“Gobierna quien tiene la capacidad para hacerlo”
Luis Felipe Serrate (Huesca, 1962), es uno de los diecisiete alcaldes de capital de provincia que el PSOE consiguió en las pasadas elecciones. Conciliador y dialogante, ha logrado la mayoría absoluta sumando a los ocho concejales del PSOE los de Cambiar Huesca y Aragón Sí Puede, que le apoyaron en la investidura y ahora forman parte del gobierno municipal. Entiende que “debe ser alcalde quien tiene vocación de verdad. La responsabilidad más importante que puedes llegar a tener en la vida política es ser alcalde de tu ciudad. Es el cargo más expuesto porque debe ser el más accesible a los ciudadanos”.
Desde el punto de vista económico, ¿cómo se ha encontrado el Ayuntamiento?
El de Huesca se ha caracterizado siempre por ser un Ayuntamiento equilibrado. Es de las capitales de provincia con menos deuda per cápita, 300 euros, la segunda o la tercera por la cola. La situación financiera es buena y si la comparamos con otros ayuntamientos, muy buena, a pesar de las limitaciones que el Gobierno de España del señor Rajoy ha impuesto a todas administraciones públicas, incluidos los ayuntamientos que no tienen deuda.
¿Y desde el punto de vista social y de funcionamiento de los servicios?
En algunos servicios, como Policía local o brigadas municipales, ha habido una merma al no reponer efectivos. Por eso hoy algo tan importante como la Policía local tiene 30 plazas menos que hace cuatro años. Un ayuntamiento son tres grandes empresas: una de administración general, otra de seguridad y otra de servicios, con sus brigadas. El sentido de las brigadas son los oficios: fontaneros, electricistas… Es cierto que ahora hay una gran carencia que limita mucho la operatividad. Por eso hay que agradecer el trabajo que hacen los empleados municipales, de gran entrega y cualificación.
¿Cómo ha conseguido un acuerdo de investidura y, además, gobernar en coalición con el resto de partidos de izquierda?
Ha habido dos cosas que han hecho posible los acuerdos de investidura y de gobierno. En primer lugar, la confluencia en prioridades programáticas, políticas dirigidas a las personas; y, por otra parte, que las personas que hemos participado en la negociación teníamos voluntad de acuerdo. Los ciudadanos siempre quieren que haya estabilidad en las instituciones. En Huesca se garantiza con una mayoría de gobierno suficiente. Por eso no comparto que el PP con nueve concejales, frente a ocho del PSOE, reclame que ha sido la fuerza más votada y no gobierna. El cambio de la ley electoral que quiere impulsar el PP no tiene en cuenta que gobierna quien tiene la capacidad para hacerlo. En este Ayuntamiento la tenemos tres formaciones políticas que alcanzamos una mayoría absoluta. El PP, en muchos ayuntamientos de España, ha demostrado una gran incapacidad para llegar a acuerdos con otras formaciones políticas.
El PP utiliza el argumento de que acuerdos como el de Huesca no permiten la estabilidad de un gobierno y que será una legislatura complicada
Emplean el discurso de que están aquí los comunistas, los radicales, que esto es un sinsentido y que ellos son los únicos razonables, cuando el PP tiene dentro a la extrema derecha y sus políticas son mucho más radicales que las de cualquier partido de la derecha europea. En Huesca ya se ha demostrado que los acuerdos funcionan porque del año 1999 a 2003 gobernó un tripartito que dio gran estabilidad a Huesca. Las mayorías absolutas no van a volver. Se trata de una nueva cultura política: nos tenemos que acostumbrar al acuerdo, a la negociación y, sobre todo, a estar muy pendientes de la opinión de los ciudadanos. Mi prioridad es dar estabilidad, dentro de una acción política global en la que lo primero son las personas, no las economías.
Los sueldos de los políticos en el Ayuntamiento de Huesca son bajos si se comparan con los de otras ciudades.
Por ley, podría ganar hasta 65.000 euros y percibiré 34.000 al año, lo mismo que cobraba Ana Alós (la anterior alcaldesa del PP), que continuó con el mismo sueldo que yo cobraba en 2011 cuando fui alcalde. Mientras haya muchas familias sin recursos, los políticos tenemos que dar más ejemplo. Siempre he defendido que aquí venimos de forma voluntaria y con un compromiso de interés general.
