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En las tiendas del futuro tendrán siempre tu talla: serás tu propio sastre

¿Cómo te imaginas las tiendas del futuro?

Lucía El Asri

Son tiendas que bien podrían estar en un centro comercial de los de toda la vida, pero en este caso son virtuales y caben en un lápiz de memoria. En ellas puedes comprar cualquier producto que imagines y ahora, también, confeccionarlo. Siempre que cuentes, eso sí, con el dispositivo adecuado.

Grandes marcas como Tesco, Sephora o Nike ya han implementado alguna característica innovadora a su modelo de venta. Tesco, por ejemplo, anima a sus clientes a utilizar las Google Glass para escanear el código de barras de los alimentos y agregarlos a un carrito de la compra digital. Sephora va un poco más allá, experimentando con un espejo de realidad virtual que permite a sus clientas probar diversas sombras de ojos y barras de labios sin aplicarlas de forma real sobre su piel.

Mientas tanto, Lowe's, una empresa estadounidense dedicada al ámbito del hogar, apuesta por una sala, también virtual, donde sus compradores pueden ver una representación en 3D de sus nuevos productos antes de que salgan al mercado. La española Inditex, por su parte, apuesta por la tecnología RFID, que permite a los grandes distribuidores tener controlado el producto en las diferentes etapas del proceso hasta que llega al usuario final.

Nike lleva un tiempo dejando que sus compradores personalicen sus propias zapatillas como una forma de “construir relación y confianza con la marca”, un sistema que parece tener éxito.

Más allá de los intentos de algunas grandes empresas por adaptarse a un entorno cambiante e innovar, otras nacen con el propósito de comerles terreno especialmente en el ámbito del textil, y para ofrecer una experiencia radicalmente diferente, que en la mayor parte de los casos tiene que ver con mejoras relacionadas con el punto de venta. Las firmas Hointer y Mtailor son algunos ejemplos de 'startups' que apuestan por este sector, un terreno en el que se impone el “hazlo tú mismo”. Sus experimentos también comienzan a estudiarse en algunas universidades internacionales.

Un nuevo universo en el ámbito textil

“Deja de vestir ropa que otros hombres también tienen”. Así de tajante es Mtailor desde su web. Y es que la empresa ha creado una aplicación destinada, al menos por el momento, solo a hombres. Sus objetivos son muy claros: que puedas diseñar tu propia ropa, elegir la tela o el complemento, y diferenciarte por completo de otras personas.

Rafi Witten, uno de los impulsores de la idea, asegura a HojaDeRouter.com que el proyecto, aunque fue lanzado a finales de junio, ya tiene resultados visibles y los usuarios están encantados. Explica que la idea surgió después de que su compañero Miles y él se dieran cuenta de que, aunque compraban casi todo de forma online, nunca se atrevían a hacerlo con prendas de ropa. “Nos frenaba el pensamiento de que, una vez comprado, no nos quedaría bien. Así que decidimos crear una herramienta con la que estuviéramos seguros de que eso no iba a ocurrir”.

Pero, ¿cómo es eso de diseñar tu propia ropa? Según Witten es algo muy sencillo, “el cliente se toma medidas a sí mismo”. Tiene que coger su teléfono móvil, hacer una foto - directamente desde la aplicación - apuntando a la parte del cuerpo donde iría una determinada prenda, y listo. Asegura que toma medidas con una precisión un 20% mayor que un sastre profesional. El usuario “puede estar seguro de que cuando se ponga la camisa le quedará perfecta”.

El caso de Hointer es muy parecido. Nadia Shouraboura, su impulsora, nos cuenta que cualquier persona puede acercarse a su pequeño establecimiento, para no perder las costumbres, y elegir la prenda que desee comprar, tanto de las que vea allí como de las que encuentre a través de su aplicación oficial. ¿Lo que más le diferencia? Que en su tienda solo existe un modelo único de cada pieza.

Dice Shouraboura que este modelo aúna dos aspectos importantes. Por un lado, cualquier persona puede ver imágenes de sus productos por internet, comparar precios, leer comentarios de otros clientes, y comprar cómodamente desde cualquier lugar. Sin embargo, “hay una cosa importante que no se puede hacer en línea: ver, tocar, sentir el producto”.

Con su aplicación no solo podrás elegir la prenda, sino también personalizarla. ¿Lo mejor de todo? Que te la llevas a casa recién salida del horno, porque eres tú quien dirige todo el proceso de fabricación. En solo unos minutos, lo que quieres comprar estará listo.

La empresaria dice que es un modelo de negocio que ha venido para quedarse. Por eso ya está siendo estudiado por algunas universidades, como es el caso de la Universidad Cal Poly Pomona (California). Esta institución, incluso, ha creado una herramienta que mezcla varias de las características de los dos proyectos citados anteriormente. Pretende permitir que la ropa se fabrique en 30 minutos guiada por quien vaya a comprarla. “Todo a medida”.

¿Qué pasa con el largo proceso de corte, confección y coloración? Que se simplifica notablemente. Según el equipo que ha impulsado este proyecto, con la colaboración de AM4U – una empresa dedicada a crear tecnologías innovadoras para la fabricación de ropa - la iniciativa demuestra que el comercio electrónico, los métodos de producción digitales y las técnicas de teñido innovadoras pueden revolucionar la fabricación de ropa.

