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La Junta avala un Gobierno de Pedro Sánchez, pero “con la misma estabilidad que Andalucía”

Díaz y la mayoría de barones irán al Comité del PSOE que ratificará la moción

Daniel Cela / Daniel Cela

La Junta de Andalucía, la institución más potente en manos del PSOE, defiende que Pedro Sánchez sustituya a Mariano Rajoy al frente del Gobierno, pero para la gobernabilidad del país reclama “la misma estabilidad que hay en Andalucía”. “Estabilidad” es la piedra de toque de Susana Díaz, el espacio de confort para aclarar escenarios políticos convulsos, ya sea en el Parlamento andaluz, en el conjunto de España o en el debate orgánico con el PSOE. El portavoz de la Junta de Andalucía, Juan Carlos Blanco, ha repetido hasta cinco veces la palabra “estabilidad” este martes, cuando le han preguntado qué esperan de la moción de censura del líder socialista, Pedro Sánchez, contra el presidente Mariano Rajoy.

Díaz, en calidad de secretaria general del PSOE andaluz, acudió el lunes a Madrid para respaldar la iniciativa de su líder con objeto de desbancar al PP del poder tras la “brutal” sentencia que condena al partido gobernante como beneficiario “a título lucrativo” de la trama de corrupción Gürtel. Con todas sus reservas, la dirigente andaluza sólo verbalizó una advertencia: que no se haga ninguna concesión a los independentistas catalanes en la negociación sobre la moción de censura, ni posteriormente. El portavoz de la Junta lo ha vuelto a reiterar tras la reunión semanal del Consejo de Gobierno: “No puede haber ninguna concesión a quienes quieren destruir España, es decir los independentistas”.

El Ejecutivo de Susana Díaz respalda que Pedro Sánchez sea el próximo presidente del Gobierno, en tanto que la sentencia de la trama Gürtel “ha inhabilitado a Rajoy para seguir al frente del país”. “A día de hoy, como Rajoy está inhabilitado para la política, creemos que sería mejor un gobierno presidido por Pedro Sánchez”, sostiene Blanco. A partir de aquí, hay que leer entre líneas para entender que el mensaje que Díaz le envía a Sánchez es que el requisito imprescindible para gobernar es la “estabilidad”, una estabilidad que ahora no tiene, puesto que el PSOE sólo cuenta con 84 diputados en un Congreso muy atomizado, en el que trazar alianzas con los adversarios es complejo. Además gobernar en minoría, con el conflicto catalán abierto en canal, puede conducir a la tentación de negociar cualquier medida con los nacionalistas vascos o los independentistas catalanes, en un contexto político asfixiado por el debate territorial y el órdago secesionista. Es “mucho riesgo”, dicen en el PSOE andaluz, y es justamente la línea roja que los barones territoriales le señalaron a Pedro Sánchez el lunes, durante el comité federal, máximo órgano de dirección entre congresos.

Se puede desbancar a un gobierno salpicado por la corrupción, pero difícilmente se puede gobernar sin tener garantizada la estabilidad parlamentaria suficiente para afrontar los grandes retos que afronta ahora España: el conflicto catalán, el diálogo político que aparque la judialización del conflicto territorial, la reforma del modelo de financiación autonómica, la regeneración institucional y democrática... Ésta es la idea, éste es el ejemplo que envía el Gobierno de Díaz a Pedro Sánchez, sin haber explicitado en ningún momento que el siguiente paso, si la moción de censura prospera, es fijar las elecciones generales cuanto antes. “Andalucía es estabilidad. En Andalucía apostamos por al estabilidad. Lo que queremos es que en el conjunto de España haya la estabilidad que hay en Andalucía, con un gobierno fuerte, sólido y un proyecto con un plan y unos presupuestos aprobados. Queremos para España lo que tenemos en Andalucía”, ha subrayado el portavoz de la Junta, tras dejar claro que el país atraviesa una “grave crisis institucional, política y social, cuya responsabilidad es del PP”. “Lo que ha pedido la presidenta es que los partidos que respetan el orden constitucional trabajen para garantizar la estabilidad y la gobernabilidad de este país”, remacha Blanco.

