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OBITUARIO

Adiós a Juan Antonio Bermúdez, poeta, cinéfilo e inolvidable agitador cultural

Juan Antonio Bermúdez durante una intervención en el Festival de Cine de Sevilla.

Alejandro Luque

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La heterogénea tribu de la poesía y del cine andaluces ha recibido como un jarro de agua fría la noticia del fallecimiento de Juan Antonio Bermúdez (Jerez de los Caballeros, 1970) a los 52 años. Aunque era conocida su “mala salud de hierro”, como él mismo solía decir, nadie esperaba que su corazón le fallara justo después de clausurar una nueva edición del Festival de Cine Europeo de Sevilla (SEFF), donde él había programado la sección Panorama Andaluz durante los últimos diez años. Durante el certamen, Bermúdez participó como siempre en presentaciones y debates, haciendo gala de su conocida agudeza y buen humor.

“Este año estaba muy contento por cómo había salido el Festival, y por el hecho de que la película ganadora de Panorama Andaluz, Como ardilla en el agua, de Mayte Gómez Molina y Mayte Molina Romero, hubiera sido una apuesta personal suya”, explica el director del SEFF, José Luis Cienfuegos. “Juan Antonio ha sido una pieza fundamental para el festival, en primer lugar para establecer un diálogo entre el cine europeo y andaluz, pero también para el descubrimiento de nuevos valores y otras muchas cosas. Tenía mucha mano izquierda, era una persona dialogante y con un gran sentido del humor”.

Cienfuegos recuerda que en el equipo del SEFF había una frase que era casi un ritual: “Esta tarde toca Juan Antonio”, recuerda. “Reunirse con él suponía dejar fuera las tensiones y pequeñas miserias de los procesos administrativos para centrarse en lo importante, el cine y los cineastas. Contribuyó a dignificar Panorama Andaluz para hacerla una sección bien comisariada, bien programada y bien articulada en el resto de la programación. Solo puedo reivindicar su persona y su trabajo, absolutamente modélico, que encajó de maravilla con nuestra línea de sobriedad, de trabajo sin estridencias. Por todo ello era respetado y querido, una persona buena que ayudaba a que se vieran más claras las cosas que desde fuera no siempre se entendían”.

“Un pilar imprescindible”

En las redes sociales, eran numerosas las voces que reflejaban tanto el estupor ante la noticia como el unánime buen recuerdo del fallecido. El alcalde de Sevilla, Antonio Muñoz, expresaba en su cuenta de Twitter: “La industria audiovisual ha perdido hoy a una gran persona y a un magnífico profesional. Nos deja Juan Antonio Bermúdez, un pilar imprescindible de nuestro Festival de Sevilla y del cine andaluz. Todo mi cariño para sus seres queridos. DEP”. Por su parte, el director del Grupo de Innovación Teoría y Tecnología de la Comunicación y de la Cátedra RTVE-US en Cultura y Creatividad, Miguel Ángel Vázquez Medel, hablaba en la misma red de “una dolorosa pérdida para sus muchos amigos. Ha sido una persona extraordinaria por su inteligencia, su creatividad, su capacidad ética y estética”.

Incluso quienes no lo conocieron personalmente percibían su calidad humana, desde programadores de otros festivales que han hecho llegar al SEFF sus condolencias hasta cineastas como Lucía Aragón, que escribía: “Hace un mes recibí un mensaje que explicaba la no selección de nuestro corto en el SEFF. El correo más cálido, amable y bonito que me han enviado en mucho tiempo. Lo firmaba Juan Antonio Bermúdez, quien ama el cine y cuida a las personas por encima de todo. Se va un grande”.

Con esta idea coincide el joven dramaturgo sevillano Borja de Diego: “Hemos perdido a una buena persona. Hace poco tuve la oportunidad de decir públicamente lo que pienso de él y me dijo que era muy exagerado, pero no lo creo. Se nos ha ido un buen hombre, un ejemplo perfecto de lo que es (o debería ser) la bondad como un valor que nos hace humanos. Se ha roto el espejo en el que a veces quería mirarme y aquí estamos todos ahora, recogiendo sus pedazos. Ojalá sepamos ver en el dolor un legado. Ojalá no dejemos que se pierda esa bondad. Ojalá sepamos recoger esos pedazos y ojalá sepamos ser ese espejo”.

Licenciado en Periodismo y Máster en Escritura Creativa por la Universidad de Sevilla, Bermúdez se implicó fundamentalmente en el ámbito del cine, en el que desempeñó el cargo de vicepresidente de la Asociación de Escritoras y Escritores de Cine de Andalucía (Asecan), dejando una profunda huella en cuantos le conocieron. Para el productor Gervasio Iglesias, “Juan Antonio ha sido una de las personas con más sensibilidad que he conocido. Siempre luminoso, sonrisa acogedora, ya desde lejos te abrazaba. Embebido en imágenes y letras, abrazado por la poesía en cualquiera de sus manifestaciones como si estuviera elevado por un enjambre de mariposas gigantes. Curtido en el arte del debate, una rara avis en estos tiempos del griterío barato. Un privilegio que hemos tenido los que hemos compartido largas charlas con él. Las suyas eran las únicas mesas redondas en las que disfrutaba y las que me interesaban”.

“A veces iba a ver una película porque si Bermúdez la presentaba era seguro que tendría algo especial”, añade Iglesias. “Dinamizó el cine andaluz con una lucha que primero parecía quijotesca y luego se tornó en imprescindible. Revitalizó Asecan regalándonos millones de horas de trabajo y aupó la sección Panorama Andaluz a un nivel que nunca había conocido el Festival. Recuerdo que esta semana pasada le dije que era la sección que más estaba disfrutando del SEFF. Las veces que fui a su casa sentía que ese espacio tenía algo mágico. Ahora, con el dolor pinchando hasta las yemas de los dedos, sé que era aura de sabio, su estela de tranquilidad y socarronería. Cuando el sábado se marchaba de Artillería, donde se había clausurado el Festival, le dije que si nos echábamos la última. Me dijo que estaba cansado de tanto trasiego durante esos días. Por todo lo que he aprendido de ti, por todo lo que me has enseñado a respetar a los demás, ese brindis pendiente siempre será pensando en ti”.

Junto al séptimo arte, la poesía era su otra pasión. Publicó los poemarios Compañero enemigo (Libros de la Herida, 2007), Lumbres, vislumbres (Palimpsesto 2_0, 2013), Sesión continua en el salón Indien (De la Luna Libros, 2015) y Calle lenta (Ediciones del 4 de agosto, 2018). Su obra literaria había sido traducida al italiano y recogida en numerosas revistas y antologías. En una entrevista para el desaparecido El Correo de Andalucía, Bermúdez afirmaba que “la poesía es un modo de estar en el mundo, de mirarlo, de nombrarlo, de tocarlo... Y, por supuesto, de intervenir en él, de transformarlo, de intentar hacerlo más vivible, desde el conocimiento y la compasión”.

Amiga y colega en estos menesteres, Carmen Camacho evoca que “Juan ha dejado un reguero de luz y lucidez allá por donde ha pasado: la poesía, el periodismo, el cine, la crítica, la docencia. Se ha ido dejando esas luces encendidas. Juan Antonio Bermúdez es un referente de dignidad, bonhomía y creatividad, así que nos ha dejado un gran legado. Hay varias maneras de hacer el mundo mejor, y una de ellas es la cultura, una cultura para una mejor vida, sin elitismos, humana. Lo vamos a echar mucho de menos”. 

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