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Así fue la “bronca” del Hotel Victoria que dinamitó al PP de Granada antes de la investidura del nuevo alcalde

La reunión sacó a la luz las diferencias dentro del grupo municipal y con la dirección provincial

Álvaro López

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A las nueve de la mañana, el Ayuntamiento de Granada estaba engalanado para ser el escenario del pleno de investidura que debía elegir al nuevo alcalde de la ciudad. Los trabajadores del Consistorio se afanaban por dejarlo todo listo para que, dos horas después, el socialista Francisco Cuenca fuese elegido como regidor para los dos próximos años en sustitución del dimitido Luis Salvador (Ciudadanos). Mientras eso ocurría, a poco más de 200 metros de allí, el PP estaba viviendo un cisma fruto de las decisiones que habían adoptado semanas antes y que habían acabado dándole la alcaldía al PSOE. Fue una reunión acalorada en el Hotel Victoria, en pleno corazón de la ciudad, que dinamitó al Partido Popular de Granada.

Horas antes, con España jugándose el pase a la final de la Eurocopa ante Italia, varios concejales del grupo municipal del PP informaban de que, en un intento desesperado por salvar un gobierno de la derecha en el Ayuntamiento de Granada, a la mañana siguiente tendrían un encuentro con Vox y Ciudadanos para tratar de desbloquear la crisis consistorial. “Aún no nos han contestado a la invitación”, escribió algún edil sobre ambas formaciones que, finalmente, no acabarían acudieron a la cita. Sin nada que negociar porque con seis concejales el PP no tenía posibilidad alguna de hacerse con el bastón de mando, lo que iba a ser una reunión para arreglar la situación sobre la bocina, acabó convirtiéndose en un festival de reproches.

La cita, que reunió en un mismo espacio a los seis ediles populares y al secretario general provincial del partido, Jorge Saavedra, fue muy tensa, según cuentan fuentes del PP. Para empezar, Saavedra y los concejales Francisco Fuentes y César Díaz llegaron casi una hora más tarde de lo que estaba previsto, lo que encendió los ánimos del resto de participantes en el encuentro. Los tres habían estado antes en la sede provincial del Partido Popular analizando qué había pasado para que su estrategia hubiese acabado con el PSOE en el poder, conscientes de que tenían que dar explicaciones ante los concejales populares.

Sin el presidente provincial

Unas explicaciones que no dio el presidente del PP de Granada, Francisco Rodríguez, porque no acudió a la reunión. Según ha podido saber elDiario.es Andalucía, el mandatario popular no se vio con sus compañeros ni acudió al pleno de investidura porque considera que no puede hacer acto de presencia “en los malos momentos”. Una actitud que le ha granjeado una mala imagen entre los afiliados porque no le ven preparado para ser quien dirija al Partido Popular granadino. Sobre todo, porque hacerse con la alcaldía de Granada, su primer gran reto, se ha saldado con una estrepitosa derrota. Pero lejos de dar la cara, el presidente del PP de Granada ha preferido hacerse a un lado.

Sin Rodríguez en la reunión, encima de la mesa se pusieron palabras gruesas y se evidenció la desunión de los populares. Entre las cuestiones que se plantearon, hubo quienes afearon a la dirección provincial que apostara por Francisco Fuentes como candidato final a la alcaldía. Un gesto que se explica porque era el único concejal al que el expresidente del PP, Sebastián Pérez, estaba dispuesto a apoyar para convertirlo en alcalde y su voto era esencial. Sin embargo, para algunos de los ediles, hacerle esa concesión a un excompañero al que consideran tránsfuga por haber abandonado el grupo municipal y haber amenazado con hacer una moción de censura junto al PSOE, no era más que un síntoma de debilidad.

