Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
El PSOE convierte su Comité Federal en un acto de aclamación a Pedro Sánchez
Las generaciones sin 'colchón' inmobiliario ni ahorros
Opinión - El extraño regreso de unas manos muy sucias. Por Pere Rusiñol
Sobre este blog

El Ojo izquierdo nació en El País en 2010 y prolongó su vida durante diez años en la cadena SER, con vivienda propia en el Programa Hoy por Hoy, primero con Carles Francino, después con Pepa Bueno y finalmente con Àngels Barceló.

Ahora se instala con comodidad en elDiario.es, donde es de esperar que se mantenga incólume la aviesa mirada de su autor, José María Izquierdo.

Para hundirnos, nos sirven los amigos

La ministra de Igualdad, Irene Montero, y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se saludan a su llegada al acto institucional organizado con motivo del 8 de Marzo de 2022.

71

A ver. Vayan preparándose para pasar por este incorruptible negociado aquellos y aquellas dirigentes de este Gobierno responsables de cuantas tropelías jurídicas y políticas se han desarrollado o quizá solo las hemos conocido en estos días, apenas en un manojo de horas, aunque llevaran largos meses de gestación en esos oscuros despachos de funcionarios o en negras cuevas de conspiradores natos. 

¿Cómo es posible, nos preguntamos las gentes de a pie, que tanto listo y tanta lista, colgados en la pared títulos universitarios, brillantes doctorados cum laude, másteres del universo por instituciones harto prestigiosas, presuntuosos como pocos de sus saberes, nombrados ministros o ministras por sus superiores conocimientos ideológicos y acreditada lucha contra la burguesía corrupta, solo logren elaborar tras años de esforzado estudio unos textos interpretables, partos de los montes que cualquier juez de remotas plazas es capaz de enmendarles la plana y los lleva al ridículo a las primeras de cambio? 

Véase Irene Montero y acompañantes, que hicieron una ley -bienintencionada, nadie duda de sus mejores propósitos- para evitar las sentencias que aplicaron unos jueces machistas, acuérdense de la manada, y ahora resulta que ese brillante y revolucionario texto producto de las mentes más progresistas del país, menudos somos, sirve, ahí están las pruebas, ciertas, palpables, para dejar en la calle antes de lo previsto a abusadores deleznables. Un fiasco, un horror, una vergüenza, una humillación. Pero como la familia de la que hablamos -natural e ideológica- es infalible, se descuelga con insultos y broncas a los jueces -¡tal y como está el patio!- en lugar de lo que habría hecho cualquier político -incluso cualquier zapatero remendón o empleado de banca, si a eso vamos-, que es decir sí, ha ocurrido el drama, vamos a ver qué hacemos, cómo podemos solucionar este embrollo. Y eso después de haber pedido un acongojado perdón, incluido un aparatoso rasgado de vestiduras, a las víctimas a las que han vejado favoreciendo la libertad anticipada de sus despreciables agresores. Ocurre que quizá no es buena tanta ideologización o partidismo en las leyes, en este caso en las de género, y ahí tenemos, para corroborarlo, las dificultades para sacar adelante la llamada ley trans, embarrancada en una lucha sin cuartel dentro del propio feminismo. 

Claro que no son los únicos culpables. ¿Para qué sirve el Ministerio de Justicia y sus sabios funcionarios? ¿Y las vicepresidencias? ¿Y el mismísimo presidente, obligado a exigir las pertinentes responsabilidades a quienes yerran de manera tan estrepitosa? Bien saben los escasos, pero pertinaces, lectores del Ojo que nada más alejado de sus intenciones que pretender lavar la toga de los señores jueces, demasiado sucia de iniquidades en cientos de casos. ¿Que hay magistrados reaccionarios y machistas? Pues claro. Pero precisamente por ello el Gobierno, y de manera muy especial sus ministras más carbonarias, asesoradas por las juezas más revolucionarias, está obligado a extremar las precauciones, entre ellas la de testar el género en campo contrario. Las leyes, ya se sabe, las carga el diablo. Expectantes estamos ante las brillantes ideas que mentes tan privilegiadas apliquen al caso para corregirlo. Amén. 

¿Única barrabasada del Gobierno? Quiá. ¿Qué les ha parecido que después del desgaste del presidente, hasta quedarse en carne viva merced a los salvajes latigazos en sus sufridas espaldas por haber estrujado hasta su desaparición el delito de sedición, apuesta valiente, vengan unos listos impacientes a plantear que la malversación se tire a la misma letrina? Parece mentira que haya políticos profesionales que no sepan, no entiendan o quizá ocurra lo peor, que desprecien una norma democrática de obligado cumplimiento para cualquier gobernante decente que es no hacer leyes ad personam, se llamen Oriol o Perico de los Palotes. Pero aún es más duro entender cómo han sido capaces de meter en el temario político una palabra -fuera de definiciones jurídicas- como malversación, que en el ideario de los ciudadanos se anexa a la corrupción, al dinero sucio, a la compra y venta de voluntades, al despilfarro de los delincuentes de guante blanco. ¿Tan lejos andan de la cabeza de los votantes? ¿Han perdido ya ese sexto sentido que les señala lo que es aceptable para ellos y dónde está el límite de la comprensión o tragaderas de sus fieles ante tanta concesión?  

Sonríe Feijóo, sonríe todo Génova, sonríe la reina del vermú, Isabel Díaz Ayuso, que ha visto eclipsada su espectacular derrota en el tema sanitario ante la avalancha popular, gracias a los despropósitos del rival que aquí comentamos. Porque, además, este feo conflicto ha traído consigo un nuevo arrebato de Pablo Iglesias, que bizarro, ha salido espada en mano a defender a Montero frente a Yolanda Díaz, silente ante el terremoto. Más madera, esto es la guerra. Frenen en el Gobierno, por favor, tanta incompetencia. Ya hemos repetido aquí hasta la grosería la necesidad de recomponer, vitaminar y sanar las heridas de la coalición, única manera de resistir el empuje de la derecha. ¡Es tan obvio! 

Estos días nos come el fútbol. Frase de Alfredo di Stéfano a un portero bajo su mando de entrenador: “Vale que no pares las que vayan dentro, pero ¡no te metas las que vayan fuera!”.

Adenda. Hay un caradura por ahí que aparece hasta en la sopa, se llama Gianni Infantino y es presidente de la FIFA. Este corrupto y descarado personaje ha intentado salvar la vergüenza del Mundial de Qatar con hipócritas referencias al proceso de colonización occidental. Claro que aquello fue abominable, pero explique el deslenguado Infantino en qué afecta al bochorno de tener que someterse a los negros petróleos de los emires tiranos, repulsivos tíos Gilitos envueltos en sus blancas vestimentas. 

Sobre este blog

El Ojo izquierdo nació en El País en 2010 y prolongó su vida durante diez años en la cadena SER, con vivienda propia en el Programa Hoy por Hoy, primero con Carles Francino, después con Pepa Bueno y finalmente con Àngels Barceló.

Ahora se instala con comodidad en elDiario.es, donde es de esperar que se mantenga incólume la aviesa mirada de su autor, José María Izquierdo.

Etiquetas
stats