En el debate político andaluz, Susana Díaz viene asociando la palabra estabilidad a la aprobación de los presupuestos autonómicos, que le permiten traducir sus iniciativas en números. Falta menos de un año para las elecciones andaluzas, y Díaz ha logrado sacar adelante tres presupuestos gracias al respaldo de Ciudadanos, socio de investidura que se ha consolidado como aliado preferente durante todo el mandato. La formación de Albert Rivera, con ocho diputados en esta comunidad, ha sustentado a un Ejecutivo socialista en minoría, frente a los ataque por la derecha del PP y por la izquierda de Podemos e IU. El Parlamento andaluz también está fragmentado en cinco formaciones políticas, aunque en la práctica sigue funcionando con una dinámica bipartidista: PSOE, Podemos e IU ocupan el centro izquierda; mientras PP y Ciudadanos copan el centro derecha. Susana Díaz ha roto esa dinámica, demostrando que se entiende mejor con un partido liberal, ligado al voto conservador, como es la formación naranja, que con la izquierda que representa Teresa Rodríguez y Antonio Maíllo, con los que el entendimiento ha sido más difícil. Las fuerzas progresistas coinciden en los grandes asuntos, en la agenda social, en muchas de sus iniciativas, pero compiten por el mismo espacio electoral, lo cual les hace difícil retratarse en la misma foto.

La estabilidad política en Andalucía también tiene mucho que ver con el perfil que tiene Ciudadanos en esta comunidad, menos belicoso y exigente de lo que demuestra ser Rivera en Madrid. La formación naranja aquí se ha distinguido por ser más dura con el PP, principal partido de la oposición, que con el PSOE. Su portavoz y posible candidato a la presidencia de la Junta, Juan Marín, es un hombre moderado que ha sabido entenderse muy bien con los socialistas, por eso su reelección como candidato a las andaluzas (aún debe someterse a primarias) se entiende como una forma de abrir paso a un Gobierno de coalición PSOE-Cs.

A pocas horas para el debate de la moción de censura, que tendrá lugar este jueves y viernes en el Congreso, la Junta de Andalucía admite su “preocupación” por que la inestabilidad política del país afecte a las previsiones de recuperación económica de Andalucía. El Gobierno de Rajoy ha logrado sacar adelante los Presupuestos Generales del año, pero aún deben pasar por el Senado, donde el PP tiene mayoría absoluta. Los populares han negociado las cuentas con Cs, que ahora les ha retirado su apoyo y exigen elecciones, y con el PNV, que ha amarrado grandes beneficios para Euskadi, pero que también está abierto a negociar la moción de censura de Sánchez. Los dos grupos canarios -Coalición Canaria y Nueva Canarias- han respaldado las cuentas de Rajoy a cambio, también, de prebendas para las islas. Los socios de Rajoy en los Presupuestos se mueven ahora entre dos aguas, y el PP puede vetar sus propias cuentas en el Senado si éstos propician la caída de Rajoy. El siguiente Gobierno se quedaría sin Presupuestos, un escenario que acentuaría aún más la inestabilidad política de España que tanto teme Susana Díaz, aunque ella se haya cansado de denunciar que estas cuentas “son malas, castigan y maltratan” a los andaluces.

Aunque Díaz considere que Rajoy está “absolutamente inhabilitado”, si el presidente supera la moción de censura, el Ejecutivo andaluz seguirá negociando con su Gobierno. “La Junta jamás haremos dejación de responsabilidad y hablará con quien tenga que hablar y con el interlocutor que sea el que corresponda” para abordar todos los asuntos que preocupan a los andaluces, dice Blanco, en referencia a la situación conflictiva del campo de Gibraltar o la convocatoria pendiente del Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF), para abordar la reforma del modelo de financiación. “Una cosa es lo que nosotros podamos pensar después de lo que ha pasado con la sentencia del caso Gürtel y otra bien distinta es que decidamos de pronto no negociar con ese Gobierno, lo que sería un acto irresponsable que jamás vamos a hacer”, ha zanjado el portavoz.

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