Según fuentes del PP, otro de los señalados fue el portavoz municipal, César Díaz, un concejal con trayectoria en el Ayuntamiento al que los últimos meses le han pasado factura. En el seno de su partido no creen que haya sabido encarar la crisis del Consistorio. Sus ruedas de prensa han resultado erráticas y contradictorias y su posición final le ha acabado costando el descrédito por parte de sus compañeros. A medio camino entre la dirección provincial y el grupo municipal, Díaz acabó aceptando que Fuentes fuese el candidato, a pesar de que incluso él mismo aspiraba a ser el que gobernase Granada para el PP. De hecho, su alineamiento con Sebastián Pérez ha sido la gota que ha colmado la paciencia de alguno de los concejales que comparten grupo municipal y que ya se plantean marcharse.

El órdago de Sebastián

El motín del Hotel Victoria fue un trance muy amargo para los populares. Conscientes de que su estrategia política había hecho aguas y había permitido que el PSOE se hiciese con la alcaldía, se analizaron los acontecimientos previos. Empezando por la rueda de prensa en la que Sebastián Pérez lanzaba el órdago de que, si no había alternancia entre Cs y PP en el sillón de alcalde, él les daría el mandato a los socialistas. También se habló de la hoja de ruta marcada por Francisco Rodríguez. Fuentes del partido explican que el presidente provincial está muy superado por todo lo ocurrido y cuentan un episodio en el que Rodríguez le prometió al secretario general del PP, Teodoro García Egea, que recuperaría la alcaldía para los populares. Que no había nada de qué preocuparse.

En el seno del Partido Popular dicen que el presidente provincial fue el que ordenó a los concejales que dimitieran y abandonaran el gobierno municipal de Luis Salvador con el visto bueno de la dirección nacional. Que fue él quien trató de arrinconar a Salvador, pero que no calculó suficientemente bien la estrategia y acabó fallando estrepitosamente. Tanto que fuentes consistoriales no se explican cómo el PP ha podido acabar dándole la alcaldía al PSOE en un momento que puede ser dulce para los socialistas. Con varios millones de euros a punto de ser liberados para obras y con varios proyectos sobre la mesa, entre la militancia del Partido Popular granadino aún no se explican cómo se han inmolado.

El PP andaluz, de perfil

En todo este desaguisado, los populares andaluces han salido mejor parados. Conscientes del suicidio que se estaba produciendo en el Ayuntamiento de Granada y que ponía en peligro la estabilidad del bipartito con Ciudadanos en la Junta de Andalucía, han permanecido en un discreto segundo plano. Fuentes del partido dicen que lo han hecho para evitarse más enfrentamientos con la cúpula nacional del PP y para mirar de cara a las elecciones municipales de 2023. Casi todos en el partido son conscientes de que pocos o ninguno de los actuales concejales del PP repetirá en las listas. “Le hemos dado el Gobierno al PSOE y es posible que no solo para dos años, sino para seis”, sostienen los populares. Temen que la falta de liderazgo local, la desunión y la mala imagen pongan en bandeja un nuevo mandato de los socialistas que ya ganaron los comicios locales de 2019.

Paradójicamente, el PP salió más derrotado que nunca del Hotel Victoria. Dentro de la formación se anticipa que los próximos meses van a ser muy difíciles para algunos concejales que no descartan renunciar y volver a sus profesiones. Lejos de acabar, la novela política de Granada sigue en un momento culmen. Con cierta estabilidad en el equipo de Gobierno, las intrigas se trasladan ahora a la recomposición de los populares y a qué pasará con los restos que quedan de Ciudadanos. Mientras, de fondo, empiezan a sonar los primeros avisos de cese del presidente del PP de Granada y asoman los nombres del futuro proyecto municipal popular. Pero lo único seguro es que el PSOE vuelve a gobernar en un entorno mucho más favorable que en 2016, con un buen margen para lograr mayorías y con el objetivo de presentarse como un partido “responsable” y de gestión frente al espectáculo ofrecido por el bipartito de PP y Cs.

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