El poder balsámico de la risa
Javier Gurruchaga y Joaquín Kremel sobre un mismo escenario. ¿Para qué? Pues para qué va a ser: para hacernos reír. ¿Solo para hacernos reír? No solo, pero ya es más que suficiente. Ambos protagonizarán la comedia escrita en 1972 por Neil Simon, titulada The sunshine boys, y que aquí será Los reyes de la risa.
Paco y Clemente, los dos personajes de esta versión dirigida por Juan José Alfonso, son dos cómicos que acabaron a la greña, a pesar de que compartieron tablas durante muchísimos años. Su representante baraja la idea de volver a subirlos juntos a los escenarios, pero antes tienen que hablar de tres o cuatro temas. De ahí sale el corazón carnívoro y divertidísimo de esta comedia que, en su momento, fue interpretada por parejas como Woody Allen y Peter Falk o Danny DeVito y Richard Griffiths.
Kremel, que, según Europa Press, define esta obra como “hilaridad, ternura y melancolía”, ha subrayado el viaje que se traza detrás de tanta risa. Ese particular sello de Simon, tan difícil de conseguir, que conduce a la inevitable y necesaria reflexión. Con tal fin, han intentado ser rigurosos a la hora de adaptar y poner en escena el texto del escritor norteamericano.
Por su parte, Javier Gurruchaga ha señalado que la comedia es un buen camino “para sobreponerse a una realidad que no es precisamente para sonreír”. Y eso entraña un verdadero reto, ya que “cuesta más ser cómico que dramático”. O, como ha apuntado su compañero, “la comedia es el género más difícil”. Esto ha permitido al cantante y actor nacido en San Sebastián acordarse de la hemorragia que está suponiendo la subida del IVA en la cultura: “El Gobierno tiene que hacer una reflexión seria porque si no se va al traste todo. La cultura es importante, se ha precipitado y ha cometido un grave error. No se puede poner ese impuesto, es inhumano”.
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