7 ejemplos de turismo irresponsable con animales

Un ejemplo de actividad turística irresponsable en la que los visitantes montan en avestruz. Marv Gillibrand.

Roberto Ruiz

No hace falta salir de nuestras propias fronteras para encontrar multitud de ejemplos en los que los animales viven por y para el entretenimiento del ser humano. Ejemplos tenemos mil. Pero a veces al viajar al extranjero el exotismo de las nuevas experiencias nos puede y estas actividades pueden parecernos menos malas. Nada más lejos de la realidad, si queremos ser unos viajeros responsables y respetuosos hay ciertas actividades que es mejor evitar.

¿Pasear en elefante? ¿Montar en avestruz? ¿Posar con plácidos tigres? Tras estas actividades enfocadas a los turistas los animales se convierten en víctimas del beneficio económico humano. Y éstos son sólo unos ejemplos, la lista podría ser mucho más larga. Mientras haya un turismo que pague por ello estas actividades difícilmente desaparecerán.

Ante todo, dejemos claro que todas las fotos de este artículos son una muestra de lo que NO se debe hacer. La mejor manera de disfrutar de la fauna es observándola en su medio natural, sin que implique nuestra interacción con ella. Sé un viajero responsable y da ejemplo evitando las siguientes situaciones.

Los elefantes como diversión

En varios países del Sudeste Asiático es muy común encontrar diversas actividades con elefantes. Elefantes que juegan al fútbol, elefantes que pintan cuadros, elefantes que hacen equilibrios… nada más alejado de su instinto natural, como podemos ver. También encontramos supuestos centros de recuperación de elefantes donde, al fin y al cabo, el objetivo es atraer al turista y darle un paseo en elefante a cambio de pagar una entrada. Sí existen verdaderos centros de recuperación de elefantes, pero en ellos los elefantes no tendrán que hacer nada por contentar a sus visitantes. Las actividades con elefantes son muy comunes en Tailandia pero su empleo también es común en India, donde por ejemplo los paquidermos son utilizados como taxis en la subida al Fuerte de Amber, en Jaipur.

Estrellas de mar que se asfixian

Las estrellas de mar se han convertido en las silenciosas víctimas de miles de turistas en busca de la foto perfecta con la que conseguir más “me gusta” en sus redes sociales. Es muy común, tanto en Asia como en América, realizar excursiones en barco visitando islas en las que algunas paradas están programadas en zonas pobladas por estrellas de mar. Los turistas se lanzan al agua y, principalmente por desconocimiento, les falta tiempo para sacar a las estrellas del agua y posar con ellas en sus selfies. Las estrellas ni pueden huir ni se pueden defender, por lo que no les queda otra que ahogarse poco a poco fuera del agua. Si en alguna de estas excursiones caemos en una situación de estas hagámosle fotos a las estrellas, que son preciosas, pero siempre sin tocarlas y sin sacarlas del agua. En nuestra mano está también informar a los demás porque, por supuesto, rara vez los guías locales advertirán del correcto comportamiento que se ha de seguir.

Nadar con delfines estresados

Comenzó en acuarios y delfinarios pero también se ha extendido al mar abierto. Al cliente se le vende la idílica experiencia de nadar en el mar con sus amigos los delfines, pero a estos cetáceos, cuando son rodeados por infinidad de barcos y apabullados con decenas de turistas a su alrededor, seguramente no les parezca un plan tan ideal. En un lugar tan paradisiaco como pueden sonar las Islas Mauricio es una práctica comúnmente ofrecida a los visitantes.

Montar en avestruz

En varios países africanos, en Estados Unidos, en muchos otros sitios e incluso en España. Las granjas de avestruces nacieron como una forma de producción de carne pero son muchos centros los que además venden la experiencia de montar en avestruz, por muy extraño que pueda sonar. Las avestruces son atadas y encapuchadas hasta que sus jinetes las montan, entonces echan a correr despavoridas llevando sobre ellas a quienes han pagado por ello. Ni que decir tiene que poco tiene que ver esto con la vida normal del avestruz en su hábitat natural.

El feeding de los tiburones toro

De todas las especies de tiburones que existen sólo cuatro son potencialmente peligrosas para el ser humano. Una de ellas es el tiburón toro y, cómo no, su fama lo convierte en un perfecto imán a la hora de atraer turistas. En Playa del Carmen, en la Rivera Maya mexicana, se ha puesto de moda el buceo con estos tiburones. Para atraer la atención de los escualos y mantenerlos al alcance de las cámaras se recurre al feeding, es decir, a su alimentación para asegurar su presencia. Esta alimentación no natural, aunque sea con pescado, hace que los tiburones se acostumbren a no cazar, que los animales puedan perder el miedo a las personas o alterar sus ciclos migratorios. Si buceando tenemos la suerte de encontrar animales al azar, bien, si condicionamos su comportamiento a nuestro antojo, mal.

Parques de tigres

También muy comunes en el Sudeste Asiático y verdaderamente polémicos en muchas ocasiones. Supuestos centros de recuperación de tigres que en muchos casos son simples reclamos turísticos. ¿Quién puede resistirse a entrar en las jaulas de los tigres a hacerse fotos con ellos? Los grandes felinos parecen ser inofensivos (porque normalmente están sedados…) y siempre es una bonita foto de la que presumir en Facebook…

Tiburones ballena en Filipinas

Otro caso de feeding de animales salvajes con tal de contentar a los humanos. Ponemos el ejemplo de Oslob, en Filipinas, pero podríamos poner unos cuantos más. En este caso los tiburones ballena son atraídos a base de comida a puntos concretos donde infinidad de turistas se bañan con ellos. La alimentación artificial los sacan de su ciclo natural, rompiendo sus costumbres y también sus movimientos migratorios. Para ser unos viajeros responsables con los animales hay que evitar este tipo de prácticas, es posible avistar este tipo de animales sin necesidad de condicionar su conducta.

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