Herrera no logra salvar Lauki, pero abre la puerta a que Lactalis la venda

El presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, se reunió hoy en París con directivos de la multinacional lechera francesa Lactalis, a quienes no arrancó el compromiso de renunciar al cierre de la planta vallisoletana de Lauki, aunque sí el de estudiar la venta a otro grupo.

Tras un almuerzo de trabajo de casi tres horas mantenido en la Embajada de España en Francia con el director de relaciones internacionales de Lactalis, Michel Nalet, la delegación castellanoleonesa salió con un sabor agridulce.

Por un lado, se constató la posición “absolutamente cerrada” de la multinacional a mantener la actividad de Lauki y a renunciar al despido de sus 85 trabajadores y, por otro, se logró que abra una opción para vender la planta a otro grupo, incluso del mismo sector, una postura a la que hasta ahora se oponía, según la delegación castellanoleonesa.

“No les gusta la opción de reconsiderar no cerrar la planta, están más abiertos a buscar nuevos compradores”, indicó la consejera de Agricultura de la Junta, Milagros Marcos, la única miembro de la delegación que se dirigió a los medios tras el encuentro.

Marcos destacó la importancia de haber abierto una línea de interlocución con Lactalis, algo que no lograron otras comunidades autónomas afectadas por el cierre de plantas de la compañía francesa, como Valencia o Andalucía.

Ese diálogo, señaló la consejera, ha servido para abrir la opción de que otro grupo, incluso del sector lácteo, mantenga la actividad en Valladolid.

La responsable de Agricultura afirmó que existen compradores interesados y mostró su deseo de que, gracias a esta línea de negociación, “puedan llegar a buen puerto”.

“Se ha abierto la posibilidad de que se venda la planta a cualquier empresa, sea del sector que sea, y que garantice el empleo de los 85 trabajadores en Valladolid”, aseguró Marcos.

La consejera hizo notar que “la posibilidad de que haya nuevos compradores estaba complicada hasta ahora y si es a una industria láctea todo puede ser más sencillo”.

Marcos subrayó que les consta que hay compradores interesados y, aunque no renuncian a que Lactalis mantenga la actividad, van a trabajar en esa vía.

Otro de los pequeños logros de la delegación castellanoleonesa en París fue que la dirección de Lactalis se comprometió a estudiar la paralización temporal, mientras duren las negociaciones, del Expediente de Regulación de Empleo (ERE) abierto a la plantilla.

La consejera detalló que “ellos pensaban que (paralizar el ERE) no era positivo para los propios trabajadores”, pero que la Junta les enviará “el documento que demuestra que los empleados lo consideran conveniente”.

Los dirigentes de Lactalis “consideran que están apoyando a los trabajadores dándoles opciones que están fuera de Castilla y León, pero que no convencen a la Junta. Nosotros planteamos que esas opciones estén vinculadas a la actividad en la región”, comentó Marcos.

La responsable de Agricultura quiso enviar un mensaje de optimismo porque “en esta empresa, cada paso, por pequeñito que sea, es un gran logro por la cerrazón que hay en cada una de sus decisiones”.

Frente a los “criterios puramente de beneficio empresarial” que llevaron a Lactalis a decidir el cierre de Lauki, la Junta puso sobre la mesa un estudio que demuestra que la planta vallisoletana tiene viabilidad.

Destacó, en concreto, “la calidad laboral y humana” de sus 85 trabajadores, su “posición estratégica” cerca de Madrid (principal mercado del grupo en España), la calidad del producto, la “rentabilidad” y las “opciones de crecimiento y de mayor competitividad” del centro de producción.

La consejera señaló que la pérdida de competitividad de la planta tiene que ver con la reducción desde 2011 de su actividad y de su plantilla a la mitad, pero se mostró convencida de que, con una inversión en modernización -que la Junta está dispuesta a apoyar económicamente- y con el esfuerzo de los trabajadores, la continuidad de Lauki es posible.

Pero los directivos de Lactalis indicaron que no están interesados en esas ayudas y que su decisión de cerrar la planta no tiene vuelta atrás.