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Todo lo que no ha hecho Europa para frenar las muertes en el Mediterráneo

Un grupo de inmigrantes rescatado por la embarcación RBD a su llegada esta mañana al puerto de Corigliano Calabro (Italia)/ Efe

Gabriela Sánchez

400 desaparecidos este lunes, según supervivientes. 41, el jueves. Cerca de 950 en lo que va de año. Pero esto no cesa: hoy hemos conocido una nueva tragedia que podría convertirse en la mayor catástrofe de estas aguas. Un pesquero ha naufragado con 700 personas a bordo. Han sido localizados 23 cuerpos sin vida, pero todo apunta a que los fallecidos podrían superar los 600. Mientras Mediterráneo sigue tragándose a miles de refugiados e inmigrantes y la Unión Europea prevé un “empeoramiento” de una situación ya de por sí dramática, la Comisión reconoció esta semana que no está en sus planes lanzar una operación para salvarlos. “No tiene ni el dinero ni el apoyo político para lanzar un sistema de protección de fronteras europeo capaz de buscar y rescatar”, ha afirmado su portavoz, Natasha Bertaud.

Este domingo ha amanecido con una nueva catástrofe. Un nuevo fracaso. La mayor tragedia en aguas del Mediterráneo de confirmarse los datos, según Acnur. Un barco pesquero con cerca de 700 personas a bordo que intentaban alcanzar las costas europeas ha naufragado durante la pasada noche en el Canal de Sicilia, según informa El Corriere della Sera. El diario italiano La Repubblica informa de que por el momento se han recuperado 24 cadáveres. Las operaciones de salvamento han conseguido rescatar a 28 personas del mar mientras continúan las labores de búsqueda.

En octubre de 2013, más de 300 personas murieron a las puertas de Europa en el naufragio de una embarcación. La “vergüenza” de Lampedusa dejó en evidencia la política migratoria europea y la autoridades comunitarias se comprometieron a alcanzar una solución. Las cifras son claras. 2014 se convirtió en el año “más mortífero” para los inmigrantes: 3.224 personas fallecieron ahogadas en aguas del mar Mediterráneo en su intento de alcanzar territorio comunitario.

Una de las pocas medidas concretas estudiadas por la Unión Europea en la actualidad, adelantada por eldiario.es, ha alertado a organizaciones de derechos humanos como Amnistía Internacional. La propuesta italiana de financiar operaciones de vigilancia fronteriza y salvamento marítimo en Túnez y Egipto ha sido analizada por la ONG y sus conclusiones no son alentadoras.

Aumentar la capacidad de salvamento de los países de tránsito de las rutas migratorias no es negativo, recuerdan, pero la clave de su análisis pesimista reside en una palabra: el desembarco. Según el documento al que ha tenido acceso este medio, las personas rescatadas en los países del norte de África serían trasladadas a sus puertos, por tanto, Europa se desentendería de la acogida de los potenciales refugiados que tratan de cruzar el Mediterráneo ante la inexistencia de otro modo de alcanzar la Unión Europea. En base a la propuesta italiana, Túnez y Egipto serían “los responsable de asumir el rescate” y de su recepción.

“A las dudas de la rapidez y del respeto a los derechos humanos de una operación marítima de ambos países, se suman los débiles o inexistentes sistemas de asilo de estos países”, sostiene María Serrano, portavoz de Amnistía Internacional. Túnez carece de ley y de procedimiento de asilo. Las vulneraciones de las garantías de los refugiados, migrantes y solicitantes de asilo por parte de Egipto han sido documentadas en diferentes informes de la organización. En definitiva, dicen desde la ONG, “la propuesta es muy vaga y tiene riesgo en cuanto a la protección de los derechos humanos de estas personas”.

Organizaciones y organismos internacionales, como Amnistía Internacional y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) exigen una solución urgente: la activación de una operación europea de búsqueda y salvamento. Italia, tras la tragedia de Lampedusa, lanzó de forma independiente un operativo con este objetivo, Mare Nostrum, que rescató a 189.741 personas en 2014. Durante cerca de un año, el Gobierno italiano solicitó a la Unión Europea fondos o medios suficientes para mantener esta labor de salvamento, que nunca llegó a recibir. Su coste oscilaba en torno a los 114 millones de euros.

A cambio, lanzaban Tritón, una nueva operación coordinada por la Agencia Europea para la Gestión en las Fronteras (Frontex). Sus diferencias evidencian el vacío dejado tras la retirada de Mare Nostrum. Mientras esta tenía un radio de actuación que alcanzaba hasta la frontera de las aguas internacionales; la actual opera dentro de un radio de 30 millas desde la costa italiana. El presupuesto aporta otra clave: los 9 millones al mes de Mare Nostrum por los cerca de tres destinados a Tritón, un 38% costeados por el Gobierno italiano.

El vacío tras Mare Nostrum

Desde la Agencia Europea de Fronteras (Frontex) admiten la inexistencia de una operación coordinada de rescate. “Mare Nostrum tenía un objetivo claro y único que era el salvamento marítimo. Pero ni la Unión Europea ni Frontex tienen un mandato para hacer Salvamento Marítimo”, confirmó Gil Arias, director adjunto del organismo, en una entrevista con eldiario.es. Su objetivo es, recuerda, “impedir entradas clandestinas”.

En este sentido, Arias se mostró partidario de una ampliación de los fondos europeos para extender sus objetivos a la búsqueda y salvamento de inmigrantes en el Mediterráneo. Esta es la opción que se está planteando la Comisión Europea. Según afirmó su portavoz, Natasha Bertaud, se está estudiando “si es factible o deseable aumentar los recursos presupuestarios y operacionales que la Agencia tiene a su disposición, como parte de una nueva estrategia de migración está preparando para para el próximo mes”. Mientras, los desaparecidos alcanzan cifras históricas.

Por su parte, la agencia de la ONU para los Refugiados ha elaborado una serie de propuestas entre las que se encuentran “el establecimiento de una operación europea sólida de búsqueda y rescate, un posible plan de la UE para compensar a las compañías navieras que participan en el rescate de personas en el mar, el aumento de alternativas legales creíbles a los peligrosos viajes tales como el reasentamiento, visados humanitarias y otras soluciones innovadoras, así como el establecimiento de un programa piloto para la reubicación de los refugiados sirios que llegan a Italia y Grecia”.

“Mientras todo esto se está discutiendo, la gente se está muriendo. Europa sigue sin hacer nada”, concluye la portavoz de Amnistía. “La lógica de la fortaleza europea se mantiene”.

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