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La detención de dos padres por insultos racistas al árbitro anima a incluir normas de convivencia en el fútbol

Partido solidario celebrado París en apoyo a los refugiados LGBT | Luna Gámez.

Marta Salguero

Zaragoza —

La detención de dos padres por insultos racistas al árbitro en un partido de fútbol de alevines ha puesto en evidencia la necesidad de educar en valores para evitar que se produzcan situaciones como las vividas en el Club Deportivo Ranillas el pasado 29 de enero. No se trata sólo de aplicar la sanción correspondiente en el reglamento, sino de educar en el respeto tanto a los jugadores como a los familiares que acuden a ver los partidos. Así lo considera el Club Deportivo Ranillas, que, pese a sentirse desbordado por la repercusión del caso, ha actuado con rapidez y va a llevar a cabo una modificación de los estatutos para incluir normas de convivencia.

El abogado del club, Alfonso Force, explica que, a raíz de este suceso, van a introducir medidas reglamentarias más severas para sancionar estos comportamientos, pero no se van a quedar ahí, porque son conscientes de la importancia de insistir en el respeto y en la educación también en el ámbito deportivo. Por ello, incluirán en los estatutos normas de convivencia, todavía por definir, para que los padres y jugadores “sepan cuáles son los límites y las obligaciones que tienen dentro del club”.

De momento, el Ranillas ha expulsado a los padres que fueron detenidos por la Policía Local por insultos racistas al árbitro Mamadou Saw. En un primer momento, el club decidió expulsar también a los hijos de los dos padres que protagonizaron el altercado, pero tras consultarlo con sus Servicios Jurídicos decidieron dar marcha atrás y expulsar sólo a los socios.

“La junta directiva tomó la decisión en caliente porque, hasta ahora no habían tenido un caso así y consideraron que era la mejor decisión. Finalmente, comprendieron que no tenía por qué hacerse extensiva la responsabilidad a los menores”, puntualiza.

De esta forma, el club permite a los menores continuar con su actividad deportiva, pero prohíbe a sus padres la asistencia a cualquier evento organizado. No obstante, no está clara la continuidad de los dos jugadores, ya que uno de ellos manifestó su voluntad de darse de baja, pero eso ya será una decisión suya, apunta Force.

Para el abogado del club, se hace necesario tomar estas medidas tras un suceso de estas características, porque considera que las situaciones que se viven en los campos saltan “algunas rayas”, aunque no lleguen a este extremo.

Prohibida la entrada a las instalaciones deportivas municipales

Dado que los hechos ocurrieron en una instalación municipal, también el Ayuntamiento de Zaragoza ha tomado cartas en el asunto y ha prohibido la entrada a estas personas a cualquier instalación deportiva municipal, no sólo a los campos de fútbol, en aplicación del Reglamento de Centros y Pabellones Deportivos Municipales, que contempla como “muy graves” las infracciones que supongan “actitudes, conductas discriminatorias o xenófobas”.Se trata de una medida cautelar a la espera de la sentencia del juez, ya que los dos padres han sido imputados por un presunto delito de odio.

El concejal de Deportes, Pablo Híjar, aseguró que esta decisión es un aviso a navegantes para cualquier padre o madre que persista en estos comportamientos o actitudes en los campos municipales de fútbol. “Vamos a ser firmes, el deporte de iniciación no es el escenario para dar rienda suelta de las frustraciones o problemas y menos en estas categorías, donde los niños deberían tener otro tipo de estímulos”, comentó.

Para la psicóloga deportiva, Patricia Ramírez, la solución pasa por educar en valores en todos los ámbitos, también desde los clubes, con iniciativas como las escuelas para padres. Sin embargo, pese a esta necesidad, señala que, salvo alguna excepción, no se está haciendo este tipo de actividades que, a su juicio, evitarían malos comportamientos.

Casos aislados, según la Federación Aragonesa de Fútbol

En esta temporada, la Federación Aragonesa de Fútbol ha tenido que gestionar también otros casos de violencia en el deporte base. En diciembre, un jugador del Miralbueno agredió brutalmente al árbitro Fahd Abbou El Mourabit, de 18 años. Diez días después un jugador benjamín de Utebo C, entre 8 y 9 años de edad, fue sancionado con 6 meses de inhabilitación por agredir al árbitro. Desde la federación insisten en que se trata de casos “aislados”.

“Han coincidido dos incidencias con dos árbitros en poco tiempo y se le ha dado esta dimensión, pero es atípico y anormal, porque todos los domingos se celebran cientos y cientos de partidos y no hay ningún problema”, afirma el presidente de la federación, Óscar Fle.

No obstante, Fle añade que aplicarán con “severidad” el reglamento para erradicar estas situaciones “inaceptables” y asegura que los árbitros están perfectamente arropados en el ámbito deportivo y judicial por parte de la federación.

De momento, la Federación Aragonesa de Fútbol va a poner en marcha una comisión mixta para mejorar la relación entre entrenadores y los árbitros, con la mediación de la federación, para mejorar el desarrollo de la competición. En el orden del día, figura abordar el juego limpio o la violencia en el campo de fútbol, entre otras cuestiones.

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