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Diario de un espía: así se infiltró la patronal de autobuses en los coches de Blablacar

Cuando el coche se convierte en un horno mortal

Pablo García / Marta Garijo

“Sobre las 09:30 horas de la mañana del domingo 1 de Marzo de 2015 nos presentamos en el lugar indicado, junto a la parada de metro denominada Alto de Extremadura. En el lugar mencionado se encuentra el conductor Carlos A. y un pasajero llamado Vicente, que será nuestro acompañante”. Así comienza el relato de la agencia de detectives que se infiltró en varios viajes organizados a través de Blablacar y al que ha tenido acceso eldiario.es.

El objeto de esta investigación era demostrar cómo funciona la plataforma y emitir un informe que sirviera como prueba en la demanda de la patronal Confebús contra Blablacar por competencia desleal. El magistrado del juzgado número dos de lo Mercantil de Madrid dirime estos días si aprobar o no las medidas cautelares reclamadas por la patronal para suspender el servicio de esta empresa en pleno auge en España, con 2,5 millones de viajeros según datos de la propia compañía. 

En la vista judicial, el abogado de Confebus hizo referencia a este informe como una de las pruebas presentadas en la demanda: varios viajes en los que los detectives actúan infiltrados tanto como viajeros como conductores en diferentes rutas por España. Además del uso de confidentes, la demanda viene soportada por un gráfico que compara el uso de Blablacar con el autobús en las mismas rutas dos días a la semana (miércoles y viernes) entre el 7 de julio de 2014 y el 29 de abril de 2015 (nueve meses). La conclusión, según Confebús: Blablacar oferta el 14% de las plazas que brindan los autocares los viernes y un 6% los miércoles en ese periodo.

En este primer viaje con espías, el detective se decanta por el trayecto Madrid-Albacete, aunque el destino final de su conductor es Alicante. “El conductor es la primera vez que publica un viaje en Blablacar y el motivo de este viaje es personal”, cuentan los detectives. Así, camuflado como un viajero cualquiera el investigador narra su experiencia y sus conversaciones con otros pasajeros. Este es el caso de Vicente, que viaja en el mismo coche y que les cuenta que ha usado este servicio en más ocasiones.

“Es una buena forma de viajar, ya que si lo decides a última hora, otros medios de transporte resultan muy caros”, opina el otro pasajero. Según los datos de la patronal de transporte por carretera, no hay datos de Madrid a Albacete, pero de Madrid a Alicante (adonde se dirige el conductor) Blablacar supuestamente transporta al 53% de los viajeros potencialmente usuarios del autobús.

“Acordar el pago para no pagar a Blablacar”

“El conductor realiza una buena conducción durante el trayecto, respetando los límites de velocidad y las señales de la vía. Realizamos una parada sobre las 11:00 horas de la mañana en una gasolinera para ir al baño y tomar un café”, prosigue el relato. Una vez llegan al destino, el investigador se dispone a hacer el recorrido contrario mediante la misma fórmula.

El investigador prosigue con sus pesquisas sobre el funcionamiento de la plataforma y decide preguntarle al conductor por la comisión que ha implantado Blablacar y que cobra a los viajeros. “Nos comenta que hace el servicio más seguro pero es más caro. Que él tiene ya pasajeros habituales en esta ruta, que le llaman para saber si realizará el viaje y acordar el pago en metálico para no pagar las comisiones a Blablacar”, prosiguen en el informe. “Cuando reservamos el viaje no nos dijo nada porque no nos conocía, pero nos comenta que guardemos su teléfono para hacerlo de este modo la próxima vez. En el camino paramos en una gasolinera para repostar y al llegar a Madrid nos deja en Conde Casal tras despedirnos de él”, añaden.

Viaje a Salamanca

Los detectives deciden seguir probando otras rutas para ver cómo funciona Blablacar. En esta ocasión se decantan por un viaje ofertado por un conductor que les cita frente al Ejército del Aire en Madrid. “Esperamos. Pasados unos minutos se detiene un vehículo Ford Focus que conduce un joven. En el vehículo hay dos chicas, una ocupa el asiento del acompañante del conductor (lleva un pequeño perro a sus pies) y una segunda un poco más mayor en los asientos traseros. La joven que esperaba fuera del vehículo y yo subimos a la parte trasera del mismo”, continúa relatando el investigador.

