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Inma Cuesta, del “flechazo” al “lado oscuro” de “El desorden que dejas”

Inma Cuesta, del "flechazo" al "lado oscuro" de "El desorden que dejas"
Madrid —

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Madrid, 1 dic (EFE).- “El desorden que dejas” es el nuevo proyecto de Inma Cuesta, una serie basada en la novela homónima de Carlos Montero con la que la actriz, según cuenta a Efe, tuvo tal “flechazo” que quiso hacerse con los derechos de explotación sin saber que, años después, sería su protagonista.

El idilio entre “El desorden que dejas” e Inma Cuesta nace hace cuatro años como un “flechazo” en el que la magia de esta profesión tuvo bastante que decir. La actriz leyó en 2016 la novela de Carlos Montero y se quedó prendada de una historia de la que, en este 2020, se ha convertido en la protagonista en la serie de Netflix dirigida por el propio Montero.

“Mi historia con la novela es bastante curiosa. La leí en 2016 porque me llamó la atención el título y la portada y me gustó tanto que quise comprar los derechos”, comienza relatando la intérprete, quien da vida a Raquel, una profesora de Literatura que llega al pequeño y misterioso (y ficticio) pueblo gallego de Novariz, donde la muerte de la profesora (Bárbara Lennie) a quien sustituye aún tiene compungidos a sus estudiantes.

“Hablé con mi representante para ver cómo se hacía eso de comprar los derechos, cuánto podía costar (...) porque vi, clarísimamente, que era una historia que podía ser una película o una serie”, apunta la actriz protagonista de “La novia” (2015).

Ese “flechazo”, que no sólo fue con la novela sino también con el personaje de Raquel, -“Me gustó mucho”, dice la actriz-, quedó en el aire y a la espera de que quizás algún día sus deseos se pudieran cumplir, ya que “los derechos de la novela ya estaban reservados”.

Fue entonces, la “magia” y esa conexión de la actriz con la novela la que quiso, cuatro años después, unir a Montero y Cuesta en unos Premios Feroz: “Fue allí, en medio de los premios, donde Carlos me propuso hacer el personaje de Raquel porque iban a hacer una serie”, que Netflix estrena el próximo 11 de diciembre.

Cuesta comparte escena con Bárbara Lennie, Tamar Novas, Arón Piper y Roberto Enríquez, -“Un reparto maravilloso”, comenta la actriz-, con quienes estructura este thriller rural en el que todos los personajes tiene “su lado oscuro”, lo que convierte el proyecto en un rompecabezas por descubrir, por un lado, qué pasó con Viruca (Lennie) y, por otro, cuáles son los trapos sucios que cada uno esconde.

“La culpa, el miedo, la avaricia, la pérdida. Son muchas cosas las que están ahí latentes detrás de la historia. Sobre todo, a mí me gusta mucho que muestre el lado oscuro de todos los personajes”, argumenta la actriz, que reitera que estar en este proyecto es “un regalo”.

“No hay ninguno que se salva en ese sentido. Todos estamos llenos de luces y de sombras y eso lo cuenta muy bien esta historia. El personaje de Raquel también oculta algo y es que ni los buenos son tan buenos ni los malos tan malos”, continúa.

Rodar en Galicia fue uno de los puntos más especiales para la actriz, que ha tenido que trabajar “duro” con un coach para adquirir el acento gallego que Montero le solicitaba. Además, de eso, reconoce, no ha habido ninguna otra pauta: “Carlos confiaba mucho en nosotros”.

“No hubo nada que viniera encorsetado. Carlos venía bastante abierto a poder transformar algunas cosas. Él confiaba mucho en eso, en dejarse recibir lo que yo tenía para ofrecer al personaje de Raquel y eso me parece muy inteligente y generoso por su parte”, dice la actriz.

“El desorden que dejas” es una historia que absorbe, así los afirman sus actores en entrevistas con Efe. “Te atrapa”, comenta Lennie a Efe. Desde su primera página en la novela y desde su primer capítulo en la serie, el lector o espectador se implica en la historia, se sumerge en el misterioso ambiente de Novariz y establece una conexión de amor-odio con cada personaje.

Una experiencia, apunta Cuesta, que se ha trasladado al rodaje, del que la actriz se lleva un gran recuerdo: “Lo más importante de todo esto es que, cuando acaba, uno tenga la sensación de que el proceso y el camino han sido divertidos, que lo hayas disfrutado y que te lleves momentos y personas que luego se quedan y con las que siguen compartiendo vida y experiencias”.

Patricia Muñoz Sánchez

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