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Tolerancia cero a la transfobia: Colectivos LGTBI animan a repensar el género y abrir mentes

Jóvenes trans

Jesús Conde

En rasgos generales la sociedad extremeña tiene un alto nivel de tolerancia hacia las personas transexuales. Las agresiones son poco frecuentes. De modo que gozan de un entorno seguro en la región según explica Fundación Triángulo.

En los últimos cinco años tan solo se han registrado dos agresiones verbales hacia personas transexuales, de acuerdo con los datos que maneja este colectivo LGTBI.

Las alarmas han saltado esta semana tras la denuncia de la ‘Comisión 19 de marzo’, que hacía pública la agresión a un chico transexual, Kain, en un local de copas de Mérida. En este caso, según denuncia, sufrieron la agresión él y su acompañante cuando la víctima intentaba acceder al baño acorde a su género ‘sentido’.

Tanto Triángulo como Extremadura Entiende trasladan un mensaje alto y claro: tolerancia cero ante agresiones y discriminaciones por transfobia. Animan a abrir mentes. Repensar los cánones culturales de género que oprimen a las personas y avanzar hacia una sociedad más rica, más diversa.

Fobia a lo diferente

Extremadura Entiende explica que estas agresiones son un acto más dentro de un mundo lleno de discriminaciones. Donde las personas transexuales pueden verse presionadas cuando quieren usar un baño público acorde al género que sienten. Cuando hacen trámites administrativos, por ejemplo renovar el DNI, o cuando son llamadas por un pronombre con el que no se identifican (el, ella).

A su juicio estas discriminaciones tienen su origen en una falta de sensibilidad hacia lo diferente, hacia lo diverso. La sociedad avanza, pero existen personas que siguen sin tolerar estas diferencias, según explica Cristina Pérez, de Extremadura Entiende. En este caso no toleran el género con el que la víctima se identifica (hombre-mujer, o no binario).

Hugo Alonso, de Fundación Triángulo, coincide con este diagnóstico y añade que vivimos en una sociedad ‘heteropatriarcal’ que muestra desprecio a lo diferente. Piensa que es un problema que viene desde la base, desde la educación.

Ya en edades tempranas se marcan unos retos compartidos, que tienden a homogeneizar y hacer uniformes a niños y niñas. En este caso de la mano de un género impuesto nada más nacer: hombre si el infante tiene pene, y mujer si tiene vulva.

Comenta Alonso que existe una igualdad legal, todos somos iguales en derechos, pero no somos seres uniformes en sociedad. Ser consciente de ello abre las puertas a un mundo de tolerancia.

Un proceso lleno de dolor

Triángulo piensa que el odio al mundo trans está acompañado de un profundo desconocimiento social hacia la gente que pasa por este proceso. “La gente tiene una imagen equivocada, que les hace pensar que viven así por capricho o por su propio deseo. Cuando es un proceso mucho más profundo que se vive desde la infancia”.

Estas personas pueden experimentar un importante sufrimiento personal. Cuando dan el paso y deciden vivir conforme a cómo se sienten (hombre-mujer-neutro) reciben el ‘castigo’ de un agresor que le insulta o desprecia. En algunos casos incluso con la agresión física.

Extremadura Entiende recuerda que existe una Ley extremeña LGTBI pionera, y hay que seguir trabajando en este sentido. En cuanto a la pregunta de si las leyes en ocasiones avanzan más rápido que la sociedad: piensa que hay de todo. “Hay gente que avanza más rápidamente y acepta las cosas, frente a otra sociedad muy anclada en la tradición, con roles de género e identidades”.

A esto añade Triángulo que la transfobia es excluyente, y como otros tipos de violencia es un hecho grave. “Resulta complejo medir si esta fobia es peor o más dañina socialmente que otras”. Existen grados, y también hay casos graves de homofobia o de lesbofobia, el odio a las lesbianas, por ejemplo.

Agresión en Mérida

La Comisión 19 de marzo denuncia en un comunicado, sobre los hechos de Mérida, que la víctima y su acompañante sufrieron la agresión cuando la persona trans intentaba acceder al baño. “No solo quisieron impedirle el acceso, sino señalarle ante el resto de personas y agrediéndole tanto a él como a su amigo”.

Las víctimas denunciaron ante la Policía los hechos sucedidos la pasada semana. “Desde la Comisión 19M queremos recriminar no solo la agresión y el acto de humillación que se quiso hacer, también la actitud pésima de la Policía, que no supo dar respuesta adecuada a la víctima”.

Ante estos hechos, muestran su solidaridad con la víctima y reclaman a la Junta que ponga en marcha los protocolos de actuación policial “para que en las comisarias puedan saber cómo actuar y qué deben evitar cuando se encuentren ante un caso de LGBTifobia”.

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