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La película perdida sobre Fermín Galán, el capitán republicano que impulsó la sublevación de Jaca

José Baviera caracterizado como Fermín Galán en una de las escenas de la película.

Candela Canales

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El 12 de diciembre de 1930, un grupo de militares se sublevó contra la monarquía en Jaca, en la provincia de Huesca. El plan era comenzar en Jaca, unirse después con los sublevados de Huesca y Lérida para llegar a Barcelona. Desde allí, pretendían marchar en dos columnas, una hacia el Levante y otra hacia Madrid. El capitán Fermín Galán Rodríguez, delegado del Comité Revolucionario Nacional (CRN) en Aragón y destinado en el Regimiento de Infantería Galicia de Jaca, fue el encargado de comandar esa región.

“Galán preparó la sublevación para el viernes 12 de diciembre de 1930. No quería que se retrasase más, puesto que las nevadas estaban a punto de llegar y las montañas se convertirían en infranqueables”, esta decisión se aprobó en Madrid, pero un cambio de planes en Valencia obligó a paralizarla. El delegado de CRN Santiago Casares Quiroga viajó en coche de Madrid a Jaca el jueves 11 para informar de que había un nuevo aplazamiento y de que se fijaba como probable nueva fecha el lunes 15. “Cuando llegaron, ya de noche, no vieron conveniente dar el aviso y se retiraron al dormir”, cuentan Ana Asión Suñer y Antonio Tausiet en el libro 'Fermín Galán. La película de la sublevación de Jaca'.

A las cinco de la mañana del viernes 12, Fermín Galán y los suyos comenzaron su plan. Tres horas después, la localidad ya estaba tomada y muchos ciudadanos empezaron a marchar por las calles. A las once se proclamó la República. La sublevación también tuvo éxito en Ayerbe, localidad a la que llegaron por la noche, y ambas columnas marcharon hacia Huesca, “donde esperaba que se les uniesen las tropas allí acuarteladas, pero se encontraron con las unidades del ejército monárquico en las lomas de Cillas. Tras los enfrentamientos, Galán, que se fue de allí en un camión, podría haber huido a Francia, pero se entregó en Biscarrués junto con otros dos oficiales, Manzanares y Mendoza. (…) La sublevación había fracasado debido a las contradicciones existentes en el seno de los republicanos, los continuos cambios de fecha, la descoordinación y los posibles sabotajes internos”, relatan los autores.

Fermín Galán y los otros dos oficiales fueron detenidos y llevados ante el Gobierno Militar de Huesca. Galán fue juzgado por rebelión junto con García Hernández y otros cuatro mandos apresados. Ese mismo domingo, a las dos de la tarde, los dos capitanes fueron fusilados. “Galán y García Hernández se convirtieron en dos de los principales iconos de la República y pasaron a formar parte, como protomártires, de la cultura popular asociada a ella”, explican en el libro.

Tras su muerte, se sucedieron multitud de manifestaciones populares y artísticas como homenaje a los capitanes, además de muchas referencias en los callejeros de diferentes ciudades. Una de estas manifestaciones tuvo forma de película, que se centró en la figura de Fermín Galán.

Con el objetivo de dar a conocer al capitán y mostrar el proceso de búsqueda de la película, de la que hoy no se conservan copias conocidas, Ana Asión Suñer y Antonio Tausiet escribieron este libro. “Nos llamó mucho la atención que de la sublevación de Jaca había muchas cosas escritas pero que la película de Fermín Galán apenas era conocida. Tratamos de encontrar alguna copia, si es que existía y, sobre todo, intentar recopilar toda la información que hubiera relativa al largometraje”, explica Asión.

Dirigido por Fernando Roldán, comenzó a gestarse en mayo de 1931, en el seno de una industria cinematográfica que no fue “muy fructífera” entre 1931 y 1936. “Se puede hablar de cine propiamente republicano a partir del estallido de la Guerra Civil. Aunque fue conservador desde el punto de vista temático, en la forma este cine revistió de una gran calidad”, relatan en el libro. El guion se basó en un poema en cinco partes del propio director y del dramaturgo Enrique López Alarcón en el que se describía la vida del capitán y su trayectoria profesional hasta la sublevación de Jaca en 1930.  

Se estrenó en 12 de diciembre de 1931 en el cine Royalty de Madrid. “Fermín Galán constituía el trabajo perfecto para realizar propaganda del nuevo régimen republicano, una cualidad que fue aprovechada también al otro lado del Atlántico estrenando el filme en la sala París de Buenos Aires”, cuentan los autores en el libro publicado por el Instituto de Estudios Altoaragoneses (IEA) de la Diputación Provincial de Huesca.

La película perdida

A lo largo de toda la investigación se han buscado copias de la película en archivos, filmotecas y bibliotecas, sin éxito. Sin embargo, “dado que fue proyectada en decenas de cines de España y América, resulta difícil imaginar que ninguna de las numerosas copias que debieron realizarse para su difusión haya sobrevivido. Como en muchos casos, existe la posibilidad de que aparezca tanto en los archivos que no la tienen catalogada como en manos de particulares”, teorizan en el libro.

Tausiet considera que una de las principales novedades que arroja este libro es “el hecho de que desmiente la versión previa de la historiografía del cine. La gente que ha escrito libros sobre historia del cine siempre nombraba la película de 'Fermín Galán' de paso, pero para decir que era una película que no había tenido repercusión y que además no era de buena calidad. Nos hemos encontrado con las críticas de la época tanto positivas como negativas, lo cual nos hace pensar que no tenía por qué ser de mala calidad”. Además, destaca que este filme estuvo en cartel muchos meses, según han podido corroborar consultando los periódicos de la época, “lo cual quiere decir que sí que tuvo repercusión”.

Antonio Tausiet cuenta también que este libro pretendía hacer una ficha completa de una película que se ha perdido, además de la “simpatía ideológica” que les despierta a ambos la temática de la misma. Ana Asión Suñer destaca el valor “social y político” de la cinta, que sirvió como instrumento de propaganda en la Segunda República, y su valor cinematográfico, puesto que se estrenó una versión sonora y otra muda, “lo cual es muy importante en unos momentos en los que el cine español estaba experimentando el tránsito entre ambos formatos”. 

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