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Artieda, el pueblo de 80 habitantes con un museo Romano que abre a demanda de los visitantes

Mosaico en el Museo Romano de Artieda

María Bosque Senero

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Artieda es una localidad situada en la provincia de Zaragoza, pero que pertenece a la comarca de la Jacetania, ya que solo la separan de la capital jacetana 40 kilómetros. Artieda, también llamada Artieda de Aragón, es conocida por su proximidad al pantano de Yesa, por su puente elevado; un viaducto contemplado dentro de los planes de recrecimiento del pantano, que por el momento siguen sin ejecución, por formar parte del Camino de Santiago y por ser lugar de paso para más de cien mil ejemplares de grullas en su viaje hacia las tierras del norte cada primavera.

Sin embargo, esta localidad con apenas 80 habitantes censados, alberga un singular Museo Romano. Profesionales expertos en la materia, historiadores, lingüistas o arqueólogos; procedentes en su mayoría del País Vasco, Navarra, Barcelona y Zaragoza, visitan este museo en el que se conservan restos de las excavaciones que desde 2021 se llevan a cabo en el yacimiento de El Forau de la Tuta. La Torre de Artieda, ubicada junto a la Iglesia de San Martín de Tours (s.XII-XVI), es la sede de un curioso espacio interpretativo, compuesto por cuatro plantas de aproximadamente 24 metros cuadrados cada una, comunicadas entre sí por una sinuosa escalera pétrea, exterior y adosada a la torre.

El yacimiento

En el presente se conoce que en el yacimiento El Forau de la Tuta hubo dos fases de ocupación; la primera de ellas, romana, entre los siglos I y V; y la segunda, entre los siglos IX y XIII, altomedieval cristiana.

Los métodos de excavación arqueológica empleados en la actualidad están siendo de vital importancia. Para evitar el mayor impacto ambiental posible se está empleando una técnica no invasiva como es la ciencia geomática. El objetivo de estas excavaciones es averiguar la época de fundación de la ciudad romana monumentalizada que se cree que existió en la zona y que estaría compuesta por una red de calles, un complejo termal y obras públicas como cloaca. Las primeras excavaciones, llevadas a cabo por la Universidad de Zaragoza, se realizaron en el año 2021. Este próximo verano, el de 2024, se iniciará la cuarta campaña.

Un recorrido por la historia desde una torre

Cuando el visitante accede al espacio museístico de Artieda, se encuentra con un espacio que por sí solo despierta la curiosidad; un torreón de piedra del siglo XII en forma de caracol que se eleva hasta el campanario, salpicado de vestigios de época romana en sus salas laterales. Sin duda, una experiencia para los sentidos de los visitantes, sean o no amantes de la historia, el arte o la arquitectura.

La visita guiada explica cuáles fueron los factores determinantes que parece ser que propiciaron el hecho de que los romanos decidieran asentarse en la zona que en la actualidad conocemos como Artieda. La fertilidad de sus terrenos para el cultivo de cereal, la presencia minas de plomo y de salinas y su ubicación en el recorrido de una calzada romana que servía de comunicación entre Cataluña e Irún, pasando por Pamplona y Lérida, según los expertos, pudieron ser determinantes para la formación de un asentamiento que, ahora se intenta dilucidar qué dimensión llegó a alcanzar.

En el interior del museo se pueden encontrar hallazgos obtenidos en las diferentes campañas de excavación arqueológica. Por ejemplo: distintas monedas, abalorios, hebillas, figuras, pesas de telar, una piedra de molino, un fragmento de una estatua; una mano izquierda de mármol y dos lápidas funerarias, entre otros que muestran cómo era la vida en la antigua ciudad romana de Artieda.

A estas piezas romanas originales que pueden contemplarse se suma la reproducción de 5,1 metros de largo por 3,6 de ancho de un mosaico bicolor que originalmente presenta 18 metros cuadrados, hallado en 2021 en el yacimiento de El Forau de la Tuta de Artieda y datado del siglo I DC, junto a su correspondiente explicación iconográfica.

