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La pata de jamón (de Costco)
Es octubre en Estados Unidos, y mientras que los yanquis se vuelven locos decorando sus fachadas con calabazas y esqueletos, los españoles que vivimos aquí tenemos otra obsesión: la pata de jamón de Costco.
En esta época, no falta en un grupo de españoles en Estados Unidos de cualquier red social que el primero que va a Costco y ve la pata de jamón a $100 dólares, le hace la foto y lo sube con el título “Ya ha llegado la pata de jamón a Costco”.
A continuación se produce una especie de cacería en la que cada españolita o españolito tiene que triangular la distancia de las tiendas de Costco hasta su casa, la probabilidad de que esa tienda en particular tenga la deseada pata de jamón y la propia agenda o calendario. Todo para asegurarse de que llegamos entre los primeros y estas fiestas no nos quedamos sin jamón.
Y es que el drama está servido, puesto que la pata de jamón solo llega a Costco una vez al año, y además es una edición limitada. Es decir, que cuando se acaban las patas de jamón, ya no van a llegar más.
Esto es parte del modelo de negocio de las tiendas Costco, que aunque ya existen en España, aquí en Estados Unidos tienen características especiales. Para empezar, es una tienda a la que tienes que estar suscrito para entrar: solo los miembros podemos comprar ahí. La suscripción cuesta unos $60 a $100 dólares al año.
Los pasillos eternos, los tarros de mermelada del tamaño de mi antebrazo, los panes de medio metro (¡y solo los puedes comprar de dos en dos!). Es una tienda para comprar a granel, pero al estilo americano, es decir: una exageración. Con decirte que el mínimo de rollos de papel higiénico que puedes comprar son 36, o que los huevos en lugar de en docenas vienen en veintenas
Una vez que tienes tu tarjetita con la palabra Costco, logras entrada a un almacén donde todo es grande. Los pasillos eternos, los tarros de mermelada del tamaño de mi antebrazo, los panes de medio metro (¡y solo los puedes comprar de dos en dos!). Es una tienda para comprar a granel, pero al estilo americano, es decir: una exageración. Con decirte que el mínimo de rollos de papel higiénico que puedes comprar son 36, o que los huevos en lugar de en docenas vienen en veintenas.
Pero no tiene Costco la culpa de que las españolitas y los españolitos en Estados Unidos no tengamos jamón ibérico. Ya os hablaba hace un año de la dificultad en general de encontrar producto ibérico en este país.
Y es que la importación de productos agrícolas y ganaderos a Estados Unidos en general está bastante limitada. Sobre todo si son productos de cerdo y no están cocinados, como es el caso del jamón, el chorizo, el salchichón, y todo lo que nos gusta.
Además, las zonas de embutidos de los supermercados están llenas de productos italianos, dejando a todo quisqui con la sensación de “¿por qué puedo yo comprarme dos kilos de prosciutto pero de jamón, nada de nada?” Quizás algo tenga que ver la agromafia italiana. Que es como suena, la mafia ha infiltrado el sistema agrícola y ganadero en Italia y están haciendo estragos.
Tal es la desesperación de algunos por sus ibéricos que tengo un amigo al que su madre le mandaba papelones de jamón por correo, escondidas dentro de la revista '¡Hola!' hasta que un día en lugar del '¡Hola!' jamonizado le llegó una cartita mu apañá de aduanas diciendo que, o paraban el tráfico ilegal de papelones de jamón, o se las verían con ellos. Por supuesto, después de tal amenaza, los envíos ilegales pararon.
Pero nadie me manda jamón escondido entre prensa franquista, os dejo, que me tengo que ir corriendo al Costco a por mi pata de jamón, antes de que me la quiten.