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La vieja guardia de Mas y los renovadores del PDECat se enfrentan por la resistencia de Germà Gordó a dimitir

Los miembros del PDECat, Jordi Turull, Artur Mas y Marta Pascal, en el Parlament

Arturo Puente

Los problemas derivados de las investigaciones por corrupción vuelven a golpear al PDECat, esta vez con la imputación de uno de sus diputados. La decisión que este viernes ha tomado el Tribunal Superior de abrir diligencias contra Germà Gordó, diputado de JxSí, exconseller de Justicia y uno de los hombres cercanos al expresident, ha sacudido el partido y ampliado la brecha entre el sector renovador y la vieja guardia.

La imputación de Gordó era cuestión de tiempo después de que el juez del Vendrell, que instruye el caso del 3%, enviara por segunda vez un informe razonado al TSJC. En el partido neoconvergente eran conscientes desde hace meses de que esta situación se podía producir y, sin embargo, su reacción ha sido errática, muestra de las dos posiciones en liza dentro de la formación.

Desde que se ha conocido la imputación, las voces renovadoras del PDECat, en las que se encuadra su actual dirección, con Marta Pascal al frente, han apostado por desmarcarse del diputado o, como mínimo, guardar silencio. Durante toda la mañana del viernes, el PDECat ha mantenido silencio, mientras desde el grupo parlamentario de JxSí se remitían al partido.

Mientras desde la sede del partido de la derecha independentista el único mensaje era el silencio, Joan Ramon Casals, alcalde de Molins de Rei por el PDECat y diputado de JxSí en el Parlament, aprovechaba su participación en el programa matinal de TV3 para considerar que Gordó debía irse, remarcando que era su opinión personal. Casals manifestaba el sentir de varios miembros del partido de la órbita más joven.

Pese a eso, finalmente el círculo más cercano a Mas se ha impuesto, emitiendo hacia las 15.30 un comunicado conjunto del partido y el diputado. En él, el exconseller informaba de que dejaba la comisión de Justicia del Parlament, pero no su escaño, manteniendo así un aforamiento que le garantiza que su causa se mantendrá en el TSJC. Por su parte, el partido mostraba confianza en la presunción de inocencia de Gordó y hacía suyas las explicaciones ofrecidas por el diputado en la Comisión de Asuntos Institucionales, en la que compareció la semana pasada a petición de la CUP.

La batalla interna no había acabado. Porque, tras el comunicado, la coordinadora general del PDECat no se ha abstenido de lanzar un elocuente tuit en el que recordaba el “paso al lado” dado por Artur Mas, para acabar asegurando: “A veces dar pasos al lado sirve para avanzar y demuestra generosidad”.

Pieza clave en la trayectoria de Artur Mas

Con el comunicado conjunto el masismo volvía a subrayar su control sobre el PDECat, como ya lo hizo desde el departament de Cultura que dirige Santi Vila, cuando el Govern vetó que el Consorci del Palau de la Música acusase a Convergència en las conclusiones de la acusación del “caso Palau” hace unas semanas. Pero la maniobra no es simplemente política, sino que, en el caso de la imputación de Gordó, tiene también ecos personales.

Gordò fue el conseller de Justicia de Artur Mas entre 2012 y 2016 y, antes que eso, había sido el gerente de Convergència durante la travesía por el desierto del expresident, entre los años 2004 y 2011. Esto lo convierte en una pieza clave en la trayectoria política de Artur Mas, a quien el partido intenta mantener lejos de cualquier salpicadura por sospechas de corrupción.

Esa estrecho vínculo de Gordó con el pasado del líder convergente explica el cierre de filas con el que la vieja guardia masista ha intentado dar carpetazo a la imputación del exconseller, por inconveniente que sea políticamente.

ERC presiona al PDCat

Las divergencias internas en el seno del PDECat no han sido la única fuerza gravitatoria que este viernes han empujado para dejar caer al diputado investigado por el 3%. ERC ha hecho desde la mañana gestiones al máximo nivel, en el marco de JxSí, para que el PDECat relevara a Gordó. En un primer momento han sido los diputados en el Congreso, Gabriel Rufián y Joan Tardà, además de las juventudes republicanas, quienes han pedido la renuncia del exconseller.

Pero, en vista de que ni los pronunciamientos públicos ni las gestiones daban resultado, a las pocas horas de emitirse el comunicado en el que el PDECat respaldaba a Gordó, ERC ha distribuido otro en el que pedía que renunciase a su acta. Con este texto los socios de gobierno se sumaban a la CUP, que había pedido la salida del diputado desde el anuncio de la imputación.

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