La escuela Mar Nova de Premià de Mar se rebela contra su cierre
Las familias de la escuela Mar Nova de Premià de Mar no están dispuestas a aceptar el cierre definitivo de su centro, que está previsto que se inicie en septiembre próximo con la supresión del grupo de P-3 y culmine el curso 2017-2018 con la integración de todos sus alumnos a la vecina escuela Montserrat. El AMPA, después de que el jueves se confirmara la voluntad de clausura en una asamblea con presencia de las autoridades municipales, asegura que está dispuesta a intensificar las protestas, en una lucha que cuenta con el apoyo de las asociaciones de familias de todas las escuelas públicas del pueblo y todos los grupos municipales del Ayuntamiento de Premià.
No es la primera vez que la espada del cierre cuelga sobre este centro, a raíz de la caída de la natalidad en los últimos años, pero en esta ocasión no parece que la Administración vaya a terminar recapacitando. Lo cierto es que para el próximo curso sólo se preinscribieron en P-3 del centro 11 alumnos, una cifra que el departamento de Enseñanza considera insuficiente para mantener la línea, pero las familias aseguran que para el siguiente curso (2017-2018) habría hasta 27 familias dispuestas a matricular a sus hijos en el primer curso de Infantil. El de la Mar Nova es uno de los 54 grupos públicos de P-3 que se suprimirán el próximo curso (64 en la concertada), pero su caso es el único que supondrá la desaparición progresiva del centro.
Lo que más preocupa a las familias, sin embargo, es la pérdida del proyecto educativo de la Mar Nova, que consideraban valioso por el hecho de potenciar metodologías cada vez más reconocidas como el trabajo por proyectos o por rincones. La fusión de una escuela de estas características con otra en un margen de dos años “podría conllevar graves disfunciones en el centro que surgiera”, lamentan los padres y madres. “Implementar una fusión 'exprés' es imprudente porque pone en riesgo la cohesión de los claustros de maestros de los dos centros”, concluyen.
Al tener constancia de la voluntad de cerrar el centro, las familias se han movilizado hasta el punto de conseguir, a través de una moción, el apoyo de todos los grupos municipales de Premià de Mar, entre ellos el de CiU, que gobierna la localidad con el alcalde Miquel Buch. Es por ello que el AMPA reprocha también al departamento de Enseñanza que desprecie la voluntad del municipio, precisamente después de que el Parlament le instara a evitar la supresión de unidades escolares si no cuenta con el consenso del mundo local.
Más allá de la caída de la demografía, desde el AMPA consideran que el cierre responde a un castigo por parte de la Administración por haber sido una escuela especialmente combativa. La Mar Nova se movilizó para conseguir un servicio de comedor que fuera de acuerdo con su proyecto pedagógico y sus familias han participado en la campaña de insumisión a las pruebas de competencias básicas. Desde Enseñanza niegan rotundamente este extremo y aseguran que el único motivo del traslado del centro es demográfico.
