Qué ver en los dos pueblos de Asturias que se unirán a la red de Pueblos Mágicos de España en 2026
Asturias cuenta con un territorio en el que la costa y la historia se entrelazan, configurando paisajes que combinan playas, rías, acantilados y patrimonio cultural. En el occidente de la región, algunos concejos destacan por su diversidad de recursos naturales y arquitectónicos, donde la relación entre el mar y el asentamiento humano se observa en calles, templos, puertos y vestigios arqueológicos. Entre estos se encuentran Navia y Coaña, que se incorporarán a la red de Pueblos Mágicos de España en 2026, un reconocimiento que busca poner en valor localidades con patrimonio histórico, cultural y natural.
Ambos municipios representan ejemplos del equilibrio entre entorno natural y patrimonio. Disponen de zonas costeras de relevancia ambiental, espacios históricos que documentan la vida de sus habitantes y construcciones que muestran la evolución de sus núcleos urbanos y rurales. La combinación de playas, senderos, castros, puertos y edificios históricos permite conocer de manera completa el occidente asturiano y observar cómo la naturaleza y la historia han convivido en estos territorios a lo largo del tiempo.
Qué ver en Navia
El núcleo urbano de Navia se desarrolla alrededor de su ría y conserva un trazado que remite al perímetro defensivo que tuvo en épocas pasadas. Parte de sus calles mantienen la configuración histórica que caracterizó al enclave, donde se agrupan construcciones civiles y religiosas de distintos periodos.
Entre los edificios más representativos figuran el templo parroquial de la villa, levantado en estilo neogótico y concluido en las últimas décadas del siglo XIX, y la iglesia de Santa Marina de Vega, situada en una de las parroquias del concejo y datada en el siglo XVIII, con elementos propios del barroco. Este conjunto, sumado a manifestaciones etnográficas y a muestras artísticas repartidas por el territorio municipal, forma un patrimonio cultural amplio y diverso.
El litoral naviego reúne playas que combinan extensión, singularidad ambiental y protección oficial. La Playa de Frejulfe, la más extensa del municipio, goza de la figura de Monumento Natural y presenta un entorno en el que conviven dunas, zonas de vegetación y áreas abiertas al oleaje. En dirección al límite con el concejo vecino se encuentra la Playa de Barayo, integrada en una Reserva Natural Parcial dentro de la red de espacios de la biosfera.
La historia de Navia mantiene un vínculo estrecho con las rutas jacobeas. En el siglo XIII, durante el reinado de Alfonso X, la villa recibió la carta puebla que reguló su desarrollo y que convirtió el lugar en un punto de paso para quienes avanzaban hacia Santiago. Durante aquel periodo, el cruce del río se hacía mediante embarcaciones que servían a los caminantes.
Qué ver en Coaña
Coaña combina elementos históricos, arqueológicos y naturales que definen la identidad del concejo. Entre ellos sobresale el Castro de Coaña, un poblado fortificado de la Edad de Hierro, situado sobre una colina junto a la ría de Navia. Este asentamiento conserva murallas y restos de un foso, así como viviendas circulares de piedra organizadas alrededor de calles estrechas.
La disposición del conjunto permite comprender cómo se estructuraban los asentamientos prerromanos del norte peninsular y cómo se desarrollaba la vida cotidiana de sus habitantes. El castro fue estudiado por primera vez de manera sistemática en 1877 y, en 2014, recibió la declaración de Bien de Interés Cultural.
El litoral del municipio ofrece varias playas con características diferenciadas. La Playa de Arnelles, de tamaño reducido y arena clara, se encuentra accesible desde Ortiguera y Foxos, mientras que la Playa de Torbas se extiende por casi un kilómetro y está formada por cantos rodados. En el puerto de Ortiguera, asentado en un valle que desemboca en el Cantábrico, se observa la continuidad de la tradición pesquera local, con raíces históricas que incluyen la captura de langostas y antiguas prácticas de caza de ballenas.
El Cabo San Agustín representa un punto de referencia del municipio tanto por su situación geográfica como por su valor histórico. Desde el promontorio se puede observar el Cantábrico y parte del litoral occidental asturiano, y sus faros, uno de ellos del siglo XIX, han sido elementos de orientación para la navegación. En las inmediaciones se encuentra la Ermita de San Agustín, que, a lo largo de los siglos, ha sido testigo del tránsito de marineros y caminantes.
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