El feminismo asturiano vuelve a salir a la calle unido para reclamar igualdad real y coeducación en las escuelas
Avanzamos imparables, resistimos dando tira era el lema que podía leerse en la pancarta que encabezaba el inicio de la manifestación asturiana del 8M, celebrada este sábado en Gijón, en la que unido un año más, el feminismo asturiano reclamó igualdad real, educación sexual y coeducación en las escuelas, entre otras cosas, pues no fueron las únicas.
Una manifestación que arrancaba pasadas las doce del mediodía y que abría los grupos de les muyeres internacionalistas, “porque la feminista es una lucha antirracista”; seguidas del cordón de las ausentes, en recuerdo de las que ya no están; les pandereteres, encargadas de representar la cultura y tradición asturianas; maternidades e infancia, generando un espacio seguro y visible para ellas; y cerraba la batucada para, a partir de ahí, incorporarse los sindicatos, partidos políticos y otras organizaciones.
El feminismo asturiano volvió a demostrar en el Día internacional de la Mujer que es capaz de salir unido a la calle, a pesar de las diferencias existentes, para reclamar lo que desde sus inicios ha unido al movimiento, la igualdad real y efectiva.
A Gijón llegaron este sábado autobuses procedentes de Oviedo, Avilés, Siero, las cuencas mineras del Nalón y del Caudal, del oriente y también desde el occidente de Asturias, nadie quería faltar a la principal cita de este 8M en Asturias y así fue. Mujeres de todas las edades y hombres, quizás en la de este año su presencia en número empezó a hacerse más notables, marcharon por las calles de Gijón desde la Plaza de Toros hasta la del Humedal donde concluyó con la lectura del manifiesto acordado en el seno de la plataforma Asturies Feminista 8M.
La participación masiva en los actos del 8M este año era más necesaria que nunca, según pedía desde la organización, Andrea Berrocal, “ante el avance de la ultraderecha que quiere recortar derechos”, y está claro que Asturias ha sabido responder a este llamamiento, una vez más.
En torno a las dos de la tarde comenzó la lectura del manifiesto que protagonizaron varias mujeres en representación de los diferentes colectivos que hicieron la marcha, en el que se pedía el cumplimiento del Convenio de Estambul, ampliando el concepto de violencia machista al que ejerce una pareja o expareja, como hasta ahora; reivindicando las redes sociales como “herramientas de empoderamiento”, sobre todo, para quienes no tienen acceso al sistema judicial; o reclamando papeles para las mujeres migrantes en situación irregular.
Hubo también espacio para las mujeres pensionistas, rurales, para las mujeres gitanas y para la práctica del sindicalismo que “no es delito”, en clara referencia a Las 6 de la Suiza.
Educación sexual y coeducación en las escuelas, aborto libre, gratuito y seguro, y sanidad pública fueron otras de las reivindicaciones que recogía el texto de este año.
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