Un corto de 13 minutos para resumir tres años de gobierno de Ana Botella

Un cortometraje de 13 minutos, protagonizado por un actor argentino que regresa a la capital tras cuatro años, ha servido al Grupo Popular del Ayuntamiento de Madrid para poner en imágenes el balance que la alcaldesa, Ana Botella, ha hecho hoy de su mandato.

Como ha explicado el portavoz del Grupo y del Gobierno municipal, Enrique Núñez, con la historia de Teo han querido plasmar “los diferentes momentos que a lo largo de estos tres últimos años se han vivido en Madrid, años difíciles -ha señalado- que se están superando”.

El corto comienza con la llegada de Teo a Madrid por la T4, donde cuenta que tras cuatro años ha tenido la oportunidad de volver a trabajar en Madrid, en el Teatro Español, y que echa de menos a su pareja, Marta.

En el aeropuerto le recibe una joven informadora que le da la bienvenida y le dice que Madrid es la ciudad más visitada de España y la segunda en organización de congresos.

Toma un taxi cuyo conductor le dice que desde hace un año hay tarifa fija para ir al centro y en la radio del coche se cuenta el atractivo de la programación cultural de Madrid, el récord de turistas y la finalización de la mayor operación asfalto que se ha hecho en la ciudad.

Desde el taxi contempla el centro de la ciudad, en el que casi no hay tráfico, y llega a su destino.

Va a pasear y entra a una cafetería de la remodelada plaza de Barceló a tomar un chocolate con churros.

“¿Cambió mucho todo, no?”, pregunta a la camarera, que resulta ser la dueña y le cuenta que el Ayuntamiento ahora da facilidades para abrir un negocio.

Como hace en otras escenas del corto, Teo apunta en una libreta: “más progreso”.

Pasa ante el nuevo polideportivo de Chamberí donde habla con un niño que le dice que quiere ser bombero y con la madre del chico, que destaca que el año pasado hubo más de 30 millones de usos deportivos en la ciudad.

Va a pasear a un parque y luego se sienta en una de las nuevas marquesinas de la EMT, donde habla con un señor que le dice que hay baile en el centro de mayores, que enviudó hace tres años y que tuvo que ayudar a su hija porque se quedó en paro.

Le cuenta que el ayuntamiento le ayuda en casa y que hace cursos, “hasta de informática” y, al despedirse, le comenta que se ha dado cuenta de que no es español y le dice: “lo bueno de esta ciudad es que nadie es extraño”.

Apunta en la libreta: “más zonas verdes, más ayuda a los que lo necesitan”.

Va al Teatro Español y se reencuentra con un actor español que le destaca el gran uso de los espacios culturales y comenta que se están buscando los restos de Cervantes.

Tras pasear por la Gran Vía y visitar CentroCentro, Teo dice a su amigo que echaba de menos Madrid y que hace cuatro años -entonces gobernaba en España el PSOE de Zapatero, apuntan a los periodistas miembros del Grupo Municipal del PP- la ciudad estaba “triste”.

El otro actor le explica que “la gente nunca ha tirado la toalla”, que en España “sobra el talento” y que “la necesidad lo ha incrementado”, que “poco a poco” se ve cómo abren negocios, vuelven los festivales e “incluso se ve alguna grúa y se oye hablar de alguna inversión que viene a Madrid”.

Le dice que va a volver en Metro pero su amigo le propone otra forma “mucho más saludable”: ir en una de las bicis de BiciMad.

El corto acaba con Teo en casa, el reencuentro con Marta y una decisión: “un día en Madrid y ya lo siento propio, me quedo aquí contigo, en mi hogar, en Madrid”.