El frente común de los puertos ante al Ministerio logra un acuerdo para la pesca de la sardina
“Si nos dejasen a nosotros autoabastecernos, como siempre hemos hecho, no habría problemas”. Lo dice Mariano García, patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de Isla Cristina, una de las personas que esta semana estuvo sentada seis horas en una mesa en Sevilla, de la que nadie se levantó hasta que se consiguió pactar una cuota de pesca de sardinas en el caladero andaluz que garantice el abastecimiento de los mercados, y a la vez la rentabilidad para los pesqueros.
En el tema de la flota de cerco, y concretamente en la pesca de la sardina, ya llueve sobre mojado, y aunque se pueden capturar de nuevo desde el pasado 1 de marzo, las cifras han sido tan bajas, en lo que a las cuotas de captura se refiere, que muchos barcos han preferido quedarse en el muelle en lugar de perder dinero en alta mar.
La solución, al menos la menos mala, se alcanzaba al final de una intensa reunión en la que se acordó un reparto de cuotas de la sardina en el caladero para este año 2015 que contempla una asignación total de 3.600 toneladas.
En la mesa estaban representantes de distintas entidades pesqueras con el director general de Recursos Pesqueros y Acuicultura del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (Magrama), José Miguel Corvinos, y tras mucho discutir llegó un acuerdo que se ha transmitido como unánime.
Corvinos defiende que el encuentro ha logrado que “la pesquería resulte lo más rentable posible desde un punto de vista socioeconómico tanto para el sector como para los municipios en los que se desarrolla y que se logre, con una pesca responsable y bien regulada, recuperar el 'stock' de la sardina, en estos momentos en una situación delicada, para que en los próximos años se pueda tener un mayor número de toneladas”.
Lo que se ha hecho es muy simple: se ha fijado una cuota para este año de 19.005 toneladas, de las que 9.000 corresponden a España y de ellas, 600 toneladas al mes al Cantábrico noroeste y 400 al Golfo de Cádiz, salvo en diciembre, enero y febrero, meses en los que no está permitida la pesquería.
Pero lo más importante no es que se haya fijado una fecha, sino que ahora hay un reparto mixto de las 400 toneladas entre los cuatro puertos afectados en el litoral andaluz: Punta Umbría e Isla Cristina, en Huelva, y Sanlúcar de Barrameda y Barbate, en Cádiz.
El reparto contempla que las lonjas de cada puerto recibirán cantidades que suponen el 8 % del total mensual para Punta Umbría y Barbate, un 30 % a Isla Cristina y un 32 % , que posteriormente, cada puerto distribuirá entre sus barcos. Da, por lo tanto, más libertad a la hora de salir a faenar a los pescadores, pero al mismo tiempo impide que se esquilme el caladero.
“Permite una pesca responsable”
Sin entrar a considerar por qué se ha perdido un mes en alcanzar un acuerdo, la valoración es positiva para el sector. Mariano García, que es también vicepresidente de la Federación Andaluza de Cofradía de Pescadores (FACOPE), se alegra, eso sí, de que se ha logrado “marcar unas directrices” que seguir en cada puerto, dejando a un lado tener que depender de lo que opine cada uno. Se ha logrado un acuerdo sin perjuicio para nadie, con un reparto ecuánime, sostiene.
Lo que sí se ha conseguido es poner de acuerdo a todas las partes, porque como recuerda García, el reparto de las 400 toneladas ya se acordó el pasado 16 de febrero por mayoría, cuando Punta Umbría e Isla Cristina y Barbate dijeron sí a repartir un 70 % en base a criterios históricos y el resto de forma lineal. Entonces, Sanlúcar de Barrameda se opuso, pero ahora ha aceptado, entre otras cosas porque se ha subido un 1 % el porcentaje que recibirá Sanlúcar con respecto a la propuesta inicial por lo que recibirá el 8 % y así se ha logrado el consenso.
Con todo, ahora se contará con rentabilidad todo el mes, y no solo en los primeros quince días, que era cuando se acababan las cuotas asignadas hasta antes de la reunión.
Retorno a Marruecos
El acuerdo llega en una semana en la que el Golfo de Cádiz ha quedado más despejado para el sector, ya que los barcos con licencia para faenar en Marruecos han vuelto al caladero alauita y han abandonado el andaluz, después de cumplir con los dos meses de parada que imponía el acuerdo alcanzado entre la Unión Europea y Marruecos en el último trimestre de 2014.
El último Plan de Pesca del Cerco del Golfo de Cádiz aprobado por el Ministerio de Agricultura prevé el reparto del excedente, al objeto de que no se pierdan las capturas asignadas a esos barcos con licencia en Marruecos y beneficiar a todos los pescadores.
Pero ese beneficio tiene su contrapunto en el hecho de que todas las capturas que realizan en Marruecos entran en el mercado español y eso supone una competencia y un perjuicio porque hace que no sólo la flota de cerco del Golfo de Cádiz sino otras modalidades pierdan rentabilidad. Son una treintena de barcos, todos con base en Cádiz, los que ahora han vuelto al caladero marroquí.