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El hijo de Villar ganó más de medio millón de euros con los amistosos de La Roja

El hijo de Ángel María Villar, Gorka Villar, escoltado por un Guardia Civil tras su detención

Marcos Pinheiro / Pedro Águeda

Ángel María Villar puso la RFEF a servicio de su hijo Gorka. El auto del juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz recoge que este último tenían un enorme control de lo que ocurría en la federación a pesar de no tener ningún cargo en ese organismo. Gracias a ello organizó amistosos internacionales que aprovechaba para firmar contratos con su empresas. En total, ganó más de medio millón de euros.

Gorka Villar disponía de medios materiales y humanos, acudía a seminarios y promovía los amistosos de la Selección. En algunos de estos obtuvo “un resultado lucrativo” ocasionando “pérdidas o merma de ingresos”, según el juez que le ha enviado a Soto del Real.

Así ocurrió en los amistosos de La Roja contra Corea del Sur en 2010 y 2012, en los que Villar decretó que ese país estaba exento de pagar “por los derechos comerciales y de televisión derivados de esta competición”. En el de 2012, la empresa de Gorka Villar se llevó 60.500 tras un acuerdo con la federación coreana, a quien había beneficiado en el acuerdo para los derechos televisivos.

Debido a esa negociación, la RFEF tuvo que compensar a la empresa que iba a comercializar los derechos televisivos. Tuvo que organizar otro amistoso internacional por el cobró mucho menos de lo que solía ingresas por esos encuentros.

Gorka Villar también medió para que una empresa de márketing hiciese negocios con la RFEF. Él se llevaba su parte. Según el auto de Pedraz, usó su influencia en la federación a cambio de que la empresa de márketing contratase a su consultora por valor de 30.000 euros.

Negocios con la federación venezolana

El hijo de Villar también medió para que la Selección jugase un amistoso contra Venezuela y así hacer negocios con esa federación. El escrito que justifica su ingreso en prisión señala que usó el partido amistoso de 2011 para firmar un contrato que le reportó a su empresa casi 30.000 euros en 2012 procedentes de las arcas de la federación venezolana.

Esta dinámica se repitió con otros países. La influencia de Gorka Villar le permitió firmar contratos con Chile por 84.000 euros, con México por 36.000 euros, con la federación de Oceanía por 57.000 euros, con Colombia superan los 54.000 euros. Pero su gran negocio fue con Argentina, de cuya federación de fútbol percibió euros.

Los manejos de Villar padre no solo beneficiaron a la empresa de su hijo. El auto de prisión reserva una parte al trato de favor del presidente de la RFEF al Grupo Santa Mónica, que gestionaba desde 2004 los derechos publicitarios de la Selección Española de Fútbol.

Según los investigadores, cuando esta empresa empezó a incumplir sus compromisos y a dejar de pagar a la RFEF, Villar decidió cancelar el contrato. Pero lo hizo con unas condiciones enormemente ventajosas para Santa Mónica, a quien perdonó sus deudas e incluso hizo nuevos pagos a esta sociedad que provocaron un perjuicio para la federación de más de 50 millones de euros.

“Mamarse el dinero del fútbol”

Villar era generoso con sus familiares y también con sus subordinados. Diseñó una estrategia para despedir a su secretaria y luego volverla a contratar. En el camino, Esther Gascón percibió 300.000 euros por ese despido. La maniobra no pasó inadvertida para el resto de cargos de la federación.

Padrón, que colaboraba con Villar en sus amaños, vio excesivo ese abuso de poder y se negó a firmar el nuevo contrato de la secretaria. El tema era tan delicado que el hijo de Villar se negaba a hablar de ello por teléfono, un gesto que indica que podría saber que estaba siendo escuchado.

El vicepresidente de la RFEF, por su parte, no se cortaba en desahogarse contra Villar en sus llamadas. En una conversación estalla: “están esquilmando, intentando todos, sin excepción, mamarse el dinero del fútbol…y han pretendido una jugada ahora, que... es tan grave, es tan grave, es tan grave”. A Padrón le indignó que la secretaria de Villar, que cobraba 200.000 euros, fuese a ingresar 300.000 mediante una treta: “¿¡Pero esto qué es!? ¿No te parece más que una locura?”.

Padrón se indignaba del desvío de fondos para la secretaria mientras él hacia lo mismo en beneficio propio. Buena parte del auto que le ha llevado a Soto del Real reúne una serie de pruebas que ponen de manifiesto que el vicepresidente de la RFEF se dedicó a lucrarse a través de varias sociedades. Según Pedraz, él también estaba “esquilmando” a la federación.

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