Desde hace algún tiempo, Andalucía tiene dos días de celebración oficial. El 28 de febrero es el Día de Andalucía desde que entró en vigor la autonomía, en 1982, porque así lo dispone el Estatuto. Además, el 4 de diciembre es el Día de la Bandera desde que el Gobierno de Juan Manuel Moreno puso sello institucional a una conmemoración hasta entonces oficiosa y residual, que tuvo sus altibajos desde 1977 hasta que recibió el marchamo de un Decreto en 2022: el 4 de diciembre se conmemoran en Andalucía las multitudinarias manifestaciones de 1977 que condensaron la “voluntad del pueblo andaluz de acceder a las máximas cotas de autonomía bajo el símbolo común y de unión que representa la bandera de Andalucía”.
Aquel día, unos dos millones de andaluces y andaluzas salieron a las calles para reclamar el acceso por la vía rápida a las máximas cotas de autonomía a quienes estaban negociando el modelo de Estado y la descentralización autonómica. La aspiración era que al reconocimiento de la identidad le acompañara la “autonomía plena”, el sintagma que traducía al nuevo andamiaje institucional la fórmula acuñada por el político sevillano Manuel Clavero Arévalo: “Café para todos”. En este caso, para Andalucía, que refrendaría la exigencia vía referéndum el 28 de febrero de 1980.
Primer 4D con acceso a los documentos de la muerte
Aquellas protestas quedaron marcadas por la muerte de un tiro de un joven malagueño de 19 años, Manuel José García Caparrós, convertido con el paso de los años en un mártir de la autonomía. García Caparrós entronca con la bandera andaluza porque el intento de colocar una verdiblanca en el balcón de un edificio oficial fue la deflagración que desembocó en la muerte del joven.
El presidente de la Diputación de Málaga, Francisco Cabeza, se había negado a que la bandera andaluza ondeara en el antiguo “Palacio Provincial”, en la Alameda Principal. Iba a ser la única capital sin bandera y cuando un joven, José Manuel Trinidad Berlanga, trepó para colocarla, el caos se desató. La Policía Armada intervino y, ya por la tarde, durante las protestas que siguieron, hubo disparos. Una de las balas disparadas en el entorno de la Alameda de Colón atravesó el pecho de García Caparrós a la altura de la axila. Llegó muerto al hospital tras ser transportado por alguien cuya identidad sigue siendo desconocida hoy.
La bala fue para Andalucía entera, pero el que no llegó a casa fue él“, dijeron las hermanas Purificación, Francisca y Dolores García Caparrós al recoger, hace un mes, la documentación que el Congreso les ha mantenido oculta durante todos estos años.
Secreto 48 años después
Quién disparó el arma que lo mató sigue siendo un secreto casi medio siglo después. Este será el primer 4 de diciembre en que puedan consultar los documentos de la comisión del Congreso que investigó aquel suceso. Pero sólo podrán verlo ellas, bajo la advertencia de que si lo divulgan podrían incurrir en un delito de revelación de secretos, porque los documentos siguen siéndolos aunque ellas, como familiares, sí puedan verlos.
Entre tanto, siguen tratando que el Gobierno reconozca que Manuel José, cuya muerte quedó silenciada durante años (hasta el punto de que las propias instituciones le invirtieron el nombre llamándolo José Manuel), es “víctima del terrorismo”. A comienzos de noviembre recibieron una carta en la que el presidente del Gobierno asegura que ha dado instrucciones al Ministerio del Interior para que lo estudie. Supondría abrir una vía para todas las “víctimas de la Transición”. Esas víctimas y sus familiares mantendrán un encuentro estatal en Logroño a finales de enero.
Este martes, ellas insistieron por carta a la Dirección General de Víctimas del Terrorismo: “Nos gustaría saber si esto [la consulta de Presidencia sobre la viabilidad de la petición] se ha producido e instamos a que se nos informe de cómo podemos comenzar a hacer efectivo esta consideración de víctima de terrorismo para nuestro hermano, vilmente asesinado por la espalda en una manifestación pacífica donde se creó terror por parte de la policía armada”.