Daniel, el conductor de este viaje, ha realizado muchos trayectos con Blablacar y está contento con los resultados, se indica en el informe del detective. Los pasajeros también son habituales del servicio y de hecho, según explican en el informe, dos de ellos se saltan directamente la plataforma y contactan con el conductor. Por lo que directamente le pagan en mano. “Por lo que parece, cuando Daniel viaja con personas que ya conoce, el trato siempre es el mismo, ahorrándose el pasajero los gastos de gestión. Asimismo, comenta que la página tarda de 2 a 3 semanas en abonar la cantidad del conductor, por lo que así resulta más sencillo”, explican los detectives en el documento.

La vuelta a Madrid también la realizan con el mismo método. En esta ocasión es una conductora con un vehículo rojo que llevará a tres pasajeros en el viaje a Madrid, entre ellos al investigador. “Elena (la conductora) lleva viajando con Blablacar desde el verano de 2014, y siempre viaja con pasajeros de Salamanca a Madrid. En el viaje de ida que ella realiza no suele llevar ningún pasajero, ya que ella sale los viernes a mediodía desde Fuenlabrada, lugar en el que se sitúa su puesto de trabajo (es profesora en un colegio)”, prosigue el relato del detective. “Las otras dos jóvenes llevan muchos meses viajando de esta forma, sin haber tenido dificultad ninguna por ello. Antes de acabar el viaje, mando al conductor el código de verificación que consta de 6 letras mayúsculas, para que el pueda cobrar el mismo”, concluye. 

¿Te ha llevado un detective en el coche?

La agencia de investigadores también decide situarse en el lado contrario y realizar un viaje como conductor. Decide publicar un anuncio para hacer un viaje entre Madrid y Zaragoza, donde añade la posibilidad de desviarse como máximo 15 minutos y otros 15 minutos como máximo de retraso sobre la hora prevista. “También añadimos la posibilidad de bolsa de viaje de tamaño mediano. El precio que publicamos es de 10€, y un máximo de tres pasajeros”, narran. De acuerdo con el análisis de Confebus realizado de julio de 2014 a abril de 2015, el Madrid-Zaragoza es de los trayectos donde menos plazas pierde el autocar con relación a las que se disponen Blablacar: un 10%. Se nota la presencia del AVE, al igual que en el Madrid-Barcelona (12%).

Los detectives reciben una consulta de Andrea que les pregunta si se pueden desviar hasta La Almunia de Doña Godina, un desvío de apenas cinco minutos de la A2 por lo que deciden aceptarlo. Ese mismo día reciben la llamada de otro de los pasajeros que ha reservado para él y un amigo. El investigador cita a los tres viajeros en la Estación de Atocha. “Cuando son las 16:00 horas estacionamos en el lugar de encuentro y nos reunimos con los tres pasajeros: guardan su equipaje en el maletero de nuestro vehículo y, mientras ellos montan en la parte posterior, ella lo hace en el asiento del copiloto”, relatan en el informe.

Aquí descubren que la estación es un lugar habitual de encuentro de quienes organizan viajes con Blablacar. “Doña Andrea comenta que había varios vehículos de conductores de Blablacar y pasajeros, esperándose los unos a los otros, en el mismo sitio de nuestro lugar de encuentro”, apuntan. 

Respecto al viaje, los detectives siguen recabando los puntos de vista de los viajeros. “Ella nos comenta que varias veces ha viajado de esta forma, mientras que para ellos esta es la primera vez, aunque cuentan con la referencia de un amigo de que es un medio fiable sin tener que gastar más dinero y no tener que reservar con mucha anterioridad. Nos comentan que el pago que han tenido que hacer, a través de tarjeta, es de 12€, más otros 2€ por cada uno por comisión a Blablacar”, cuentan los detectives.

La ruta transcurre sin contratiempos. “Dejamos a doña Andrea en La Almunia de Santa Godina, facilitándonos el código, momento en que don Denis aprovecha para darnos el suyo, porque añade que ya le da igual. Los tres agradecen el viaje, alaban la tranquilidad y lo relajado que han ido. Nos despedimos”, finalizan el relato los investigadores.

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