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La Universidad de Jáen busca el “alma política” de Europa

Los asistentes a la jornada durante la charla de Moratinos.

Concha Araújo

Con las elecciones europeas a la vuelta de la esquina, la Universidad de Jaén se ha propuesto hacer pedagogía de la UE. Ha organizado una jornada sobre la cita electoral bajo el lema ‘Seguir construyendo Europa’. Más de 150 alumnos se han inscrito en esta jornada que ha inaugurado el ex ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, para quien los comicios del 25 de mayo son decisivos porque el futuro de la Unión “dependerá de nosotros, de lo que queramos que sea Europa”

Para Moratinos es necesario “un cambio radical” porque “Europa no puede seguir basándose únicamente en postulados económicos y financieros” que la han llevado a la pérdida de “su alma política” que ha desembocado en un “déficit democrático” motivado por el hecho de que “una troika sin legitimidad política y democrática” haya decidió las medidas de ajuste en países comunitarios, “sin que haya habido votación, sin un apoyo ciudadano”. Por eso ha reclamado que se refuercen las competencias del Parlamento Europeo y que el consejo fije un horizonte político, más allá de las decisiones económicas.

En la sala lo escuchaban profesores y alumnos. Sobre todo estos últimos y. entre ellos, algún que otro Erasmus. La inmensa mayoría de los universitarios actuales nacieron en una España que era miembro de pleno derecho de la UE y son conscientes de que esto marca su percepción. Alejandro López es alumno de la UJA y cursa la doble titulación –ajustada a los requisitos del Plan Bolonia- de Derecho y Administración de Empresas. Él cree que “la Unión Europea no está muy implantada en la cabeza de la población y creo que debemos concienciarnos de que somos, aparte de andaluces y españoles, europeos”.

Entiende que la mayoría de las decisiones, sobre todo en el plano económico, tienen un marco comunitario de referencia, sin embargo, en cada país miembro la gente “se centra mucho la política de los estados y no se percibe a nivel ciudadano ese carácter de ser ciudadano europeo”. Aunque salva a las nuevas generaciones de esta percepción, especialmente a los universitarios que adquieren una experiencia europeísta gracias a las becas Erasmus.

No obstante, en todos aparece enseguida el componente Europa asociado a economía. “Europa se ha convertido en una espada de Damocles que tiene continuamente sobre nosotros el arma del rescate, los recortes o medidas que nos pueden coaccionar nuestra libertad como ciudadanos de nuestro propio país”, señala Luis Francisco Sánchez, estudiante de doctorado en Derecho. Desde su punto de vista, Europa tiene que pensarse “no solo como un ente supranacional que deriva en convergencia económica o mejor prosperidad en el ámbito empresarial”, asegura que para llegar a los ciudadanos debe mostrar que la cara de sus políticas no son sólo los recortes “Europa tiene que ser un ente donde la ley, la justicia, la igualdad para todos sean circunstancias que imperen, que dirijan nuestras vidas”.

Su perspectiva la comparte Carmen Álvarez, profesora de inglés, quien entiende que la sensación de lejanía en la población está en que hay marcos generales pero no hechos palpables en lo cotidiano. “Entiendo que hay que unificar políticas de educación o sanidad, pero también creo que es necesario equiparar el salario mínimo, la flexibilidad de horarios o reducción de jornadas para hacer posible la conciliación”. Desde su perspectiva acciones políticas más cercanas permitirían una “visión más positiva” de Europa y estimularían la participación en procesos electorales.

“Yo estoy aquí por Europa y desde luego me siento ciudadana europea”, dice Manuela Mastroiani. Es alumna de la Universidad de Calabria y, gracias a un acuerdo con la de Jaén, cursa en esta última para los créditos de la doble titulación en Derecho y Ciencias Políticas. Para ella la Unión Europea es “muy importante” por las oportunidades de cooperación que ofrece a los países mediterráneos, como Italia o España, que forman parte de los 28. A pesar de que “nos ha venido mal” porque “estamos corriendo para llegar a un nivel que quizá todavía no nos pertenece”, explica para referirse a los recortes en políticas sociales motivados por el escenario económico.

En cualquier caso, para Mastroiani la clave es “enterarse de lo que pasa y participar”, para ir salvando la brecha entre los países del norte de Europa y los del sur. En ese sentido defiende que “los países mediterráneos tenemos una cultura propia muy fuerte y a veces parece que está en contraste con el resto de Europa, pero no es así como que tenemos que verlo, sino como un intercambio”. Esa conciencia europea de la diversidad que es, para ella, lo que ha transformado la percepción de los jóvenes, en su país, y los está acercando a Europa.

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