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Sin intermediario: los productores artesanos de comida podrán venderla directamente

Cultivo de lechugas ecológicas

José L. Aroca

La idea no es nueva, pero sí buena. Dar facilidades a los pequeños productores locales de alimentos para que puedan venderlos directamente, sin tener que entregar sus estrechos márgenes a los intermediarios. Quesos artesanos, mermeladas, frutas y hortalizas, o dulces típicos podrían pasar a formar parte de un ‘circuito corto’ de comercialización si sale adelante la idea del Gobierno regional, que prepara una ley de Flexibilización de la Producción Agroalimentaria.

El texto ha pasado este martes por el Consejo de Gobierno de la Junta, que pretende sea aprobado antes de las próximas elecciones autonómicas.

El consejero de Salud y Política Sociosanitaria, Luis Alfonso Hernández Carrón, que explicó algunas líneas del proyecto, no es la primera vez que lo anuncia y habla de él. Ya lo hizo hace algo más de dos años, en octubre de 2012, pero nada volvió a saberse y ahora lo ha hecho de nuevo.

Se trata de flexibilizar los requisitos higiénico-sanitarios, para cubrir “un vacío legal”, de una actividad muy arraigada en Extremadura como es la de vender productos frescos y transformados, directamente desde el productor al consumidor, ya sea en la misma explotación o en un comercio de la localidad, en el “mostrador del pueblo”, no en la calle pues la venta ambulante seguirá prohibida.

Esta novedad podría beneficiar a 7.000 ganaderos y 11.500 cultivadores de frutas y hortalizas, estima la Junta, y además al consumidor que accedería a productos más baratos y de mayor calidad.

Las matanzas, excluidas

Las matanzas domiciliarias quedarían excluidas, pero la ley sí incluiría otros productos que con la legislación actual exigirían una gran inversión para su elaboración y venta. La legalización dependerá del volumen fabricado y el proceso de elaboración, lo importante no va ser la ley, de apenas ocho artículos, sino los reglamentos específicos de cada producto.

Hablamos de quesos, mermeladas caseras, dulces típicos, miel, licores, frutas hortalizas, setas, níscalos, o cardillos, por ejemplo, que actualmente se venden fuera del circuito legal. La asociación de queseros artesanos podrá sacar productos determinados en comarcas concretas como Hurdes o Campiña Sur, que se producen a pequeña escala y no exigen grandes procesos de transformación, lo que va a permitir a los elaboradores complementar su renta agraria.

Los vendedores tendrían que inscribirse en un registro, y superados los requisitos obtendrían un sello de calidad.

Las organizaciones agrarias UPA-UCE y COAG, críticas con el Gobierno regional en otros aspectos, aplauden sin reservas la idea, aunque advierten que siempre se tratará de pequeños volúmenes comerciales y económicos que no van a solucionar el problema general de renta del campo extremeño.

Ignacio Huertas de UPA-UCE señala que este comercio alimentario de ‘circuito corto’ está muy desarrollado en países como Francia, donde adquiere un volumen importante, y que si se logra implantar en España podría tener futuro garantizar la continuidad de algunas pequeñas explotaciones agrarias. El ‘pero’ que resta valor al proyecto es el momento en el que llega, añade, en época preelectoral: “¿En cuatro años no han tenido tiempo de sacarlo y lo hacen ahora?”.

Su compañero de COAG Juan Moreno también se sitúa a favor de una idea que “nosotros venimos defendiendo hace muchos años”, e incluso practicando en mercados locales semanales, quincenales, o con el reparto de productos en Madrid, que es la de mercados más transparentes, sin intermediarios, con beneficio para productor y consumidor. Moreno ve que es un campo abonado por ejemplo para los productos ecológicos.

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