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El Gobierno se entrega a la tarea de afrontar la crisis catalana antes de los presupuestos

Gonzalo Cortizo

Cataluña es la tarea que se ha puesto por delante la número dos de Rajoy como puerta de entrada al olimpo de la sucesión. Soraya Sáenz de Santamaría se muestra convencida de que el diálogo puede solucionar el llamado “desafío catalán”.

La vicepresidenta ha confirmado que viajará a Cataluña para reunirse con Oriol Junqueras. “Tenemos que formar parte del paisaje”, asegura la lugarteniente del presidente en referencia a su plan para ganar presencia en el debate catalán. 

El Gobierno quiere convencer al presidente catalán, Carles Puigdemont, para que asista a la conferencia de presidentes que Rajoy convocará a mediados de enero. Moncloa se ha conjurado para evitar la anunciada ausencia del presidente catalán en un intento por transmitir normalidad. Así lo ha confirmado la propia Saénz de Santamaría en conversación con los periodistas durante la celebración del Día de la Constitución en el Congreso. 

Sáenz de Santamaría reconoce ahora como “imprescindibles” algunas de las 46 reclamaciones de cesión compentencial que plantea la Generalitat. El gabinete de la número dos del Gobierno quiere plantear “el debate catalán” como un trabajo a medio plazo.

“En privado todo es sencillo”, asegura ante los periodistas la vicepresidenta. Según Sáenz de Santamaría, las diferencias afloran cuando los debates se tornan públicos.

El PP y Moncloa quieren aprovechar el debate de presupuestos para avanzar en algunas de las reclamaciones que plantea el ejecutivo catalán.

Durante la celebración del Día de la Constitución Rajoy ha anunciado su intención de convocar la Conferencia de Presidentes para mediados del mes de enero. La vicepresidenta tiene hasta esa fecha para intentar apagar en parte el incendio y dibujar un escenario de entendimiento.  

Se trata de evitar el debate sobre el referendum mientras se abordan otras cuestiones relacionadas con el presupuesto y las competencias. En el Gobierno creen que el referendum se puede convertir en un riesgo para quien lo convoque y ponen como ejemplo el caso de Mateo Renzi en Italia.

Rajoy parece despreocupado desde que las funciones en la materia son cosa de su número dos. Ante los periodistas, y en el ambiente festivo propio de la fiesta del 6 de diciembre, el presidente se ha permitido la ironía: “A ver si soy yo el convoca un referendum ahora”.  

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