Los vecinos del Paral·lel responden a la estigmatización de Trias con una carta abierta
Choque entre el gobierno municipal de Barcelona y las formas asamblearias de entender la ciudad. Al alcalde de Barcelona no le hizo ninguna gracia que este sábado cerca de un centenar de personas le estropearan la inauguración de la sufrida reforma de la avenida del Paral·lel, una de las más emblemáticas de su mandato. Días después, y en declaraciones a Catalunya Ràdio, Trias volvía a incidir en lo mismo que su equipo de gobierno en la crisis de Can Vies y siempre que topa con la oposición de las fórmulas emergentes de entender el activismo vecinal: el estigma.
Según el alcalde, el grupo de personas que lo recibieron con silbidos y tambores en la avenida de los teatros no eran vecinos del barrio, sino “gente violenta, ligada a movimientos extraños como los okupas” y gente, remató, “de Ciutat Morta”. Además, Trias responsabilizó a los medios de comunicación por haber dado la noticia de la protesta sin constatar que los manifestantes eran violentos. “Me enfada ver que los medios dicen que me abuchearon vecinos del Paral·lel, ya que no es verdad”. Según el líder de CiU en Barcelona, él mismo “estaba reunido con los vecinos” y la gente que lo abuchearon, asegura, no lo era.
Las declaraciones de Trias han tenido hoy una respuesta contundente de parte de la plataforma Som Paral·lel, que impulsó la movilización. Una entidad de entidades formada, sobre todo, por personas que viven en el Poble Sec y Sant Antoni, dos de los tres barrios que afecta el Plan Paral·lel. “Sus declaraciones demuestran no sólo su incapacidad para reconocer y entender el tejido asociativo y vecinal de los barrios, sino que también manifiestan una mala fe para desacreditar ese vecindario que, cuando conviene, hace frente al Ayuntamiento para defender sus derechos como ciudadanos”, versa la carta abierta dirigida al alcalde.
En realidad, es cierto que Trias se había reunido con los vecinos. Antes de que las protestas s'enseguissin, el alcalde estaba en un bar, refugiado por la lluvia, con representantes de la Coordinadora de Entidades del Poble Sec, una plataforma muy arraigada en el barrio que durante muchos años ha tenido un papel fundamental en la inclusión social de la zona. Una entidad que ha expresado tradicionalmente sus discrepancias de forma moderada y que, en el caso del Paralelo, tiene una opción favorable.
Ahora bien, la Coordinadora de Entidades no es el único actor vecinal en el Poble Sec, donde desde hace años, y sobre todo desde el estallido del 15-M, se ha consolidado una confluencia de movimientos de diversas sensibilidades que se han organizado alrededor de la Asamblea de Barrio del Poble Sec y el Ateneo La Base. Dos embriones desde donde se vertebra Som Paral·lel, con 10 meses de vida, que, además, aglutina sensibilidades del movimiento vecinal tradicional de la zona. Es el caso de la entidad cultural Talia-Olympia, que conduce el historiador del Paral·lel, Toni Oller; la AVV Sant Antoni o la AVV de la Satalia, liderada por la veterana activista Ana Menéndez, muy respetada por el Ayuntamiento y poco sospechosa de violenta.
La plataforma, que la semana pasada también fue noticia para detener un desahucio, explica en el escrito que el acto reivindicativo, que siguió Catalunya Plural, fue en todo momento pacífico y le reprochan al alcalde que debería tener más cuidado a la hora de colgar la etiqueta de “violenta” en la plataforma vecinal Som Paral·lel. “Una Plataforma que usted debería conocer ya que forma parte del Grupo Impulsor del proceso participativo del Plan de Usos del Poble Sec y que participó en el 'Espacio de Trabajo Compartido del Paralelo'. Un proceso que la plataforma abandonar por ”la opacidad de los procesos“.
Tal y como explica la plataforma, el manifiesto constituyente de la plataforma ha sido firmado por más de 50 entidades, entre ellas la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona (FAVB), los Amigos de la Bici, los Castellers del Poble Sec o Raon Públicas, la entidad contratada por el consistorio -a la que ha premiado por sus proyectos comunitarios- para dinamizar el Espacio Compartido del Paral·lel; y por más de 2.000 vecinos. “Somos vecinos, vecinas y entidades hartas de ver como los barrios se venden al modelo de ciudad que los lobbies turísticos imponen”, dicen y una carta en la que hablan de una ciudad en el vecindario “se ve expulsado por el encarecimiento de los precios, por las molestias de ruido generado por la masificación de bares y terrazas o por el crecimiento sin medida de nuevos hoteles y apartamentos turísticos”. Estos son, asegura la misiva, quienes pitaron al alcalde sábado.
