Un museo para el oficio
El periodismo no vive sus mejores días. Desde un punto de vista empresarial, claro: EREs, despidos, cierres y la mala imagen (como señaló hace unos días la última encuesta del CIS) marcan la actualidad corporativa. Otra cosa es el oficio y las ganas de muchos periodistas de seguir haciendo su trabajo, pese a los obstáculos y la falta de recursos.
Para recordar la esencia de esta profesión, su responsabilidad cívica, los norteamericanos han erigido en Washington el Newseum, que esta semana inaugura dos exposiciones sobre la cobertura periodística del asesinato de JFK, acaecido el 22 de noviembre de 1963 y del que este año se celebra el 50.º aniversario. La primera muestra, titulada Creating Camelot, abunda en fotografías íntimas del presidente y de su familia; la segunda, Three shots were fired, rememora los titulares del magnicidio, como el primer boletín de la agencia UPI: “Se han disparado tres tiros contra la caravana del presidente”.
No sería mala idea que en España, ya fuera a través de la Asociación de la Prensa o cualquier otro organismo institucional, se recordara la cobertura de acontecimientos como el 11M, cuando las primeras informaciones apenas sobrepasaban los diez muertos en la estación de Atocha (la deriva de la contrainformación sobre ETA ya es otra cosa) o la estupefacción de los reporteros ante la entrada de los militares en el Congreso durante el 23F. Sería un ejercicio de gratitud hacia este oficio malherido, pero con la suficiente energía para no convertirse (aún) en cadáver.
0