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Antonio Maíllo (IU Andalucía): “Si Podemos va en el nombre de la confluencia, IU también irá”

Podemos e IU piden al PSOE-A "coherencia" y que respalde su ley para blindar un suelo de inversión del 5% en educación

Daniel Cela

Podemos e IU van a presentar conjuntamente en el Parlamento de Andalucía una proposición de ley pidiendo que se fije un suelo de gasto en educación del 5% del Producto Interior Bruto regional (actualmente la inversión para enseñanzas medias es del 3,93% del PIB). La iniciativa viene avalada por todos los sindicatos de la educación -UGT, CCOO, CSIF, USTEA y CGT-, que se han reunido este martes con los líderes de ambas formaciones, Teresa Rodríguez y Antonio Maíllo, y que pelearán juntos para sacarla adelante en la Junta de Portavoces del miércoles.

Este trabajo conjunto, que abarca desde la negociación inicial con los sindicatos hasta la plasmación en una proposición de ley, demuestra que la confluencia política entre Podemos e IU en Andalucía ya existe, aunque aún no tenga corporeidad, estructura ni nombre. Capítulo este último en el que ninguna de las dos formaciones parece cien por cien conforme con las directrices de Madrid. Por eso, Antonio Maíllo no duda en afirmar que “si Podemos va en el nombre de la confluencia andaluza, IU también irá”, advierte.

Mientras tanto, Maíllo y Rodríguez defienden con una sola voz que su ley del 5% del PIB para el gasto educativo es “un mensaje, una metáfora del modelo de confluencia que queremos exportar al resto de territorios”. “De lealtad, de reconocimiento de las partes, de profundo respeto y admiraciones mutuas, y de una ambición que tenemos: la convicción de cambiar Andalucía. Esa es nuestra responsabilidad histórica”, afirma el líder de IU en la región.

Hoja de ruta cómplice

Podemos e IU empezaron a trabajar la confluencia en Andalucía antes que en ningún otro territorio, lo cual les ha dotado de más autoridad ante sus respectivas direcciones federales para trazar su hoja de ruta. Podemos e IU han trabajado sobre este proyecto por separado (internamente, convenciendo a sus líderes nacionales, a sus alcaldes y cuadros medios) y de forma conjunta, solapando sus agendas, sus iniciativas parlamentarias, sus reuniones con colectivos y agentes sociales.

La complicidad entre Rodríguez y Maíllo y el peso específico que ambos tienen dentro de sus respectivas formaciones también les ha dado legitimidad para avanzar en la confluencia Podemos-IU, cuando otros territorios están mucho más verdes en este capítulo. Sin embargo, Maíllo ha contado desde el principio con el respaldo y el entusiasmo de su coordinador federal, Alberto Garzón, y Rodríguez se ha encontrado con más recelos en el entorno de Pablo Iglesias. Garzón e Iglesias fueron los promotores de Unidos Podemos, la coalición electoral con la que concurrieron juntos a las elecciones generales de 2016, pero los dirigentes andaluces no quieren importar esa fórmula. Ambos creen que fue un error, que se hizo mal y de forma precipitada, y en el camino, ambas formaciones lograron un millón de votos menos de los que habían obtenido por separado.

El último capítulo de la compleja relación entre Podemos e IU llega con la consulta que la formación morada acaba de hacer a sus bases: el 92% de los inscritos en Andalucía han apoyado que Podemos concurra a las próximas autonómicas y municipales en coalición con otras fuerzas del cambio, y que el nombre de ese nuevo sujeto político mantenga la marca Podemos. En Andalucía, Teresa Rodríguez había impulsado un debate distinto, abriendo la puerta a formar un nuevo partido con unas nuevas siglas, que debía negociar con sus socios de IU.

