desde las 6 de la mañana, según la versión de un empleado del hospital. “Si vienes ahora, tienes que esperar entre tres y cuatro horas para ver a un médico”, asegura por teléfono. En un hospital en el distrito de Chaoyang, en Pekín, los pacientes recibieron mascarillas y formularios. Las autoridades querían saber si alguien había viajado recientemente a Wuhan. Una enfermera ha señalado se están adoptando medidas preventivas para proteger a los médicos.

En este caso, en Wuhan, los Coronavirus se trasmiten entre los animales y los seres humanos aparentemente por culpa de un mercado en el que se cree que se vendía marisco vivo. Ya lo han cerrado. Las autoridades afirman que no hay pruebas de que haya comenzado la fase de contagios entre humanos. Los investigadores temen que no se conozca el número real de personas contagiadas y que la cifra se haya subestimado.

Xi Chen, profesor en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Yale, dice que la probabilidad de transmisión entre humanos es alta debido al alto número de casos confirmado. “Es difícil que todos estos casos vengan de animales en un solo mercado”.

La Organización Mundial de la Salud ha dicho que una fuente animal es “la fuente primaria más probable” del brote, con “cierta transmisión limitada de persona a persona que se produce por un contacto cercano”.

El foco de la infección aún se desconoce

Las autoridades no han identificado oficialmente el foco de la infección, lo que complica las tareas de contención. El mercado de mariscos de Huanan, con miles de puestos de venta, lleva cerrado desde el 1 de enero. Algunos de los pacientes diagnosticados no habían pisado el mercado.

“Lo que nos preocupa es el foco de la infección. No tenemos ni idea. Eso es lo más importante. Sin saberlo, y no lo sabemos, no podemos medir las consecuencias”, afirma Chen, que cree que el precio de las pruebas puede ser la motivación para no realizar tantas como se debiera.

Las autoridades también temen no haber actuado con suficiente diligencia para contener la extensión del virus o preparar a los ciudadanos. En Wuhan se han instalado controles de temperatura en el aeropuerto, las estaciones de tren y autobús, pero sólo desde el día 14, cuando el virus ya llevaba cinco semanas expandiéndose en libertad.

Algunos temen que haya intentado esconderse el tema bajo la alfombra, un comportamiento que sólo sirve para empeorar las cosas, como ocurrió con el Sars en 2003.

Se ha dicho a los habitantes de Wuhan que no hablen con los medios. La cuenta oficial de la policía del estado en Weibo anunció que había actuado el 1 de enero con ocho usuarios que estaban difundiendo información falsa en internet y “generando un impacto social adverso”.

Sin embargo, las autoridades sanitarias chinas han mejorado desde lo sucedido con el SARS. En respuesta a un brote de gripe en 2013, las autoridades trabajaron de inmediato con la Organización Mundial de la salud y los Centros de Control y prevención de enfermedades de Estados Unidos. Se cerraron los mercados de comida fresca, pero el brote se extendió debido a la venta de aves de corral en mercados pequeños y sin regulación.

El hecho de los pequeños productores no vayan a ser compensados por el gobierno dificulta que estén de acuerdo con la entrega de sus animales enfermos.

Nicholas Thomas, profesor asociado de seguridad sanitaria en la Universidad de Hong Kong, cree que “no se trata de encubrir sino de la falta de capacidad y de que las leyes no se cumplen”. Para él, “por ahora, es una gripe mala. Es preocupante y probablemente empeore en cuanto a número de personas infectadas y fallecidas. Pero estamos en invierno. Es probable que se extiendan pero estamos aún muy lejos de los niveles del SARS o la gripe aviar”.

El Global Times, un periódico estatal, publicó un editorial el domingo en la que se leía: “Cuando comenzó el Sars, hubo encubrimiento, se retrasó la cobertura. Eso no puede volver a suceder en China”.

Las autoridades recomiendan a los ciudadanos que, a medida que se acerque el Año Nuevo chino, que este año cae el 25 de enero, estén vigilantes ante posibles síntomas como fiebre, tos, dificultades respiratorias o neumonía. La Organización Mundial de la Salud no ha recomendado aún que se impongan restricciones al movimiento de personas. Las autoridades chinas tampoco, algo que no reconforta a todos los ciudadanos.

Un usuario de la red social Weibo escribió: “Con todos los viajes que se acercan, ¿nadie va a tomar medidas preventivas?”. En Douban, un foro de internet, alguien señalaba que algunas personas en la estación de tren de Wuhan llevaban puestas mascarillas.

Los comerciantes del mercado de marisco en Wuhan sobre el que han caído las sospechas, no se mostraban muy preocupados por el virus. No creen que sea más que típico resfriado invernal. “Empezamos a trabajar todos los días a las 2 o las 3 de la mañana. Si cogemos frío, no le prestamos demasiada atención”, asevera Li, de 52 años, que lleva una década en uno de los puestos.

Li explica que, desde finales de diciembre, el propietario del mercado empezó a pedir a los vendedores que llevaran mascarillas al trabajo y que evitaran ir a lugares muy concurridos. “No me preocupa”, agrega. “Mis nietos viven en Wuhan y no nos creemos nada. Son rumores”.

En cualquier caso, Li también explica que algunas de las personas que trabajan en los puestos pueden tener síntomas, pero tampoco lo dirían. Temen que eso afecte al negocio y se imponga una cuarentena. “La mayoría de la gente no diría nada si lo tuviera”.

Traducido por Alberto Arce

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