A su juicio, ¿cuáles son los problemas más importantes de la ciudad de Huesca?
En Huesca había una tendencia, que afortunadamente este nuevo mandato ha roto, que era la de las privatizaciones. El PP entiende que lo público es competencia desleal de lo privado y que las administraciones son gasto. Por lo tanto había una deriva de privatizaciones que afectaba a un servicio esencial como es la limpieza viaria. Se hizo una subasta y acabaron pagando los trabajadores la bajada del precio. Los servicios esenciales hay que prestarlos de forma eficiente. La limpieza, por ejemplo, resultaba más cara en 2014 que cuando se prestaba de forma directa por el Ayuntamiento.
Esta semana, las televisiones nacionales han informado de la tormenta que en menos de media hora anegó Huesca. ¿La falta de limpieza de las calles contribuyó a las inundaciones?
El Ayuntamiento ha elaborado un diagnóstico que dice que hay tres puntos concretos donde hay que actuar de forma urgente con una inversión muy grande, mínimo de 6 millones de euros, que son los colectores y en solucionar cómo conducir todo el agua vertida en la ciudad. Mientras eso no se resuelva, porque tormentas como la del otro día puede haberlas todos los años, lo acaban pagando los ciudadanos, los comerciantes y la imagen de la ciudad… He encargado un proyecto urgente para poder actuar.
Pero es complicado hacer ahora inversiones millonarias.
Tendremos que priorizar. En lugar de consignar muchos millones de euros para determinadas calles, se podía haber gastado una parte en mejorar todo lo que tiene que ver con las redes de saneamiento de la ciudad. Es cuestión de prioridades y las mías son las políticas dirigidas a las personas en materia social, de empleo, de vivienda, en dar ejemplo en lo público a través de una participación efectiva y una mayor transparencia, en poner en marcha políticas activas de empleo, contando con el diálogo social; y dentro de esas prioridades, las infraestructuras deben ocupar un lugar destacado. Para qué vamos a acometer adoquinados de calles si no resolvemos definitivamente un problema grave de alcantarillado.
¿El PP de Aragón ha sido sensible con las necesidades del Ayuntamiento de Huesca?
Ha habido una tendencia, que se debe cortar radicalmente de volver a centralizar en Zaragoza, olvidando a Huesca y Teruel. Eso es peligrosísimo. Hablo del campus universitario, del parque tecnológico, de instalaciones sanitarias… Aragón no solo tiene que depender de Zaragoza capital, que es muy importante, también hay que atender la realidad de Huesca y Teruel. Huesca necesita sumar con Zaragoza. Se debe poner en marcha el corredor Huesca-Zaragoza, junto con Almudévar, Zuera y todos los municipios del entorno. Zaragoza no solo debe mirar al corredor del Ebro o al navarro, debe apostar por el corredor Zaragoza-Huesca-Pirineos.
¿El nuevo gobierno del PSOE en Aragón será más sensible?
Sin duda. De hecho en los encuentros que hemos tenido con el presidente Lambán o con los consejeros siempre ha habido una especial sensibilidad a las reivindicaciones de la ciudad. El concepto centralizador que había ya no existe.
En política, los gestos son importantes para mostrar el camino que se ha emprendido. ¿Qué debe hacer un alcalde para estar más cerca de los ciudadanos?
Hemos quitado el escáner y el control de entrada al Ayuntamiento para que el Consistorio sea más accesible al ciudadano. Además, considero que el político tiene que estar en la calle y ser el primero en dar la cara si ocurre algo. La calle es el escenario donde quiero moverme estos cuatro años. Los grandes temas hay que abordarlos en la elaboración de los presupuestos. El resto del tiempo hay que dedicarlo a estar con la gente. Esta crisis, que ya es muy larga, ha debilitado mucho a la sociedad. Los que estaban en riesgo de exclusión ya están en exclusión. Las clases medias han pasado a ser clases pobres en muy poco tiempo. Eso requiere una acción inmediata. No podemos decir que vamos a estudiar ayudas de urgencia. Hay que hacerlo ya cambiando los presupuestos. Salvo excepciones, no estamos en un mandato de grandes inversiones. Ahora es el momento de la política social y de fomentar la creación de empleo.