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El imparable declive de las tiendas de comestibles en el medio rural

Pilar Ciprés cerró su negocio el pasado 31 de agosto.

Miguel Barluenga

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La única tienda de alimentación de la localidad oscense de Angüés bajó la persiana para siempre el pasado 31 de agosto. Se trataba del único comercio de estas características en un radio de 50 kilómetros que, de esta manera, deja desabastecido un pedazo del Aragón vacío. El de Autoservicio Ciprés representa el último ejemplo de una tendencia imparable: la del cierre de tiendas de comestibles y ultramarinos en el entorno rural. En los años previos se había producido este mismo fenómeno en poblaciones próximas y, según datos del ejecutivo autonómico de antes de la pandemia, unos 150 pueblos de Aragón no cuentan con ninguna.

Dos generaciones de la misma familia han puesto nombre e incontables horas de trabajo a Autoservicio Ciprés. Su última responsable ha sido Pilar Ciprés, que se ha despedido de una clientela fiel que se aprovisionaba en su establecimiento de carne, pescado, fruta, pan o productos de los denominados ‘de olvido’. Una población envejecida y que tiende a emigrar explica en parte esta decisión. También, que los futuros profesionales de sus hijos pasan por otras actividades bien diferentes, y en otras ciudades.

Este tipo de negocios escribe un final que cada vez se adelanta más. En Angüés, esta tienda proveía sobre todo de carne y debió asimismo ofrecer pan en cuanto la panadería de la localidad cerró sus puertas. Era, sobre todo, una historia de resistencia porque Pilar Ciprés no quería abandonar su tierra: “Me duele porque soy una enamorada de mi pueblo. Estudié una carrera en Zaragoza pero me vine aquí a vivir”. Su dolor es el de todos estos pueblos, un lamento que también lanza a modo de protesta ante la ausencia de ayudas por parte de las instituciones: “En un pueblo no tendría que haber las mismas exigencias que en una tienda de la capital que hace una caja 30 veces mayor. Se habla mucho de las ayudas a los pueblos y yo no lo he vivido”.

Ahora, una furgoneta se encargará de repartir en Angüés los alimentos que ya no se podrán comprar en este comercio. No se trata de un caso aislado, y en otros puntos de la comunidad autónoma se buscan soluciones a base de ingenio y solidaridad. Por ejemplo, con un transporte social para trasladar a los vecinos a poblaciones cercanas donde se sitúen el mercado o el centro de salud. Es lo que sucede en Montanuy, que ya suma diez años facilitando el desplazamiento en taxi a sus vecinos por el precio simbólico de 1,5 euros como un modo de frenar la despoblación.

En las poblaciones zaragozanas de Biel y El Frago se abrieron el pasado mes de abril dos tiendas multiservicios. El proyecto se puso en marcha a principios de año a partir de la licitación obtenida por el Colectivo Baladí y parte del proyecto Creando Futuro, una iniciativa colaborativa de los ayuntamientos de Biel y El Frago, subvencionada por la estrategia Leader de Adefo Cinco Villas. Para hacer la compra los vecinos se tenían que trasladar a Ejea de los Caballeros, la localidad más próxima (a 52 kilómetros).

El Colectivo Baladí, un grupo de jóvenes que ha decidido apostar por la vida en colectivo y en lo rural, son los encargados de llevar a cabo este proyecto piloto que pretende buscar fórmulas y ponerlas en práctica para dar servicio a dos pueblos que carecen de tienda u otros servicios para las personas. Asimismo, se habían añadido a estos los servicios de peluquería, podología, ayuda psicológica o fisioterapia.

En pleno Pirineo, en Piedrafita de Jaca, se ha instalado este verano un supermercado automático de gestión comunitaria promovido por las asociaciones Camaleo y Mallata Educativa. Permite a vecinos y turistas adquirir diferentes productos sin necesidad de desplazarse: cepillos de dientes, leche, pan, cremas naturales, compresas, zumos, galletas, queso local o chocolate.

Mientras, las instituciones tratan de poner de su parte. La Diputación de Zaragoza ha lanzado por primera vez una línea de ayudas para apoyar la puesta en marcha de tiendas multiservicio en los pequeños municipios de la provincia. Estas nuevas subvenciones están dotadas con 500.000 euros, van destinadas a aquellos ayuntamientos en cuyo municipio no haya ningún otro comercio.

Con los fondos que reciban, los consistorios beneficiarios podrán financiar tanto gastos de adquisición del inmueble en el que se instalará el multiservicio rural como obras de mejora y/o acondicionamiento del local o el coste de los equipamientos necesarios para el funcionamiento del nuevo establecimiento.

En Teruel, la Diputación ha reanudado la campaña para poner en circulación bonos de reactivación económica con un descuento del 30 por ciento para impulsar el consumo en los establecimientos únicos de comercio y hostelería en municipios menores de 501 habitantes y apoyar a los autónomos y pequeñas empresas del medio rural. Los consumidores pueden adquirir bonos de 30 euros para gastar en establecimientos únicos de comercio de alimentación y bares a través de la plataforma digital bonoscomerciorural.com.

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