El fenómeno de 'La Sele'

Trabajo cerca de la avenida de Reina Mercedes en Sevilla donde, como muchos sabéis, existe un campus de la Universidad de Sevilla. En dicho campus se encuentran un buen puñado de facultades, la mayoría de ciencias.

Este hecho me permite observar diariamente a la fauna estudiantil que por allí pulula y no hay mejor pasatiempo durante el trayecto diario que realizo hasta mi café mañanero que observarlos científicamente en su hábitat natural, normalmente delante de la Facultad de Biología que es donde realizo estos avistamientos.

Se llama “campus”, pero cuando va llegando la primavera, ese campus se convierte muchos mediodías en un auténtico “cruz-campus” atestado de jóvenes y jóvenas retozando en la hierba al calor de sus litronas. Lo cual observo más que con desaprobación, con auténtica envidia. Que conste que no añoro mi etapa universitaria porque estaba más tieso que el cuello de Sergio Ramos cuando escucha el himno de España, pero sí que recuerdo que gracias al esfuerzo que mantuve esos años, pude conseguir un trabajo, cosa que en estos tiempos se me antoja más dificil que equivocarse con el número de DNI de la Infanta Cristina, el 14.

Las diferentes especies que conviven en el ecosistema universitario son tan variadas que habría contenido para varios canales Xplora. Podemos encontrarnos desde ratones (de biblioteca) hasta murciélagos (sólo salen de noche y van ciegos). Es fácil ver roedores (de bolígrafos), depredadores (de apuntes), lagartos y lagartas tendidos al sol, aves (“a vé si me deja los apuntes”), osos que hibernan durante todo el curso y despiertan en primavera. Cigarras y hormigas.

Como cada año por esta estación, las especies autóctonas han estado siendo invadidas por una auténtica plaga de renacuajos. Se produce un fenómeno llamado 'La Sele' que hace que miles de cachorros de muy distintas especies (muchos de ellos acompañados por sus especímenes progenitores que suelen aparcar en doble fila) deambulen por las facultades nerviosos, observadores de todo lo que les espera, síntoma de la adaptacion a los nuevos entornos que experimentamos los seres vivos... unos más vivos que otros.

Muchos de los progenitores han puesto sus huevos para que estas crías de salmón, estos alevines, puedan llegar a crecer y a tener un día su propia camada. Estas pequeñas larvas también tienen sus sueños, sus miedos, como yo también los tuve porque yo también fuí renacuajo. Pronto llegará la hora de abandonar el nido familiar, aunque algunos preferirán no irse nunca con la que está cayendo.

Son tan entrañables, que les es hice un pasodoble para advertirles de lo que se les viene encima:

Ahi va la letra :

Como yo, tú estás como yo,

Como yo, universitario.

Ya lo ves, lo dice un bebé

Que también pasó tu calvario.

Hablemos tú y yo,

Somos igual los dos,

Pues los dos nos estamos formando,

Y cada dos por tres, yo creo que cada mes,

Un 'gachó' nos está examinando.

Mucho tiempo solito encerrao,

absorbiéndolo to’ por un tubo

aprovechando el cable que te echo mamá,

y sin saber que nos guarda el futuro.

El país donde saldremos, yo me temo

que es un niño del montón.

sólo saca nota el niño idiota

en deporte y religión,

No le gusta la investigación

pero es un experto pa’ sus muertos

en la prensa del corazón.

Este país que necesita tanto a gente como tú,

que renueva el derecho, la ciencia y la salud,

solo es un cementerio para la juventud.

Este país, que se permite el lujo de verte marchar,

y no darte siquiera una oportunidad,

Así nos va, así nos va, así nos va.