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Amnistía Internacional es un movimiento global de más de 7 millones de socios, socias, activistas y simpatizantes que se toman la lucha contra las injusticias como algo personal. Combatimos los abusos contra los derechos humanos de víctimas con nombre y apellido a través de la investigación y el activismo.

Estamos presentes en casi todos los países del mundo, y somos independientes de todo Gobierno, ideología política, interés económico o credo religioso.

“El mensaje de las autoridades en Turquía es claro: no vamos a permitir que se tomen las calles de ninguna manera”

Funeral de Berkan Elvin, Estambul, Turquía. Copy: AI

Ana Gómez Pérez-Nievas

Periodista de Amnistía Internacional —

Hace un año se iniciaron una serie de manifestaciones contra la construcción de un centro comercial en el emblemático parque de Gezi en Estambul, y que enseguida mostraron el descontento popular con las medidas cada vez más restrictivas del gobierno. Un año después, más de 5.500 personas han sido procesadas por asistir a las protestas frente a tan sólo seis casos abiertos contra las fuerzas policiales que han empleado un uso excesivo e innecesario de la fuerza. Pero hay más cifras: 269 días son los que Berkin Elvan pasó en coma después de recibir el impacto de gases lacrimógenos hasta convertirse en la cuarta persona muerta durante las protestas. Y un millón los asistentes a su funeral, reprimido nuevamente por la policía. Hablamos con Andrew Gardner, investigador de Amnistía Internacional, que recién ha publicado un informe sobre lo ocurrido en este último año.

¿Cómo vivió el funeral de Berkin Elvan?

Fue muy emotivo, un levantamiento sin precedentes en la historia reciente del país al que asistieron cerca de un millón de personas. La gente estaba especialmente enfadada porque Elvan se convirtió en un símbolo del abuso de la policía durante las protestas de Gezi y, sobre todo, porque tenía 14 años cuando fue golpeado con un bote de gas lacrimógeno y 15 cuando murió. Durante el tiempo que estuvo en coma hubo muy pocos avances sobre su investigación. Todavía hoy la policía ha hecho todo lo posible para impedir que se identifique a los oficiales responsables. La verdad es que ver los abusos de nuevo de la policía contra los manifestantes pacíficos al terminar el funeral fue una increíble y triste ironía.

¿Cómo recuerda ahora, un año después, los días en que empezó todo?

Fueron un shock, era la primera vez que protestas a tal escala para una generación barrían el país, muchos jóvenes apolíticos salieron a las calles. Miles de personas reclamaron sus derechos. Fue un momento trascendental para la sociedad civil y pasará a la historia. Los primeros días yo estuve observando el mayor número de protestas que pude, para ver las tácticas utilizadas por las fuerzas de seguridad y comprobar si se producían actos de violencia por parte de los manifestantes. La policía utilizó gases lacrimógenos y cañones de agua contra manifestantes pacíficos. Me cogió desprevenido y sin máscara de gas.

¿Tiene Turquía algo que celebrar un año después?

Las protestas mostraron una sociedad civil dinámica. Fue una lección sobre las demandas de la ciudadanía y sobre hasta qué punto el gobierno se ha quedado atrás en el respeto de los derechos humanos. Muchos grupos diferentes encontraron un objetivo común en las manifestaciones y la gente entendió mejor a qué tipo de discriminación se enfrentan algunas personas en Turquía, por ejemplo, a causa de su identidad de género u orientación sexual, o lo que los kurdos han sufrido durante tanto tiempo. Las mujeres desempeñaron un papel tan activo en liderar las protestas que sus demandas se situaron también en el centro del escenario.

Después de ver como estos días de celebración del aniversario se han reprimido nuevamente las manifestaciones, ¿podemos decir que se ha avanzado en algo?

Los problemas ahora son exactamente los mismos que cuando comenzaron las protestas, incluso más profundos: el pasado 1 de mayo hubo 39.000 policías en servicio y estos días hay 25.000, así que el mensaje es claro: no vamos a permitir que se tomen las calles de ninguna manera. El transporte público se cortó, mostrando que están dispuestos a llevar a cabo todos los pasos necesarios, no sólo para romper las protestas sino también para evitarlas antes de que sucedan.

¿Cuáles son las claves de lo que está sucediendo?

La impunidad es una de ellas. En el momento en que acabamos el informe (abril de 2014), sólo había cuatro policías procesados, ahora sabemos que hay 6 a la espera de juicio: las autoridades no tienen intenciones de llevar ante la justicia la mayoría de los casos de abuso policial. No sólo es que no haya investigaciones, sino que además las que están abiertas, un año después, no avanzan. No es posible obtener cosas tan simples como una lista de los nombres de los agentes que estuvieron en el lugar de los hechos o los vídeos de las cámaras de seguridad. El verdadero problema es que la información se queda en manos de la policía, por eso desde Amnistía Internacional pedimos un mecanismo independiente de investigación de todo lo ocurrido.

Amnistía Internacional también denuncia como el personal médico también sufre persecución.

Desde el comienzo de las protestas, algunos médicos, asociaciones médicas, etc, están enfrentándose a sanciones administrativas e investigaciones disciplinarias contra ellos. Es inaceptable que haya dos doctores procesados por proporcionar ayuda médica dentro de una mezquita. Pero, además, las autoridades están llevando a cabo acciones para la ilegalización de esos hospitales improvisados, para enfrentarles a procedimientos legales, están tratando de conseguir los nombres de los doctores. La ley ahora mismo tal y como está no hace distinción entre proporcionar ayuda médica en el lugar de las protestas y abrir un nuevo hospital ilegalmente. Amnistía Internacional pide su revocación y aunque no hemos visto todavía ninguna aplicación de esta nueva legislación, es una clara muestra de que las autoridades quieren sancionar a los médicos que ayuden a los heridos en las protestas.

El Primer Ministro turco declaró que “existe un problema llamado twitter” y bloqueó la red unas horas, ¿qué papel han jugado las redes sociales en las protestas?

Un día después de esa afirmación comenzó una investigación contra 29 personas, que están siendo procesadas por unos tuits que escribieron en el primer fin de semana de la protesta. Se trata de un juicio muy político. Además, se están introduciendo nuevas enmiendas para controlar Internet y las redes sociales y son medidas muy arbitrarias que en realidad no van a conseguir bloquear sitios como twitter y youtube. Finalmente algunas de esas medidas se han levantado pero el miedo sobre Internet está presente en Turquía todavía. En realidad es una iniciativa muy lógica para un gobierno tan intolerante a la crítica: los medios mainstream están sometidos desde hace tanto tiempo a la intimidación y las amenazas y son tan poco críticos con el gobierno que las redes sociales son las que juegan un papel importante en el país, porque permiten otro tipo de información y nuevas ideas.

Sobre este blog

Amnistía Internacional es un movimiento global de más de 7 millones de socios, socias, activistas y simpatizantes que se toman la lucha contra las injusticias como algo personal. Combatimos los abusos contra los derechos humanos de víctimas con nombre y apellido a través de la investigación y el activismo.

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