Ahora reconoce que el mandato de las bases de Podemos, plasmado de forma abrumadora en la consulta, le obliga a llevar esa propuesta a la negociación sobre la confluencia con IU. Es decir, el nombre que propondrán para el nuevo sujeto político incluirá la palabra Podemos como han pedido las bases (y no Marea Andaluza, que fue la marca que inscribió en el registro de partidos del Ministerio de Interior). No es lo que más le gusta a la gaditana, pero no se rebelará ante Iglesias ni ante la decisión de los afiliados de Podemos. Pero aegura que tampoco se lo impondrá a Maíllo. El resultado de la consulta a las bases “va a ser nuestra propuesta”, dice Rodríguez, “pero ahora habrá que negociar con otros. Imposiciones no. Acuerdo y negociación. Primero vamos a clarificar cuál es nuestra posición y ahora negociaremos y debatiremos con otros. Esto no es: como lo deciden los inscritos de Podemos, el mundo entero tiene que obedecer las consecuencias de esa consulta. No”.

¿Y Maíllo se siente cómodo con el nombre de Podemos en la confluencia? “Comodísimo con el debate interno que tengan ellos”, dice, recordando que su organización también delimitó su postura en una asamblea regional. “Ahora cada uno, con la posición que tiene de parte, habrá que escuchar a los demás. Tenemos que escucharnos todos”, advierte. Al líder de la coalición de izquierdas tampoco le emociona bautizar a su criatura política con la marca Podemos, ni que les impongan el nombre desde Madrid, cuando lleva trabajando codo con codo con Teresa Rodríguez y su equipo desde hace meses. “Si Podemos va en el nombre de la confluencia andaluza, IU también irá. Punto”, advierte.

Consulta conjunta a las bases

En realidad no es lo que más les preocupa a ambos. Los dos se muestran contrariados, cuando no incómodos, por que el debate mediático sobre el nombre con el que acudirán a las urnas se haya superpuesto al debate de ideas y proyecto político, “que es lo fundamental, lo difícil y en lo que más terreno hemos avanzado”. “El nombre, el programa, las candidaturas…todo eso va a ser objeto de una consulta específica a las bases cuando llegue el momento”, dice Rodríguez. También Alberto Garzón planteó que el resultado de la confluencia, empezando por la marca, sería consultado a la militancia de IU, y Maíllo ratifica esa idea. “IU siempre consulta todo. Vamos a consultar cada una de las partes de la confluencia. Juntos y por separado”, asegura.

De todo lo dicho, se desprende que el resultado de la consulta a las bases de Podemos es importante, pero no determina la negociación de la confluencia con IU en Andalucía. Es el mensaje que, llegado el momento, Teresa Rodríguez le llevará a Pablo Iglesias, y ni ella ni Maíllo prevén ningún problema. A diferencia de lo que ocurre en Madrid, la alianza Podemos-IU en Andalucía se está trabajando, a su parecer, respetando el equilibrio de poder de ambas formaciones, en parte, porque la coalición de izquierdas es más fuerte aquí de lo que es en el conjunto del país.

Esrte último argumento es el que Rodríguez ha incorporado a su tesis para negociar con los suyos: no subestimar a IU es no subestimar el sujeto político que están creando en Andalucía. “IU tiene un peso específico en Andalucía importantísimo, para nosotros es una fuerza política que suma muchísimo, tiene 80 alcaldías, presencia en muchísimos municipios (380), una trayectoria y una implantación envidiable”, subraya la gaditana, “por tanto, en la confluencia tendrá que haber visibilidad de ambas partes: que quienes se sientan vinculados a Podemos reconozcan cuál es la papeleta que representa sus aspiraciones, y por otro lado, que quienes se han sentido vinculados históricamente y en el presente a IU, sepan dónde está su gente y sus ideas”, dice. Y remacha: la consulta de Podemos “no es incompatible con este debate y no va a ser un escollo”.

Estas declaraciones las han hecho este martes juntos, como si ya formasen parte del mismo partido. Durante meses, Rodríguez se ha encargado personalmente de limar las aristas que muchos veteranos comunistas perciben en el proyecto de confluencia, una suerte de “OPA hostil a IU”, en palabras de dirigentes de la vieja guardia. La líder andaluza de Podemos intervino, como invitada, en la asamblea regional que reeligió a Maíllo, con un mensaje conciliador, apelando a la humildad y al respeto mutuo. Es algo que ya ha calado en ambas direcciones, facilitando el acercamiento en el plano regional, y que ahora afirman estar trabajando “pueblo a pueblo”, donde los recelos entre los alcaldes de IU y las marcas instrumentales de Podemos son mayores.

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