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Pegatinas racistas llenan Badajoz con mensajes en contra de los refugiados sirios

Una de las pegatinas encontradas por las calles de Badajoz / @JoBadajoz

Jesús Conde

Se agolpan en farolas y algunas fachadas. Los mensajes xenófobos se exhiben sin complejos por las calles de Badajoz.

Se trata de pegatinas contrarias a la migración que muestran el dibujo de un cerdo, acompañado de la bandera de España, y con el mensaje de “Refugiados no bienvenidos”. Las pegatinas racistas pueden verse desde la margen del río hasta la zona Centro, desde Valdepasillas a La Paz.

Se trata de unos mensajes contrarios a la llegada de refugiados que huyen de la guerra, de la violencia que soportan en sus países. Estos adhesivos han puesto en alerta a las plataformas ciudadanas extremeñas en defensa de los refugiados, que advierten de la importancia que adquiere la labor pedagógica desde las administraciones.

Semanas atrás detalló el consejero José María Vergeles que la comunidad ya está preparada para acoger personas refugiadas y que la Junta ha declarado a la comunidad territorio preferente de acogida de refugiados. Dispone de la logística necesaria de la mano de 15 albergues y otros espacios públicos listos para funcionar de inmediato, para albergar en torno a unas 350 personas, dentro del reparto proporcional que marcó el Gobierno de Rajoy.

La campaña de pegatinas que han aparecido ahora en Badajoz no es un hecho aislado, sino que se enmarca dentro de la campaña nacional denominada ''Lo nuestro''. En sus redes sociales reflexionan sobre raza y racismo, o comparten imágenes falangistas.

Allí detallan los pasos que hay que seguir para encargar las pegatinas racistas, cuenta bancaria incluida, al mismo tiempo que trasladan mensajes tales como que muchos de los refugiados son personas jóvenes que “en lugar de combatir por su tierra, eligen venir a Europa para dar lecciones morales a los europeos”.

“Las instituciones que mantenemos con nuestros impuestos han abandonado a nuestros compatriotas, y se desviven por garantizar el bienestar de una población ajena que, para más inri, está enfrentada a nuestras costumbres y tradiciones”.

No se quedan cortos en mensajes de moralidad, y afirman que la inmigración que “está amenazando las fronteras europeas del Mediterráneo, ni siquiera es población siria”. “Desde los más altos organismos de la UE, hasta los alcaldes de los municipios más pequeños, todos se han apresurado a ofreceré fondos (pagados por todos nosotros, por supuesto) para alojar y mantener a los refugiados”. Alegan así que estas personas tienen derecho a unas ayudas a la que “la población española en riesgo de exclusión no tiene acceso”.

¿Cómo se combaten los mensajes racistas?

Juan Zúñiga, de Refugiados Extremadura, advierte que por desgracia se trata de mensajes que esperaban que aparecieran, como ya ha ocurrido en otros lugares. “La presencia de reductos de personas extremistas, cuando aún siquiera han llegado, nos lleva a reforzar el papel que debe jugar la sensibilización, sobre todo entre el colectivo de los jóvenes, que pueden ser los más vulnerables a los mensajes racistas”.

“Son personas que usan todo tipo de recursos, y que no dudan en tirar de falsedades. Frente a estos mensajes debe haber una información amplia, veraz, y una tarea de las administraciones mediante constantes campañas de sensibilización no solo esta legislatura, sino a medio y largo plazo”, comenta. Reclaman a la Junta recursos duraderos en este sentido.

También ha trasladado su preocupación a este diario Rafael Barragán, de la Plataforma Pro-refugiados Badajoz, que entiende que se tara de una “ofensa incomprensible para los derechos humanos”.

“Es muy grave el fomento de mensajes racistas que pueden calar entre personas sin ninguna clase de sensibilidad bajo el argumento de que vienen a quitarnos el trabajo”. Pregunta igualmente a estas personas cómo entienden que “las mercancías que consumen a diario no tienen fronteras, y las personas que huyen del horror de una guerra y de la violencia sí”.

“Es un uso deshonesto e inmoral de un problema muy grave, y desde luego que tenemos que combatirlo desde la reflexión”, comenta.

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