La memoria se reactiva: la exhumación de la primera fosa del franquismo en Sevilla alcanza el 10% de la superficie

Inicio simbólico de los trabajos de exhumación, el pasado 20 de enero

Javier Ramajo

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La pandemia no está siendo obstáculo para que continúen los trabajos de exhumación en la fosa común de Pico Reja de Sevilla, donde yacen más de un millar de ejecutados por el franquismo, una cuarta parte del total de 4.500 represaliados depositados sin vida en el cementerio de San Fernando de la capital hispalense. En estos días en los que desgraciadamente el coronavirus ha matado a muchos referentes de la memoria histórica, la intervención acaba de retomarse.

El primer decreto de estado de alarma obligó a su paralización desde el día 15 de marzo, pero a partir del 13 de abril se han retomado las actuaciones “con normalidad”, según apuntan a este periódico fuentes del Ayuntamiento de Sevilla. La posibilidad de retomar actividades no esenciales, con una serie de condiciones y las adecuadas medidas de seguridad establecidas por el Gobierno de España, ha permitido que los trabajos se hayan reanudado en la fosa que alberga los restos de las víctimas de la masacre que sacudió la ciudad en el verano de 1936, entre ellos los de Blas Infante, padre de la patria andaluza.

“Tenemos varias obras ya en marcha de distinto tipo” y, entre ellas, las de Pico Reja, apuntan las fuentes. “El 15 de marzo se ordenó suspender y solo continuaron los trabajos dos días para dejarlo preparado. Ya desde el día 13 de abril trabajan con normalidad”, añaden las fuentes, que detallan que los trabajos están en la fase de exhumación y que llevan un 10% de la superficie.

Una intervención que costó fraguar

Las labores de sondeo, excavación y exhumación se alargarán en todo caso durante tres años según el concurso público adjudicado a Sociedad de Ciencias Aranzadi, para la que trabaja un equipo multidisciplinar de arqueológos, antropólogos, sociólogos, historiadores, etc.

La intervención arrancó a finales de año gracias a un acuerdo entre Junta, Ayuntamiento y Diputación que costó terminar de fraguar y que aspira a identificar y dar digna sepultura a 1.103 represaliados por las tropas golpistas al inicio de la Guerra Civil, entre ellos, numerosos líderes sindicales y políticos sevillanos.

Además de ser la primera fosa común cuya exhumación se acomete en la ciudad de Sevilla, es también la de mayor envergadura que se afronta en el conjunto del país. Con 671,34 metros de longitud (66 más de la dimensión inicialmente barajada por los historiadores) y una profundidad aproximada de cuatro metros, la fosa común de Pico Reja alcanza 2.685,36 metros cúbicos. El fin último es dignificar a las personas que fueron depositadas en la misma, darles un entierro digno y atender a las peticiones de las familias y su voluntad.

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