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Presupuestos 2016: Cultura, caramelo electoral

El ministro de Educación y Cultura, Íñigo Méndez de Vigo

Paula Corroto

Desde que el Gobierno de Mariano Rajoy elaboró sus primeros Presupuestos Generales del Estado, Cultura se ha dejado 300 millones de euros por el camino. La última vez que José Luis Rodríguez Zapatero tocó las cuentas para el ejercicio de 2011, con Ángeles González-Sinde como responsable de este Ministerio, la cuantía destinada fueron 1051,03 millones de euros (y ya habían sido recortados un 12% con respecto a 2010). Para 2015, la suma apenas ascendió a los 749,04 millones de euros. 2011 fue un año de plena crisis económica. 2015, como recalca Rajoy cada vez que puede, es el de la recuperación.

En todo este tiempo todas las ramas de la cultura se han visto afectadas. Primero le tocó al cine, que ha sido la bestia negra del responsable de Hacienda, Cristóbal Montoro. Si bien para 2011 a la cinematografía les llegaron 113,39 millones de euros, para 2015 la cifra apenas rebasaba los 50 millones de euros. Más de la mitad. El gran tajo llegó principalmente a mediados de la legislatura con el ejercicio para 2013, poco antes de las graves acusaciones de Montoro hacia los actores y el pago de sus impuestos.

No obstante, también teatro, museos, Patrimonio y Bibliotecas han sufrido en estos cuatro largos años. El ministro de Hacienda ha jugado con las distintas ramas, ya que mientras un año favorecía al teatro –por ejemplo, para 2014- al siguiente eran los que se llevaban el recorte. Para 2014 fueron las bibliotecas las grandes damnificadas, mientras que en 2015 fueron  la protección del patrimonio histórico y conservación de bienes culturales –como las catedrales- las que sufrieron las mayores disminuciones presupuestarias.

Qué pasará para 2016

A expensas de lo que informe este martes el Ministro de Educación y Cultura, Íñigo Méndez de Vigo, recién llegado al cargo, es muy probable que precisamente Cultura sea una de las áreas privilegiadas. Por dos motivos: su presupuesto ha sido uno de los más recortados en los últimos cuatro años y la dotación a la cultura siempre es un caramelo electoral. Formará parte del discurso de Mariano Rajoy de cara a las elecciones. No quiere el patio del artisteo demasiado revuelto, y de hecho, ya ha habido varias reuniones de Rajoy con Antonio Resines, presidente de la Academia de Cine, para calmar los ánimos que en su día encendiera Montoro. Además, hace unos meses se aprobó la nueva Ley de Financiación que, aunque no supone un cambio de modelo excesivo –excepto que las ayudas a las películas son a priori y no a posteriori-, ya es una pequeña guinda para la industria del cine.

Eso sí, no se esperan grandes alardes. Como ya anunció la semana pasada Rajoy, primará el gasto social. Cultura vendrá después aunque sí es previsible una (pequeña) inyección económica para la cinematografía – será interesante conocer cómo han lidiado en este asunto Montoro y Méndez de Vigo-, para el teatro –el año pasado sufrió una rebaja del 8,3% y ya ha dejado secuelas como las que atenazan el teatro más minoritario- la red de bibliotecas, que además acaban de implantar el préstamo electrónico y cuya dotación apenas sobrepasa los 42 millones de euros mientras que para 2008 aún estaba en 105 millones de euros, lo que ha llevado a una pérdida notable de novedades; a los museos también les puede tocar su lotería, ya que algunos como el Lázaro Galdiano de Madrid perdieron hasta un 45% de su presupuesto el año pasado. No es probable que Thyssen, Museo del Prado o el Reina Sofía aumenten demasiado, puesto que el regalo ya se lo llevaron en el ejercicio de 2015.

Patrimonio Histórico y Conservación de Bienes también pueden tener su caramelo. Han resultado muy afectados en esta legislatura y sigue habiendo algunos edificios como las catedrales –recordemos la pieza que se cayó de la catedral de León- que piden a gritos una inversión monetaria (lo que no quiere decir que la Iglesia no siga cobrando las entradas).

Y a la espera del IVA cultural

En sus últimas declaraciones, Méndez de Vigo pidió a Montoro una bajada del IVA cultural. Es lo que ha pedido el sector desde la implantación del 21% en 2012. También lo requirió el secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle, aunque su superior entonces, José Ignacio Wert, hiciera oídos sordos. No es muy probable que en las próximas horas haya un anuncio de este tipo, pero sí se prevé como un posible as en la manga de cara a las elecciones.

Para 2016 no se van a recuperar los 300 millones de euros perdidos, pero sí parece probable que se levante la mano. Ya el año pasado ocurrió cuando la partida total subió un 4,3%. Si se quiere hacer un buen anuncio electoral y una alabanza a la recuperación, Cultura será una de las grandes beneficiadas. Todo depende de la firma de Montoro.

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