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Los esfuerzos de la prensa deportiva por la igualdad de género

Barbijaputa

Ser mujer, por mucho que algunas feministas exaltadas y victimistas quieran negarnos, es una suerte que te da vía libre para hacer cosas que no puedes siendo hombres. Entiéndanme, ser un hombre tampoco está tan mal: cobras más por el mismo trabajo, la medicina lleva siglos investigando más tus dolencias que las de la mujer, el Estado nunca se mete en qué haces o no con tu cuerpo, el sexo contrario no te agrede ni te mata por el simple hecho de tener pene, y algunas que otras cosas que no están mal.

Pero, ¿qué es eso al lado de todas las ventajas que tenemos las mujeres como entrar gratis en discotecas o poderes tales como meterlos en prisión a golpe de denuncia falsa cuando nos pilla el día tonto? Eso, los hombres no saben lo liberador que es -¡y lo fácil!, sólo hacen falta partes médicos y un poco de morro además de varios requisitos y algún que otro riesgo como que acabes tú condenada-.

También está lo de la suerte que es salir a la calle siempre con la certeza de que te van a puntuar por tu físico y tu vestimenta. Salir de tu portal es como competir en salto olímpico, tú sales y ellos, el jurado, van dejándote saber su necesario juicio. ¿Qué sería de nosotras sin la opinión constante del patriarcado? ¿Cómo sería vivir sin la mirada atenta de ellos en tu escote, en tus piernas, en tu culo? Ojo con eso. Es cierto que como desde pequeña te hacen creer que estas valoraciones son debidas a tu juventud y a que tu físico cuadra dentro de los cánones de belleza arbitrarios de cada época, cuando no cuadras o sencillamente no les cuadras en su estándar, las miradas desaprobadoras o las no-miradas consiguen hacerte sentir menos persona, pero ¡qué más da! la mayoría cuadramos ya bien sea de culo, de escote o de piernas (muy mal se te tiene que dar para no tener nada de lo que ellos puedan disfrutar), además del hecho de que jóvenes somos o hemos sido todas alguna vez.

Pero si ser mujer ya es una suerte en esta sociedad por todas las ventajas y garantías que el hecho en sí lleva implícitas, ser mujer y deportista en España es ya para gritar.

Primero porque las subvenciones para el deporte femenino no paran de crecer. Vale que a día de hoy no lleguen ni al tercio del total y que haya requisitos que muchas federaciones no cumplen, como tener un mínimo de 33% de mujeres en las juntas directivas y hacer un protocolo de prevención contra el maltrato y el abuso sexual, quedando estas federaciones pendientes de dichas subvenciones, pero ahí estamos, que un día de éstos lo logramos.

Segundo, porque tenemos el apoyo de la prensa deportiva. Ana Muñoz, la que ha sido directora del Consejo Superior de Deportes (CSD) hasta el mes pasado se reunió con los directores de los cuatro diarios deportivos más importantes del país y estuvieron hablando de igualdad y de cómo ellos lo intentaban con mucho ahínco, pero que lamentablemente la venta de periódicos descendía cuando se ponía en portada deportes minoritarios, aplicable también al deporte femenino, llegando ella a la conclusión de que “en vez de reivindicar un espacio propio por el simple hecho de ser mujeres, creo que tenemos que ser imaginativas en la búsqueda de fórmulas que permitan que la presencia del deporte femenino en prensa se produzca en un ámbito que los medios les resulte rentable”.

Lo que parece habérsele pasado desapercibido a la directora del CSD es que los diarios deportivos ya llevan años siendo imaginativos para nuestra inclusión en el interés colectivo hacia nuestro deporte. Aquí algunas de las apuestas de la prensa deportiva en cuanto a deporte femenino se refiere:

DIARIO AS:

En su afán por promocionar y visibilizar el deporte femenino, no sólo hace ranking pelín cosificante sobre el cuerpo de la mujer, sino que incluyen a modelos y a familiares de deportistas hombres cuando éstos van a entregas de premios deportivos.

He aquí el detalle en grande, Samantha Hoopes es modelo, pero ese escote se lo puso para los premios de la liga de hockey (que todos sabemos que es un deporte, he ahí el matiz).

DIARIO MARCA (el más leído del país, por encima de El País):

“Los mejores glúteos”, que no se diga que la prensa deportiva no juega con el léxico. “Culos para inaugurar un museo”, porque sí, un museo de culos es algo que no deberíamos descartar también como parte de la promoción del deporte femenino. Deberíamos hacer uno para cada profesión: los mejores glúteos de las planchadoras, de las cajeras, de las urólogas. Y así.

Ideaza la de incluir a Allison Stokke, una mujer que tuvo que abandonar el deporte por el acoso que sufrió en redes y prensa precisamente por fotos como ésta que enlaza Marca. No sólo promocionan el deporte de hoy sino el deporte que pudo ser y no fue.

En su fuerte apuesta por nosotras, la prensa también nos señala cuál es el físico más deseado por los hombres (que al fin y al cabo para eso hacemos deporte, para ser visualmente atractivas a sus ojos), no vaya a ser que te despistes y no ejercites según qué partes de tu cuerpo, dejando al espectador con ganas de más.

Ésta es una foto de una niña, la actriz Quvenzhané Wallis, que ni aún es mujer ni tampoco deportista, pero nunca es tarde para empezar a sexualizarnos si la dicha es buena, al fin y al cabo, nos dediquemos a lo que nos dediquemos, la sexualización y cosificación es algo que vamos a tener la suerte de sufrir antes o después. Así que cuanto antes empecemos a vivirlo en carne propia mejor.

Pero no nos quejamos, porque ya sabemos que todo es por la promoción de la igualdad de género.

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