Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
Feijóo se alinea con la ultra Meloni y su discurso de la inmigración como problema
Israel anuncia una “nueva fase” de la guerra en Líbano y crece el temor a una escalada
Opinión - Junts, el bolsillo y la patria. Por Neus Tomàs
Sobre este blog

Viento del Norte es el contenedor de opinión de elDiario.es/Euskadi. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de una sociedad compleja e interesante. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continuo cambio.

Crecer en la violencia

Eva Silván Miracle

Save the Children —

Hace unos días sucedía en Madrid uno de los hechos más trágicos que hemos oído últimamente, un hombre mataba a su hijo de 19 meses y hería gravemente a su otro hijo de 5 años. Quería así infringir el máximo daño posible a su ex pareja, a la que no le bastó con maltratar y hacerle vivir en una pesadilla diaria; ese daño no era suficiente y le infringió el mayor daño posible asesinando a uno de sus hijos e hiriendo de gravedad al segundo de ellos.

La violencia de género es una problemática compleja, estructural, cuya existencia se funda básicamente en la desigualdad jerárquica que existe entre hombres y mujeres, desigualdad que viene construida culturalmente y que es legitimada y reproducida por las propias estructuras sociales.

La violencia de género no es solo un problema social de enorme magnitud (24 mujeres han sido asesinadas a mano de sus parejas o ex parejas y 14 niños han quedado huérfanos en lo que va de año), sino probablemente la violación de derechos humanos más habitual y soterrada de cuantas se producen en la sociedad.

Pero en la violencia de género no hay una sola víctima. La exposición de los menores a la violencia en el hogar, lugar en el que precisamente deberían estar más protegidos, los convierte también en víctimas de esta violencia. Y su manifestación más terrible es el asesinato a manos de su padre.

Al oír este tipo de noticias, todos automáticamente deberíamos reflexionar por un momento sobre lo que debe ser crecer en un hogar donde los gritos, los insultos, las humillaciones y los golpes son lo habitual; crecer en un hogar donde tu madre es ninguneada y maltratada. Evidentemente, imaginarnos esta situación nos debería llevar a la conclusión de que ninguna persona merece vivir con miedo.

Vivir en un hogar donde la madre es maltratada significa estar expuesto a un modelo de relación basada en el abuso de poder, la desigualdad y la violencia, lo que condiciona el desarrollo emocional de los niños y niñas, y puede afectarles muy negativamente en su vida adulta.

Desde hace tiempo, diferentes organizaciones, movimientos sociales y profesionales venimos demandando que se reconozca esta situación y que se articulen recursos para atender y proteger a los hijos e hijas de las mujeres víctimas de violencia de género.

Mucho se ha avanzado en Euskadi en los últimos años, se ha mejorado en la detección de casos, se ha avanzado algo en la atención y protección, pero todavía queda mucho camino por recorrer: no contamos con cifras de niños y niñas que sufren esta violencia, hay pocos recursos específicos y pocos profesionales especializados en la atención a niños y niñas víctima de violencia de género; su atención siempre está supeditada a la de su madre, y el sistema judicial sigue sin reconocerlos como víctimas de esta violencia.

El pasado 25 de abril, el Consejo de Ministros aprobaba la Reforma de la Ley Orgánica de Protección Jurídica del Menor. Con la entrada en vigor de esta reforma se reconocerá, por fin, que los hijos e hijas de las mujeres víctimas de la violencia de género son también víctimas de la misma.

Se trata de una gran noticia porque obligará a las administraciones públicas a destinar recursos de prevención, asistencia y protección para los niños y niñas víctimas de violencia de género y nos permitirá poner mecanismos que eviten que esta violencia se reproduzca.

Pero hace falta más, hace falta que la sociedad en su conjunto se conciencie de que ninguna mujer merece vivir con miedo, de que ningún niño merece crecer en un hogar donde se ejerce la violencia. Solo de esta forma podremos terminar con la violencia de género, una de las peores manifestaciones de la desigualdad entre hombres y mujeres, y que tiene a los niños y niñas como sus víctimas más invisibles.

Sobre este blog

Viento del Norte es el contenedor de opinión de elDiario.es/Euskadi. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de una sociedad compleja e interesante. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continuo cambio.

Etiquetas
stats