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Primer bache cultural de Jaime de los Santos y Cristina Cifuentes con Madrid en Danza

Jaime de los Santos (el segundo por la derecha) posa junto a Cristina Cifuentes. Foto: Twitter de Cristina Cifuentes

Paula Corroto

La llegada de Jaime de los Santos a la Dirección de Promoción Cultural de la Comunidad de Madrid levantó una enorme polvareda a finales de julio. Colocado por la nueva presidenta, Cristina Cifuentes, quien asumió las competencias de la política cultural de la región, pronto se señaló que De los Santos nunca había ejercido como gestor cultural. Eso sí, a sus 35 años estaba muy ligado a la vicepresidenta, Soraya Saénz de Santamaría, tras trabajar durante tres años como consejero técnico en Presidencia del Gobierno.

Con esta inexperiencia, sólo mes y medio después del nombramiento, De los Santos vuelve a estar en el ojo del huracán: la gestión del festival Madrid en Danza que este mes de noviembre debería celebrar su 30 edición. Según ha podido saber eldiario.es, a falta de dos meses la programación aún no está cerrada, y lo que es peor, hay compañías a las que se les ha comunicado que no participarán después de haberse apalabrado su participación.

La polémica viene de lejos. El mundo de la danza, tal y como han comentado desde salas y compañías a este diario, lleva todo el verano viviendo con preocupación el asunto. Y también con miedo, ya que prácticamente nadie ha querido ser citado en este artículo.

Destitución de la directora artística

Destitución de la directora artísticaTodo comenzó el pasado 27 de junio cuando la hasta ahora directora artística del festival, Ana Cabo, que llevaba doce años en el cargo, fue cesada tras el cambio del equipo de Gobierno. “Mi puesto en la Consejería era un nombramiento, por lo que nosotros cesamos en cuanto cesa el consejero. A mí no me renovaron”, comenta a eldiario.es. Después de otras elecciones sí había contado con el respaldo de la dirección cultural madrileña, pero esta vez no fue así. Tampoco hubo ningún tipo de llamada. “No, nadie me dijo nada. Yo creo que es legítimo que el nuevo responsable cambie el equipo, pero tiene que decirlo”, señala. Ni Jaime de los Santos, ni Ruperto Merino, subdirector de programación cultural de la Comunidad de Madrid –que sí renovó en el cargo- se pusieron en contacto con ella.

Hasta la fecha, Cabo había continuado con su trabajo elaborando la nueva edición del festival, que cuenta con un presupuesto de en torno a 600.000 euros. “Empezamos en enero y febrero y estamos todo el año, ya que tienes que contar con la disponibilidad de las compañías, sobre todo las internacionales”, explica la ex directora. De hecho, según confirma, en junio “había dejado una programación hecha que no estaba contratada porque quiero entender que no procedía avanzar en temas administrativos”. Pero dicha programación había llegado a estar incluso anunciada en los Teatros del Canal y “con las salas estaban comprometidas las fechas y estaban pactadas distintas programaciones”, ratifica. Ahora, cuando aún se desconoce quién ocupara su puesto –otro asunto poco claro cuando el festival está tan cerca- ella no sabe si se respetará su trabajo aunque confiesa que espera que así sea.

La programadora Laura Kumin, directora del Certamen Coreográfico de Madrid, confirma que había pactado una plataforma para compañías emergentes, si bien “no se había cerrado la aportación económica”. Ahora sabe que es muy plausible que no se haga –nadie le ha comunicado nada- y está molesta: “Hay que pensar en la viabilidad de la actividad cultural que se está haciendo, este es un evento grande. Estamos en septiembre y de una parte de la programación apalabrada no sabemos nada”.

Lo mismo ocurre con algunas salas que se han quejado a este diario de no saber qué va a pasar con las fechas que ya tenían reservadas.

Manejos desde la subdirección de programación

Manejos desde la subdirección de programaciónSin embargo, hay compañías que sí saben. El pasado 9 de septiembre, varias de ellas recibieron comunicaciones desde la Subdirección general de programación cultural informándoles de su no inclusión en el programa del festival, pese a tener comprometidas las fechas, avanzadas las producciones y reservadas las salas. A las horas el asunto se recondujo, pero de la manera más inesperada. Nadie quiere hablar directamente del subdirector de programación, Ruperto Merino, aunque son muchas las voces que indican que detrás de este movimiento está su persona.

Lo que sí se quiere destacar desde el mundo de la danza, el principal afectado por estos vaivenes de última hora, es la vulnerabilidad de la gestión cultural frente a la política. Como recalca una manager con muchos años de experiencia en el sector, “lo interesante en este asunto son las malas prácticas cuando hay elecciones. El poco respeto por el que ha estado trabajando hasta la semana anterior. Aquí el que entra revienta todo lo que se había hecho anteriormente”. Luego, incide, hay que sumar los 22.000 euros de una subvención de la Comunidad de Madrid que podría perder si no se representa su espectáculo. “Y yo hasta que no esté confirmada la nueva dirección del festival no me fío de nadie”, añade.

Laura Kumin también se siente “desilusionada” con lo que está ocurriendo. “No me siento engañada, pero con todos estos cambios, ¿dónde está el respeto por la cultura?”, apostilla.

A esta situación hay que añadir que ninguno de los cargos fue asumido tras un concurso público. No lo fue el de Jaime de los Santos, ni Ruperto Merino, ni siquiera Ana Cabo. Y para la próxima dirección artística de Madrid en Danza tampoco se ha anunciado ninguno. Los problemas surgidos con este festival demuestran la inexperiencia de De los Santos o bien que en Cultura todo sigue igual.

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