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The Guardian en español

¿Por qué 13 hombres se encargan del futuro de la atención sanitaria de las mujeres de EEUU?

No es una cuestión de aceptar o no el derecho al aborto, se trata también de revisiones anuales y de prevención

Lucia Graves

Hace una o dos décadas, la idea de que 13 hombres estuvieran conspirando con el destino de la atención sanitaria de las mujeres estadounidenses a puerta cerrada, de que se deleitaran frenando la financiación de la organización para la salud de las mujeres Planned Parenthood e impidiendo el acceso a los cuidados a millones de mujeres estadounidenses, resonaba a políticas de una época pasada.

A mediados de 2017, es como un dèjá vu.

Mientras que los republicanos se preparan para su votación retrasada sobre la medida para derogar y reemplazar la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio, grupos de mujeres y senadores han atacado verbalmente la dominación masculina dentro de este debate –el ejemplo perfecto es el grupo de 13 hombres republicanos que ideó el proyecto de ley del Senado–.

La senadora demócrata Kamala Harris aseguró a the Guardian que el proyecto de ley “es terrible para las mujeres”, mientras que su compañera en Nueva York, Kirsten Gillibrand, lo ha descrito como “una broma cruel” y un “flagrante ataque partidista contra la salud de la mujer”.

Pero para muchos lo irritante va más allá del contenido de la ley, y tiene que ver con una especie de vuelta a las políticas de género regresivas que se creían ya superadas en EEUU: unas políticas en la que los hombres toman las decisiones sobre lo que le pasa al cuerpo de las mujeres.

“Es un escándalo que el futuro de los cuidados sanitarios para millones de mujeres esté en manos de 13 hombres”, comenta Cecile Richard, presidenta de Planned Parenthood. “Está claro que a ellos no les importan nuestras opiniones o nuestras vidas, porque si nos hubieran preguntado qué pensábamos, ahora estaríamos en un punto muy diferente”.

El proyecto de ley del Senado incrementaría el número de personas sin seguro en EEUU en 22 millones, según la Oficina de Presupuesto del Congreso. La American Medical Association ha mostrado su oposición con el argumento de que viola el juramento hipocrático. 

También sería particularmente devastador para la salud de las mujeres por varios motivos. Patty Murray, la líder de los demócratas en el comité de Salud del Senado, lo calificó como “nada menos que un ataque directo sobre la salud y los derechos de las mujeres”.

“Impide a millones de mujeres de Medicaid de obtener atención en Planned Parenthood. Permite a los estados que dejen de exigir a las aseguradoras que cubran los servicios sanitarios esenciales como los cuidados de maternidad o el control de la natalidad. Las mujeres en este país no se van a quedar calladas con todo esto. Al revés, gritaremos más fuerte”, asegura Harris.

Hasta 1.000 dólares más por los mismos servicios

Bajo el proyecto de ley, las mujeres podrían pagar hasta 1.000 dólares más al mes por atención a la maternidad, asegura Murray. Y millones perderían acceso incluso a los servicios sanitarios preventivos más básicos en Planned Parenthood.

“Si nos pusiésemos a hacer una lista de todas las cosas crueles de este proyecto de ley, estaríamos aquí todo el día”, resume Dana Singiser. “A menudo, los hombres que piden que se deje de financiar Planned Parenthood parece que no tienen ni idea de lo que realmente hace la organización”.

“Sinceramente, estoy cansada de venir al Senado a explicar a los republicanos lo que hace Planned Parenthood”, lamentó Elizabeth Warren en un comunicado que publicó hace poco en su Facebook. “Estoy cansada de explicar que ofrece a millones de mujeres control de natalidad, pruebas de detección del cáncer, y pruebas para detectar enfermedades de transmisión sexual cada año. Estoy harta de recordar una y otra vez que los dólares federales no financian los servicios abortivos de Planned Parenthood ni de ningún otro sitio”.

Debido a la enmienda Hyde, los fondos federales no pueden ir a parar a servicios abortivos, pero sí que se pueden utilizar para otros servicios básicos, subraya Warren, entre los que se incluyen revisiones y tratamientos contra el cáncer que salvan vidas.

No es la primera vez en los últimos años que Warren ha tenido que explicar a los hombres que están a cargo de la salud de la mujer cómo funciona el mayor proveedor de salud reproductiva para mujeres de EEUU. Cuando el Partido Republicano aunó fuerzas para frenar la financiación de Planned Parenthood en agosto de 2015, ya dio un discurso similar.

“¿Tienes idea de en qué año estamos?”, preguntó Warren en aquel entonces. “Te has caído, te has dado un golpe en la cabeza y piensas que te has levantado en 1950 o en 1890? ¿Quieres que llamemos a un médico? Porque no me puede entrar en la cabeza que en el año 2015, el Senado de EEUU esté perdiendo su tiempo intentando frenar la financiación de los centros sanitarios para mujeres”, dijo, tajante.

Quizá esto no debió de sorprenderle tanto. Durante años, los republicanos han hecho todo lo posible por despojar a las mujeres del derecho de tomar sus decisiones sobre sus propios cuerpos y, a menudo, estos esfuerzos los han liderado hombres. Cuando Donald Trump firmó la “ley mordaza” global, eliminando la financiación para cualquier organización mundial que simplemente mencionase la palabra “aborto”, lo hizo flanqueado exclusivamente de hombres blancos en traje.

Traducido por Cristina Armunia Berges

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