La institucionalización del 4D
Durante décadas, el 4 de diciembre era recordado en pueblos de marcada significación andalucista e izquierdista, muchos en la sierra sur sevillana: Herrera, Guillena, Martín de la Jara o Marinaleda. También en Casares, el municipio malagueño en el que nació Blas Infante. Alejandro Rojas Marcos, siendo alcalde de Sevilla, designó esa jornada como el Día de Homenaje a la Bandera en 1993. Casi treinta años después, un acto en Coria del Río dio la oportunidad a Juan Manuel Moreno de marcar la fecha en el calendario oficial y, de paso, modelar un perfil andalucista a la manera en que lo hicieron durante años los socialistas.
La idea la formuló el 19 de octubre de 2022 Rojas Marcos, histórico fundador del Partido Andalucista, y Moreno la cazó al vuelo, si es que no lo traía pensado. Un vídeo recoge el momento: “Al Presidente la propuesta que le hago es que convierta al 4 de diciembre en el Día de la Bandera de Andalucía. Oficialmente”, le espetó, mientras Moreno miraba complacido. De fondo, una réplica la histórica pizarra del Casino de la Exposición de Sevilla donde se anotó el escrutinio del referéndum de 1982. “La verdad que tiene sentido”, replicó: “Las cosas que tienen sentido nos la tomamos en serio, y como las cosas que nos tomamos en serio suelen salir, es probable que salga adelante”. El 8 de noviembre, apenas veinte días después, tenía listo el Decreto que lo regula.
El Día de la Bandera tiene su principal acto institucional en el Palacio de San Telmo, sede del Gobierno andaluz. Desde su primer año, la izquierda andaluza criticó el “postureo” de Moreno por “envolverse en la bandera” un día al año por motivos electorales, a su juicio. “Adueñarse del pasado para controlar el presente”, le afeó el entonces secretario general de los socialistas andaluces, Juan Espadas.
También lo criticaron las hermanas García Caparrós, que le afearon el “olvido” inicial de su hermano, muerto precisamente por esa bandera el día que se conmemora. Moreno corrigió rápido el paso: recibió a las hermanas, las incluyó en la primera conmemoración y les prometió apoyo en su lucha por desclasificar los papeles y honrar la memoria de su hermano.
Conmemoración por todas las administraciones
Ahora, todas las instituciones quieren su acto por el 4D. El ministro Ángel Víctor Torres celebró en la víspera un homenaje en Málaga a un grupo de 23 periodistas que “destacó en la defensa de las libertades y de la Autonomía andaluza”: entre otros, Juanjo Téllez, Pilar del Río, Iñaki Gabilondo, María Esperanza Sánchez, Paco Lobatón, Tom Martín Benítez, Rafael Rodríguez, Mercedes de Pablos, Lola Cintado, Juan Holgado o Antonio Checa.
Por parte de la Junta de Andalucía, el presidente Moreno presidirá este jueves el acto oficial en San Telmo, donde se realizará el tradicional “elogio a la bandera”. Fuera, la Consejería de Cultura y Deporte organiza una veintena de actividades en bibliotecas, archivos, museos, conjuntos arqueológicos y monumentales, a las que se suman las organizadas por organismos adscritos, como el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH) o la Fundación Barenboim-Said. Exposiciones, charlas, gincanas, talleres, conciertos, visitas teatralizadas y un itinerario guiado por el Parlamento de Andalucía, el menú para celebrar la enseña es para todos los gustos y en todas las capitales andaluzas.
Mientras, en Málaga, las hermanas García Caparrós acudirán como cada año a recordar a su hermano ante la placa situada en la calle Comandante Benítez. Estarán acompañadas por dirigentes de IU, el Partido Comunista y CCOO, que han acompañado sus reivindicaciones durante años. A mediodía es el acto institucional en el que participa el alcalde Francisco de la Torre. Y por la tarde les espera una agenda apretada: a las 16:00 acudirán a los Premios 4D - Rafael Escuredo de la Fundación Andalucía, Socialismo y Democracia, donde las recibirá María Jesús Montero, quien lleva meses tratando de movilizar al electorado posicionándose en asuntos sensibles como El Algarrobico o la desclasificación de las actas de García Caparrós.
Apenas un par de horas después, las hermanas deberán estar en Casares, en el extremo occidental de la provincia, donde Manu Sánchez, Lucía Sócam, Juan José Téllez o Salva Reina rendirán homenaje a su hermano, el joven que murió por la bandera andaluza.