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Sexo y literatura en Sevilla: la ola de calor por venir
Para muchos lectores despistados, el erotismo en la literatura empieza –y acaso también termina– con esa trilogía de E. L. James titulada Cincuenta sombras de Grey, que tan alto escaló en las listas de ventas y convirtió a su autora en una de las cien personas más influyentes del mundo según la revista Time. Sin embargo, la relación de los libros con las tentaciones de la carne, el deseo y la fantasía lúbrica es quizá tan antigua como el mundo. Para hablar de ello, la Casa de los Poetas y las Letras de Sevilla ha organizado un coloquio que bajo el título Letras eróticas, erótica de las letras pretende repasar esa larga y fructífera relación.
Desde los poemas de Safo de Lesbos a obras rompedoras como Las edades de Lulú de Almudena Grandes o clásicos como Emmanuelle Arsan, La historia de O o los diarios de Anaïs Nin, pasando por Las amistades peligrosas de Choderlos de Laclos, Fanny Hill de John Cleland, los primeros poemas de Ana Rossetti o las más descaradas novelas de Eduardo Mendicutti… Hay libros para alimentar todas las líbidos, pero con demasiada frecuencia han sido relegados como subliteratura, cuando no directamente censurados o prohibidos. Y también para conocer mejor las sociedades que los producen, más allá del ámbito estrictamente íntimo.
Para hablar de todo ello, este evento reunirá a tres autoras que abordarán esta temática –una de las pocas que no pasan nunca de moda– desde muy distintas perspectivas. Así, Valerie Tasso, francesa afincada en España, ofrecerá su visión como sexóloga, que tiene también una dimensión literaria en obras suyas tan aclamadas como Diario de una ninfómana, París por la noche, El otro lado del sexo o Antimanual de sexo. “Toda la literatura erótica”, afirmaba Tasso recientemente en la revista MujerHoy, “es una amatoria (un ars amandi), un tratado sobre cómo desarrollar nuestros afectos eróticos, engrandecernos y ser mejores personas gracias a ellos. Este relato es un modelo que nos enseña (por afirmación o por negación) nuevas extensiones de nuestra capacidad de amar; a veces, también es verdad, mediante lecciones mal contadas, arquetípicas y aburridísimas, ya que al leer según qué relatos dan ganas de irse corriendo… pero en el sentido literal, y no en el metafórico”.
Con ella estará Carla Carmona, doctora en Filosofía por la Universidad de Sevilla, autora de obras como La idea pictórica de Egon Schiele: Un ensayo sobre lógica representacional o En la cuerda floja de lo eterno, que tratará de brindar el enfoque del erotismo desde su especialidad. Completarán la mesa redonda, que será moderada por el periodista y escritor Javier González-Cotta, la novelista sevillana Soledad Galán, autora de títulos como Adiós cigüeña y El diablo en el cuerpo, sobre los secretos más íntimos de Isabel II; y el poeta onubense Juan Cobos Wilkins, autor de libros como Biografía impura, Para qué la poesía, El mundo se derrumba y tú escribes poemas o Donde los ángeles se suicidan, entre otras obras. Él será el encargado de hablar de la incidencia del erotismo en el mundo de los versos.
Desentrañar quiénes somos
“Me ha apasionado la literatura erótica desde siempre”, asevera Soledad galán. “Especialmente la clásica, más que la de ahora, que ha terminado siendo considerada una literatura menor. Incluso el verbo follar, que me encanta; implicaba jugar, holgar, soplar, pero se ha acabado usando de otra manera. Era una especie de disfrute, de desconexión de la vida”. Por otro lado, la escritora está convencida de que “no hay nada como la literatura erótica para desentrañar quiénes somos, de dónde venimos. El mismo Asno de Oro de Apuleyo gira en torno de eso, y demuestra que las letras puedan servir para contar algo más profundo. No habla de la lucha entre hombres y mujeres, pero sí parte de un cambio social, que entendía que la mujer tenía más fuerza de la que se le atribuía hasta entonces”.
Galán cita como referentes en este sentido a Marguerite Duras con El amante y a Elfriede Jelinek con El ansia. “Las dos desarrollan una literatura erótica deliciosa, pero en el caso de Jelinek, por debajo está la crítica social a la Revolución industrial y a favor de la lucha de clases. Y en el caso de Duras, el colonialismo, la posesión, la brutalidad. Eso es lo que traté de hacer también yo en El diablo en el cuerpo, aprovechar la intimidad de una reina para desentrañar todo un mundo social y político del siglo XIX”.
El coordinador de la Casa de los Poetas y las Letras de Sevilla, José Daniel Serrallé, explica que dentro de las líneas de actuación de esta institución figura el programa Mil y una literaturas, “donde hasta ahora hemos tocado temas tan diversos como la literatura dramática, la escritura de las ciudades, la narrativa social o el periodismo, y se nos ocurrió que tenía mucho sentido tocar la cuestión del erotismo”, comenta. “Es algo que ha estado siempre presente en el ámbito literario, desde los griegos e incluso antes, y que ha tenido mucha fuerza en todos los países, lenguas y géneros. La razón es quizá que el erotismo, el sexo en general, es algo muy importante en la vida personal y colectiva, y la literatura no puede sino hacerse eco de ello”.
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