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Coca-Cola da marcha atrás y sustituye los despidos por bajas voluntarias

Se mantendrá el almacén de la fábrica de Asturias con la nueva propuesta de la empresa

Belén Carreño

Sea por la presión popular sobre la bebida, por la determinación de los trabajadores que encadenan ya 18 días en huelga, o por la preocupación de la dueña de la marca al otro lado del Atlántico, las embotelladoras de Coca-Cola en España han echado marcha atrás en su propuesta de ERE.

La empresa, que recibe la denominación de Iberian Partners, ha propuesto a los trabajadores una solución para evitar los despidos forzosos. Así, la compañía recula con su idea de cerrar cuatro plantas y dice que continuará con los almacenes (que no la producción) en las plantas de Colloto, Oviedo y Palma de Mallorca. La de Valencia soportaría parte del empleo de Alicante, que sí se cerraría. La que marca el principal escollo en la negociación es el cierre de Fuenlabrada que por ahora parece innegociable. La continuación de estas plantas hace que el personal afectado por las medidas sea de 1.190 personas, frente a los 1.250 que se barajaban en principio.

La empresa retira además su posición inicial en la que preveía 750 despidos con una indemnización por 30 días por año trabajado y un tope de 18 mensualidades. Las embotelladoras proponen ahora un plan de bajas incentivadas voluntarias a las que se pueden apuntar aquellos trabajadores que así lo quieran. Recibirán 45 días por año trabajado con un tope de 42 mensualidades y 10.000 euros lineales, según la propuesta a la que ha tenido acceso eldiario.es.

Además, se ofrece un plan de prejubilaciones a partir de 56 años. Afectaría a los que cumplan esa edad a partir del 1 de abril de este año, y percibirían hasta los 63 años un 80% del salario neto percibido hasta la extinción del contrato con una revalorización del 1% anual. La empresa se haría cargo de la Seguridad Social hasta los 63 años. Los trabajadores de más de 57 años en centros no afectados también se pueden acoger pero la empresa se reserva el derecho a aprobar la prejubilación.

Para los 354 empleados que acepten ser recolocados (en el plan inicial había 500 recolocaciones forzosas además de los 750 despidos) se les ofrecerá una indemnización de 15.000 euros por traslado además de una ayuda para vivienda de 500 euros al mes durante los dos primeros años. La empresa se ofrece a correr a cargo de los cursos de formación necesarios para el nuevo puesto y a que los traslados no se hagan hasta que acabe el curso escolar en el caso de los que tienen hijos de menos de 18 años. Si el destino tiene un salario inferior al actual, se compensará con una diferencia del equivalente multiplicado por cuatro.

Con todo, si con todas estas medidas la empresa no cubre sus necesidades de reestructuración se reservan el derecho a hacer extinciones forzosas de empleo. Aunque buena parte de los trabajadores han acogido de buen grado la propuesta, los representantes de CCOO del comité de empresa de Fuenlabrada han rechazado negociar hasta que no se retire la propuesta de cerrar Fuenlabrada.

La propuesta es un giro radical en las premisas y la actitud de la compañía hasta ahora. Las siete embotelladoras de Coca-Cola en España se fusionaron el año pasado en Iberian Partners por exigencias de su socio, dueño de la marca y de la fórmula del elixir, Coca-Cola Company. Las acusadas desavenencias entre el socio local y la empresa estadounidense pasaron factura en el planteamiento del ERE, que bajo el motivo de reorganización de la producción ofrecía pocos más incentivos que la indemnización de la reforma laboral.

Así las cosas, los trabajadores comenzaron a tomar todo tipo de medidas de presión que han ido dañando la imagen de la marca. Según los expertos en imagen de marca consultados por eldiario.es, básicamente la empresa lo estaba haciendo “todo mal”. Además, para continuar abasteciendo las comunidades en las que había huelga total, la empresa estaba burlando el parón trayendo producto de otras comunidades autónomas.

La presión se intensificó hasta el punto de que Marcos de Quinto, el representante de la marca en España, comenzó a suavizar el mensaje y a anunciar una posible mejora de las condiciones. Ayer mismo, en un foro de empleo, De Quinto dijo que las expulsiones forzosas se podrían reducir a 300se podrían reducir a 300.

De Quinto se ha intentando alejar del ERE que en realidad pilota su contraparte en Iberian Partners, Sol Daurella. Pero a la vez que se alejaba de la responsabilidad dejaba claro su intervencionismo, anunciando en una entrevista en el diario El Economista, que la intención de las embotelladoras españolas, una vez culminado el ERE, era salir a bolsa y terminar comprando a los homólogos alemanes.

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