Serengueti: 10 experiencias en la sabana para no olvidar jamás

Una leona, desde un árbol, no quita ojo a quienes osan acercarse a su familia.

Roberto Ruiz

El Parque Nacional del Serengueti, en Tanzania, es posiblemente la reserva de fauna salvaje más famosa del mundo. Su enorme extensión, su vida exuberante, sus paisajes de película y un fenómeno tan prodigioso como es el de la gran migración hacen que lo podamos considerar uno de los espacios más impactantes del planeta.

Este espectáculo de la naturaleza es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO desde 1981, y si eres de los que se quedan embobados delante de la televisión disfrutando de un buen documental de fauna salvaje, sin duda el Serengueti es un viaje que deberías incluir en tu “bucket list” desde hoy mismo. Como ahora verás, está plagado de experiencias que no olvidarás jamás.

1. Contemplar llanuras infinitas

De hecho, eso es lo que significa Serengueti en suajili: “llanura sin fin”. Y el nombre no podría ser más apropiado. El parque tiene una extensión de 14.750 km² y en su mayoría se compone de planicies, superficies infinitas que dejan ver hasta donde alcanza la vista y que en su horizonte dibujan la curvatura de la Tierra. Un paisaje realmente espectacular, la verdadera sabana.

2. Dormir rodeado de fauna salvaje

Una de las mejores experiencias que puedes vivir en el Serengueti es la de dormir dentro del parque. Verás que hay muchos alojamientos dispersos, pero si de verdad quieres sentirte en plena naturaleza lo mejor es optar por campamentos las habitaciones son tiendas de lona. Dormir oyendo rugir leones a tu alrededor, unas cuentas hienas peleándose o un grupo de búfalos bufando a pocos metros de tu almohada no es barato, pero es algo difícil de olvidar.

3. Presenciar la gran migración (con río incluido)

Un millón y medio de ñus y unas 250.000 cebras hacen que cerca de dos millones de herbívoros vivan en constante migración en busca de los mejores pastos, completando cada año un recorrido circular. De hecho, se calcula que en el mes de febrero pueden llegar a nacer unos 8.000 ñus al día. La imagen de miles y miles de seres vagando por las llanuras se te grabará en la retina, pero más aún te impactará si coincides con el paso del río Mara entre julio y agosto, el momento en el que los animales cruzan hacia el Masái Mara (en Kenia) y unos 6.000 ñus mueren cada año, ahogados y pasto de los cocodrilos.

4. Conocer al rey de la selva

Se calcula que en el Serengueti puede haber unos 3.000 leones. A pesar del tamaño del parque es sencillo verlos al hacer un safari, normalmente descansando sobre algún kopje (las formaciones rocosas que rompen las llanuras, exactas a la que estás imaginando de El Rey León) o haciendo la digestión a la sombra de alguna acacia. Al vivir en clanes familiares, lo más habitual es encontrar un grupo de leonas con varios cachorros, y grandes machos solitarios que prefieren guardar las distancias.

5. Encontrar a los “big five” (o casi)

Es la gran ilusión de todo visitante que hace un safari en el Serengueti, ver a “los cinco grandes” de África. Es decir: el león, el búfalo, el leopardo, el elefante y el rinoceronte. Leones, búfalos y elefantes los verás con facilidad, al leopardo también pero con mejor vista al ser más escurridizos, pero desde luego el que ya no verás en el Serengueti es al rinoceronte. La caza furtiva ha causado estragos en su población y, con suerte, podrás ver algún rinoceronte negro si visitas también el espectacular cráter del Ngorongoro, a unos kilómetros del Serengueti.

6. Sobrevolar el Serengueti en globo

Es una de las actividades más exclusivas e inolvidables que podrás hacer aquí, y es que esta manera de sobrevolar el Serengueti es sin duda uno de los mejores viajes en globo que podrás encontrar en el mundo. Observar la fauna desde el aire, en silencio y a merced del viento es algo que hace realidad Serengeti Balloon Safaris, siempre que tengas unos 500 US$ en la cartera, claro.

7. Pasar horas observando hipopótamos

Todo safari que se precie debería parar en Retina Hippo Pool, un ensanchamiento del río Orangi en el que se pueden concentrar fácilmente cerca de 200 hipopótamos. Se ha creado un pequeño mirador para que los visitantes puedan observar a estos gigantes amantes del agua cómodamente, lo suficientemente cerca y prudentemente a salvo. Enormes machos peleando y marcando el territorio, hembras prudentes y protectoras, y un sinfín de crías que juegan y corretean por el lodazal de su casa.

8. Presenciar una escena de caza

Aquí la suerte ya empieza a cobrar cierta importancia, pero no es imposible poder presenciar alguna escena de caza. En el Serengueti hay una alta densidad de depredadores y las posibilidades de ser testigo de una cacería no son bajas. Una familia de leonas en grupo, un guepardo superando los 100 km/h o un leopardo al acecho sirviéndose de su camuflaje te pueden hacer sentir dentro de un verdadero documental.

9. Visitar el Serengeti Visitor Center

Contar con un buen guía al hacer tus safaris por el Serengueti es altamente recomendable, pero igualmente lo es hacer una parada en el Serengeti Visitor Center. En este centro de visitantes podrás comprender el ciclo de la vida del Serengueti, la gran migración, aprender anatomía mediante la exposición de esqueletos, ser consciente de la biodiversidad del parque y de los trabajos de protección y lucha contra la caza furtiva. Además, suele haber jóvenes estudiantes a guías que te hará una visita guiada como parte de sus prácticas.

10. Conocer de cerca a los masáis

Las aldeas masáis se han adaptado al turismo y, si lo deseas, puedes visitar algún poblado donde se te recibirá con todos los honores y se escenificará algún canto y alguna danza para tu disfrute. Pero si te quieres sentir menos turista, y de verdad quieres conocer a los masáis, seguramente será mucho más enriquecedor sentarte a charlar con algún joven masái que trabaje en tu hotel. Estará encantado de contarte cómo es su pueblo, un lugar al que habrá tenido prohibido volver, salvo para rápidas visitas, desde el día que decidió buscarse la vida en el exterior.

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