Diferenciación y beneficios

Shouraboura cree que, en un momento en el que muchas tiendas se parecen y ofrecen los mismos productos a nivel industrial, el nuevo modelo de negocio que ella y otros comienzan a proponer puede ser la clave de la diferenciación. “El autodiseño puede crear interesantes experiencias de compra”, asegura. Siempre desde un modelo bastante alejado de los estantes llenos de ropa que, si no se vende, se acaba acumulando en grandes cantidades. Una situación que en ocasiones obliga a sus dueños a ofrecer descuentos inasumibles - aunque mejor eso que relegar los productos a un almacén.

Bud Robinson, uno de los representantes de AU4M, comenta a este medio que la diferencia entre estos modelos de negocio y los ya existentes es muy sencilla: hoy en día las grandes marcas necesitan cientos de euros para hacer simples prendas de muestra en abundante cantidad. Los nuevos modelos hacen muestras artesanales de forma rápida y barata, y no se malgasta material ni recursos puesto que únicamente se fabrica lo que el usuario quiere.

Este tipo de iniciativas están pensadas tanto para minoristas como para grandes marcas, y quienes se deciden por un negocio así están convencidos de que su modelo de pequeña fábrica puede duplicar o triplicar el beneficio de una empresa que sigue los procesos habituales. Con estos nuevos proyectos, nada se confecciona hasta que se vende y se ahorran costes en salario y espacio. Es evidente: ya no serán necesarias grandes tiendas para albergar los productos. Unos cuantos 'gigabytes' de memoria pueden ser el equivalente virtual de un almacén de 30 kilómetros cuadrados.

Los responsables de AM4U dicen que los beneficios finales de su iniciativa pueden ser un 20 o 30% más elevados que en una situación normal. Además, un proyecto así “puede permitirse el lujo de pagar buenos salarios en sus mercados de origen, y dejar de lado el trabajo exagerado y a destajo que tiene lugar a miles de kilómetros y cuyos resultados llegan después de meses”.

¿Y la reacción del entorno?

El proyecto de AM4U va por buen camino. Lanzó su primera fábrica en junio, en Los Ángeles, y sus representantes aseguran que ya están interesadas en él 140 grandes marcas y minoristas.

Desde el punto de vista de los clientes, según Shouraboura, también están obteniendo experiencias positivas. Tanto Mtailor como Hointer estaban pensadas para hombres en un primer momento, hasta que comenzaron a recibir gran demanda de mujeres que también querían disfrutar de estos servicios. La primera está en proceso de responder a esas demandas y la segunda ya lo ha hecho. La respuesta de los socios también está siendo favorable ya que “ahora tienen más tiempo para dedicar a esos clientes”.

También recibieron peticiones de adolescentes y personas de avanzada edad, así que Hointer ha comenzado a vender licencias para que otros minoristas puedan utilizar su tecnología adaptándola a otro tipo de consumidor.

Según la responsable de la empresa, un modelo de negocio de este tipo “genera una comodidad para el cliente infinitamente más elevada”. Y lo explica de forma divertida: “cuando vas a una tienda puedes probarte prendas y consultar al auxiliar de ventas, pero habitualmente necesitas cargar con toda la ropa hasta el probador. Allí estás de pie, desnudo, y de repente puedes darte cuenta de que necesitas una talla diferente. Así que te tienes que vestir y volver a por ella o pedir ayuda”.

Según la responsable de Hointer, sus clientes y asociados tienen mucho menos trabajo que en una tienda normal. Esto les permite centrarse en buscar la ropa que les gusta, sin preocuparse por ninguna otra cosa.

¿Solo pensado para ricos?

Para comenzar a fabricar tu propia ropa con la aplicación de Mtailor necesitas, al menos, 69 dólares (unos 51 euros). Esto hace dudar si su modelo de negocio está pensado solo para compradores de alto poder adquisitivo. La empresa dice que realmente está destinado a cualquier hombre que quiera verse bien y no quiera dedicar mucho tiempo a los sastres caros. “En el fondo es un precio muy competitivo si tenemos en cuenta de que hablamos de, por ejemplo, una camisa de vestir de encargo y personalizada”.

Algo similar ocurre con las otras empresas que ofrecen productos distintivos. Es el precio a pagar por la personalización, aunque los que están detrás de estos negocios creen que se generalizará pronto y se adaptará a las necesidades económicas de mucha gente.

¿Puede ser este el futuro de la compra de ropa? Las fuentes consultadas coinciden en que sí. Al fin y al cabo, los nuevos negocios continuarán moviéndose en línea como hasta ahora. Si a eso “le sumamos que en la actualidad puedes encontrar cosas online que no hay en una tienda, o incluso hacerlo tu mismo, el futuro está asegurado”, cree Witten. También cree que estos proyectos podrían ser una clara competencia para las grandes marcas “que, al final, tendrán que adaptarse si no quieren verse perjudicadas”.

Sea como sea, este nuevo modelo reduce el tiempo que transcurre desde que un producto se fabrica hasta que llega al usuario. Pero también crea una nueva industria autóctona, que elimina la necesidad de tener fábricas a miles de kilómetros (y hay quien se pregunta si esto es beneficioso o perjudicial).

Al final, que estas nuevas formas de negocio ganen terreno con respecto a las ya existentes dependerá de si este tipo de proyectos se adaptan a diferentes gustos y realidades sociales. Pero, sobre todo, dependerá de que los usuarios están dispuestos a pagar el precio de tener en exclusiva una sola prenda totalmente a medida.

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Todas las imágenes utilizadas en este artículo son propiedad de Hointer y MtailorHointerMtailor

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