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Sobre este blog

Arsenio Escolar es periodista y escritor. Con sus 'Crónicas lingüísticas del poder' –información, análisis y opinión de primera mano–, entrará semanalmente en elDiario.es en los detalles del poder político, económico, social... y de sus protagonistas. Con especial atención al lenguaje y al léxico de la política.

Europa Occidental, más proclive al coronavirus por genética

Un trabajador desinfecta una tienda en Milan (Italia) para evitar contagios de coronavirus.

Arsenio Escolar

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¿Por qué la COVID-19 afecta de modo tan desigual en los distintos países y regiones del mundo? A la rapidez y eficacia de la respuesta de los gobiernos, la solidez de cada sistema sanitario o la disponibilidad de materiales de protección abundantes y adecuados se les añade ahora una nueva explicación: la Genética de Poblaciones. Esta es, al menos, la hipótesis que formula Ángel Gómez Moreno, catedrático de Literatura Española de la Universidad Complutense y experto también en Genética de Poblaciones, disciplina que ha aplicado en sus investigaciones histórico-filológicas sobre La Mancha, en la que gascones y vascones dejaron una huella profunda desde tiempos de Alfonso VI.

Analizando los datos sobre la pandemia permanentemente revisados por la Johns Hopkins University y cruzándolos con la información de Eupedia sobre haplogrupos genéticos dominantes en cada área de la geografía mundial, el profesor Gómez Moreno llega a la conclusión de que hay una predisposición muy superior al contagio por coronavirus en las poblaciones en que predomina el haplogrupo R1b, que abunda en gran parte de Europa Occidental y, por emigración histórica, en buena parte de América. Un haplogrupo es un grupo grande de haplotipos, una serie de alelos (las formas alternativas que puede tener un mismo gen) que definen las variaciones en el ADN de un individuo y que este comparte con miembros de su misma comunidad humana.

Gómez Moreno desarrolla su hipótesis en un largo artículo en Mirabilia, una revista científica impresa y digital sobre humanidades que ha adelantado este trabajo el pasado 20 de abril, aunque su integración en la revista se hará en el mes de mayo. El artículo ya ha sido estudiado y cuenta con el respaldo de expertos en distintas especialidades médicas, especialmente estadounidenses.

“El haplogrupo R1b -escribe Gómez Moreno-, abarca desde el norte de Italia a Finisterre y tiene una frecuencia muy alta en el País Vasco (85%), Irlanda (81%) y en dos regiones francesas: Bretaña (80%) y Normandía (76%). Tras Irlanda, los grandes reservorios del R1b por países corresponden, por este mismo orden, a España (69%), Gran Bretaña (67%), Bélgica (61%) y Francia (58’5%)”. La hipótesis de Gómez Moreno de que la COVID-19 y el coronavirus se propaga mucho más entre las poblaciones en las que domina el haplogrupo R1b explicaría la enorme diferencia de impacto de la enfermedad entre los diversos países e incluso dentro de ellos. Por ejemplo, en Italia. “Entre los Alpes cisalpinos y la Toscana, el R1b alcanza porcentajes muy elevados, pues está presente en más del 60% de la población masculina. Por el contrario, en el sur, donde la incidencia de la COVID-19 es menor, R1b llega al 25% (Calabria) o queda en un 20% (Sicilia)”, escribe Gómez Moreno en su artículo.

El llamado 'milagro griego', como se ha calificado al escaso impacto de la pandemia en el país helénico, se debería según el catedrático de la Universidad Complutense a que “en Grecia los haplogrupos hegemónicos son el E1b1b, propio del norte de África, con otros dos, el J2 y I2, propios del Mediterráneo oriental” mientras que el R1b aparece solo en un 15% de su población.

Alemania, según Gómez Moreno, “es una zona de tránsito genético. En ella comienza el descenso en la frecuencia del haplogrupo R1b (44%) y el incremento en R1a (16%)”, lo que explicaría -además de la eficacia y rapidez de la respuesta a la pandemia, la calidad de su sistema sanitario y sus potentes empresas médico-farmacéuticas- la menor incidencia de la pandemia respecto a sus vecinos de Europa Occidental.

En el artículo se señala también que la menor incidencia del virus en países tan alejados entre sí como Rusia, India, Egipto o Nigeria se debe a que el haplogrupo R1b no aparece o es residual.

“El corte genético del Estrecho de Gibraltar es el más tajante, ya que en 10 km se pasa del haplogrupo europeo R1b al norteafricano E1b1b”, escribe Gómez Moreno, que ve también en ello las grandes diferencias de incidencia de la pandemia a un lado y al otro del Estrecho. Ya en la Península Ibérica, el autor del artículo señala también las diferencias entre las distintas zonas. “En España, las cifras más bajas de la COVID-19 corresponden a Andalucía, Extremadura, Galicia, Asturias y Cantabria, regiones en las que R1b no llega al 60%, mientras la media española es del 69%”, y señala también que el porcentaje de R1b en Portugal es del 56%, 13 puntos porcentuales menos que el español (69%). “A ello se añade -dice Gómez Moreno- la alta frecuencia en Portugal del haplogrupo africano E1b1b, que funciona como una especie de eficacísimo escudo frente al SARS CoV-2. Si España tiene un 7% de portadores de ese haplogrupo (que en Alemania llega al 8%), Portugal alcanza un 14%”.

En su artículo, el profesor Gómez Moreno ya pronosticaba “una explosión en el número de nuevos casos” de la enfermedad en Estados Unidos. “La causa, como sin duda suponen, radica en que el haplogrupo R1b está en el ADN primario de muchos norteamericanos, con un grupo especialmente nutrido como es el que forman los descendientes de irlandeses, británicos y escoceses, que suman 87 millones de personas”.

El artículo de Gómez Moreno se ha divulgado también en los últimos días entre diferentes científicos españoles, que por ahora no se pronuncian. “He tenido mejor acogida entre los expertos de Estados Unidos que entre los nuestros -comenta el profesor a este cronista-. Creo que no estoy equivocado en mi hipótesis. Los datos de contagios y de muertes país a país son contundentes. Ignoro si hay una relación causa-efecto, pero sí parece que hay una proporcionalidad estadística entre la expansión de la COVID-19 y el haplogrupo R1b. He contado en mi artículo todo lo que he podido comprobar. Ojalá sirva para apuntar algunas líneas de investigación y para buscar un remedio. Sobre todo, una vacuna”.

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Arsenio Escolar es periodista y escritor. Con sus 'Crónicas lingüísticas del poder' –información, análisis y opinión de primera mano–, entrará semanalmente en elDiario.es en los detalles del poder político, económico, social... y de sus protagonistas. Con especial atención al lenguaje y al léxico de la política.

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