Aung San Suu Kyi habla desde la ONU, esta vez a nombre de su gobierno

La birmana Aung San Suu Kyi, perseguida políticamente en su país por muchos años, ha visitado en ocasiones anteriores la ONU, como luchadora política y premio nobel de la paz, pero hoy utilizó la principal tribuna de Naciones Unidas para hablar en nombre de su gobierno.

“A pesar de todas sus imperfecciones y limitaciones, Naciones Unidas sigue siendo el depositario de nuestras esperanzas de que haya un mundo más pacífico y próspero, un hogar más amable y compasivo para toda la humanidad”, afirmó Suu Kyi.

La política birmana, que llegó a trabajar para la ONU por tres años, recibió el premio nobel de la paz por su lucha en favor de la democracia en Birmania. Por sus actividades políticas tuvo que sufrir arresto domiciliario por unos quince años.

Las elecciones de noviembre pasado dieron la victoria a la Liga Nacional para la Democracia, el partido que contribuyó a fundar, y posteriormente se convirtió en líder birmana de facto y ministra de Relaciones Exteriores.

En su discurso, con el tono amable que la caracteriza, dijo hoy que las ansias de democracia que quedaron demostradas en los comicios de noviembre coinciden con los “sueños y aspiraciones” que motivaron la fundación de Naciones Unidas.

“Para un país que ha experimentado más de seis décadas de conflicto armado, nada es más importante que conseguir una paz duradera y la reconciliación nacional”, añadió.

Con esta intervención, Suu Kyi fue la segunda premio nobel de la paz que utiliza estos días la principal tribuna de la ONU, junto con el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, que se dirigió al foro este martes.

Al hablar sobre uno de los temas que más han acaparado la atención de la ONU estos días, Suu Kyi afirmó que la migración irregular está motivada por “la falta de paz y la falta de desarrollo”.

“Nuestro planeta es un lugar para ser compartido por todos. Si compartimos valores y la riqueza crearemos un mundo mejor”, afirmó.

En la parte improvisada de su discurso, cerca del final de su alocución, la líder birmana dijo que la ONU era el mejor lugar para hacer un llamamiento particular.

“Hago un llamamiento para alzarse frente a la ira, el odio, el temor y la ignorancia, y para encontrar un camino que nos lleve a un mundo mejor, a través de la capacidad para brindar compasión y ser felices por la buena suerte de los demás”, afirmó.