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Una nueva correlación de fuerzas

En Cuenca, con el 100% escrutado, PSOE suma 2 tras arrebatarle 1 al PP y Unidas Podemos, Cs y Vox no logran escaño

Sílvia Claveria

En las semanas previas, el resultado del 28A ha sido una incógnita. El número de indecisos muy alto, los escaños muy disputados, un voto muy volátil en el ala conservadora, el posible voto oculto a un partido de extrema derecha y una campaña electoral en una época inusual producía una enorme incertidumbre en los posibles escenarios que se podían encontrar. Aunque no ha habido grandes sorpresas, ni sorpassos en relación a las diferentes encuestas que se publicaban, la composición parlamentaria da un vuelco. El Partido socialista gana las elecciones, y el bloque de la derecha no obtiene mayoría para poder gobernar. Comentaré tres grandes aspectos de las elecciones:

En primer lugar, hay una diferente configuración del Congreso, pasando de un parlamento dominado por la derecha a uno liderado por la izquierda. En un escenario mucho más fragmentado, el partido socialista ha sido capaz de aglutinar 123 escaños, logrando mejores resultados que en las elecciones de 2011 -que había conseguido 110 diputados. UP obtiene 42 diputados, aunque pierde gran parte de sus escaños, es un resultado mucho mejor de lo que pronosticaban las encuestas, y mantienen la esperanza de poder influir en una configuración del gobierno. En cambio, aunque los votos hacia la derecha son similares a los del 2016, el sistema electoral penaliza la división de esta ala. El PP con 66 escaños, menos de la mitad de la representación de 2016, es el gran perdedor de la noche electoral. Vox tampoco sale vencedora, aunque obtiene 24, menos diputados de los esperados, no tiene la llave de la gobernabilidad. Y la formación de Rivera augmenta 25 escaños, y puede pisar los talones al primer partido de la oposición.

En segundo lugar, un aspecto clave de estos comicios ha sido el nivel de movilización.  La participación ha sido de un 75,7%, se asimila así a niveles de participación de 2004 y 2008, que tuvieron un 77.2 y un 75.3% respectivamente. Distanciándose del dato de 2016 que llegaron a 69.8%. Este incremento de participación responde a diversos motivos. Por un lado, son habituales en contextos donde existe mucha competencia, es decir, hay poca distancia entre los diferentes partidos para poder ganar un escaño. En el escenario presente, dónde muchos escaños se encontraban en disputa, la población ha podido percibir que cada voto podría ser más decisivo, como también pasó en 2004 o 2008.  Por otro lado, dado el incremento de votos de la izquierda, es probable que la ciudadanía se haya visto interpelada por la campaña electoral que han realizado PSOE y UP, y se movilizaran para frenar a la extrema derecha.

En tercer lugar, la gobernabilidad será un tema importante más allá del 28A. Desde las elecciones del 2015, multipartidismo era un hecho, la suma de votos al PP y PSOE había descendido del 84% en el 2008 al 51% en 2015. En estas elecciones se consolida esta tendencia, y la suma de los partidos del bipartidismo solo llegan al 45%. Con lo cual, volverá a ser necesaria las coaliciones entre los diferentes partidos para poder gobernar, sin embargo, parece que esta vez, podremos ver el primer gobierno de coalición a nivel central. El bloque de la izquierda, con PSOE, UP, Compromís, PNV y otras formaciones no llegan a obtener mayoría. Por tanto, será necesaria la negociación o la participación de alguna manera de los partidos independentistas catalanes. ERC se establece como la formación con más escaños de Cataluña, quedando por delante del PSC y de ECP, mandando un mensaje claro sobre el conflicto territorial.  Por otra parte, Cs, al querer diputar el liderazgo en el bloque de la derecha, no le puede interesar demasiado un pacto con el PSOE. Sin embargo, no nos olvidemos que todas estas negociaciones se van a llevar a cabo con un ojo en la campaña de las elecciones autonómicas y municipales del 25 de Mayo, así que seguramente se intentaran hacer malabarismos.

Resumiendo, parece que la movilización ha sido positiva para retener el bloque de la derecha. Sin embargo, aunque esta coalición no haya obtenido la mayoría, por primera vez, el partido de extrema derecha va entrar en el Congreso de los diputados con un número elevado escaños y eso puede condicionar algunos consensos establecidos.

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