Además, al final de la visita, la guía conduce a los visitantes hasta lo alto del torreón, y desde el campanario, se puede disfrutar de una vista panorámica del entorno natural: la Canal de Berdún, el Valle del Roncal o el Pantano de Yesa.

Un Museo que se adapta al visitante

La mayor parte de las visitas que recibe este centro de interpretación se concentran en verano, coincidiendo con la época de excavaciones, pero también con una mayor afluencia de visitantes y vecinos estacionales en la zona en general, y en el pueblo en particular. Pero los pueblos están todo el año en el mismo lugar. Y para favorecer ser visitado, el Museo Romano de Artieda ha estrenado este invierno visitas guiadas a demanda del público con el objetivo de divulgar la historia de la zona y los hallazgos encontrados en las excavaciones. “Mucha de la gente interesada en ver el Museo viene de paso, y a veces coincidía que no estaba abierto. Es una lástima perder visitantes por este motivo”, explica Leticia Viveret, coordinadora turística de Artieda. Esta joven, de origen francés, se trasladó a Artieda por su pasión por las montañas, por el Patrimonio y por una vida más sosegada en un pueblo. Vivir en la localidad, o tener personas voluntarias de la Asociación Artieda Romana, hace que sea “muy fácil” realizar una visita guiada casi “inmediatamente” después de recibir la llamada o el correo electrónico de las personas que están interesadas, ajustando la visita al tiempo del que disponga el turista. Una visita que siempre es guiada, con el valor añadido que eso aporta, ya que dispones de una persona que transmite conocimientos no solo con rigor sino con pasión. Una fórmula más para visibilizar a los pequeños pueblos y su riqueza patrimonial y cultural.

Los próximos eventos señalados en el calendario de este Museo tendrán lugar en mayo, con motivo de las Jornadas Romanas, y entre los meses de julio y agosto coincidiendo con la campaña de excavación y la jornada de puertas abiertas. Además, dentro de poco, en el Museo Romano de Artieda se dispondrá de gafas de realidad virtual, una página web para poder reservar visitas online y, sobre todo, están trabajando el tema de la accesibilidad de lenguas minoritarias. Ya cuentan con cartelería traducida al Aragonés, a lo que sumarán una visita guiada virtual en LSE.

Museos en Pueblos: un activo al alza

El Museo Romano de Artieda es uno de tantos ejemplos que ponen de manifiesto la importancia de que existan estos puntos de musealización, abiertos y a disposición del visitante en los lugares donde se encuentran los hallazgos. La coordinadora turística de Artieda, Leticia Viveret, defiende que estos centros de interpretación, ubicados en los lugares de origen, ayudan a un mejor entendimiento del contexto histórico-geográfico de lo que se muestra. Además, la posibilidad de albergar material juega en favor de una mejor conservación y protección del patrimonio, posibilitando su visita y divulgación. Muchas de las piezas que se descubren y son entregadas a los grandes museos que dan catalogadas y guardas por falta de espacio expositivo. Es lo que sucedió, como explica Viveret, con el Mosaico de la Villa de la Rienda hallado en 1963 y excavado por Enrique Osset. Una obra de policromía encontrada en una domus del siglo V, que fue trasladada a Zaragoza y no se puede visitar ya que se encuentra almacenado.

La puesta en marcha de los centros de interpretación y museos, ayudan a la dinamización de la zona, generan empleo y actividades, lo que aumenta el número de visitantes y estos a su vez incrementan la facturación de los operadores turísticos del pueblo y sus alrededores; unos comen, otros pernoctan, compran algo típico y recomiendan ese destino a posteriores visitantes. Se genera “un círculo virtuoso”, como apunta Viveret, que impulsa a las zonas rurales, las coloca de nuevo en el mapa y ayuda a mantenerlas vivas.

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