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“La mente aún no ha asimilado que nos dejaron sin nuestro trabajo en ENCE”

Javier Pérez, a la izquierda, durante una rueda de prensa.

Fermín Cabanillas

Huelva —

Durante los últimos tres meses, la fábrica de ENCE en Huelva ha sufrido una transformación en su actividad que ha hecho que más de 250 personas pierdan su puesto de trabajo. La transformación de la producción de celulosa a biomasa se ha llevado por delante, según los sindicatos, a más de 3.000 puestos indirectos. Cifras frías y duras que esconden, en demasiadas ocasiones, las historias personales de familias enteras que han perdido su único sustento en cuestión de una decena de reuniones y decisiones de despacho.

Entre esas personas se encuentra Javier Pérez que, a pesar de representar sindicalmente a los trabajadores, ha terminado en una oficina del Servicio Andaluz de Empleo, 16 años después de entrar por primera vez en la fábrica. Su historia es, en esencia, la de las personas que el cierre de la producción de celulosa de ENCE ha mandado al paro. Gente cuyos nombres se pierden en medio de los grandes titulares periodísticos.

Han sido más de 15 años en los que ha ocupado cinco puestos en dos plantas distintas, y en la actualidad, hasta quedarse en la calle, era operador en la caldera de recuperación.

¿Cómo se ven las cosas ahora con la perspectiva que da haber estado 16 años en una empresa?

Se ve con una perspectiva diferente, pues aún la mente no lo tiene asimilado, aunque sabes que esa etapa se ha terminado. Dado lo difícil de la situación para encontrar trabajo, hace más difícil comenzar otros proyectos de vida. Pero bueno, habrá que intentarlo.

Ustedes sostienen que los despidos en la fábrica de Huelva eran evitables. ¿Piensan que fue un cierre injusto?

Por supuesto que era evitable. Este cierre solo obedecía a los compromisos del Consejero Delegado de ENCE y la intención de seguir viviendo de los activos de la compañía. La fábrica era viable y así lo demostramos en el proceso de negociación. Estas son las consecuencias de una indefensión laboral por culpa de la reforma laboral.

¿Cuál es su situación personal una vez que se ha quedado en paro?

Actualmente me estoy dedicando a mis responsabilidades en el sindicato UGT, de manera que esto me sirva para centrar mi cabeza y asimilar lo sucedido, pues es un palo muy gordo que hemos recibido. Es una manera de descongestionarme. Mi intención es de una vez esté más tranquilo a primeros de año empezar a buscar trabajo o a lanzarme a nuevos proyectos.

¿Cómo se explica a los hijos una situación así?

Es difícil explicarlo, más cuando escuchan comentarios y no los entienden. En mi caso particular son todavía niños muy pequeños y hemos intentado mantenerlos aislados durante todo el tiempo que ha sido el proceso de negociación antes de los despidos. Y si hay que explicar algo, se explica con naturalidad.

¿Hay salidas laborales a la vista?

Aún no, aunque todavía es pronto decirlo, como comentaba antes. Cuando llegue el nuevo año será cuestión de ponerse a pensar y plantearse qué se va a hacer en el futuro.

¿Mantienen contacto los compañeros despedidos?

Si, con algunos, con todos sería casi imposible, teniendo en cuenta cuántos éramos.

¿Pasa necesidad alguno de los despedidos, o el pago por desempleo mitiga los problemas?

Que tenga constancia no, pero seguramente habrá alguna familia, sobre todo de contratas y servicios que suministraban a Celulosas, que lo estará pasando mal. Porque dependían casi en exclusiva de la celulosa para poderse mantener a diario y se quedaron sin nada.

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